-Te noto triste, cariño. ¿Quieres un chocolate? - Jungkook miró a la mujer a su lado, tenía su cabello oscuro recogido con un broche, sus ojos de un verde oliva y una sonrisa muy tenue en su rostro.-Mamá, no todo se arregla con comida. -reprochó el rizado con cierta gracia en sus gestos, pues le resultaba muy cómico que, desde que tiene memoria, su madre siempre ofrece comida a todo aquel que tiene su estado de ánimo por los suelos.
-¿Eso crees tú? La comida es lo que une a mi matrimonio, es como una forma de comunicación entre tu padre y yo.- Jungkook rio por las palabras de su madre y negó repetidas veces con la cabeza. - ¡Dawn! ¿¡Quieres un chocolate!? - Hyuna gritó en dirección a su habitación, pero sin recibir respuestas.
-Mamá, sabes que papá no te escucha cuando está viendo el canal de deportes.- El rizado rodó los ojos y continuó hojeando la revista que tenía entre sus manos, hasta que el timbre sonó. - ¡Yo abro! - le avisó a su madre quien asintió desde la cocina.
Jungkook observó por la mirilla antes de abrir la puerta y, bueno, decir que esperaba que el señor Park se encontrara del otro lado de la puerta era una total mentira. ¿Qué hace el señor Park aquí y por qué se ve tan nervioso?
Hyuna miraba curiosa desde la cocina a su hijo, quien no se despegó de la mirilla después de algunos cuantos segundos como toda persona normal lo haría. Caminó sigilosa hasta él y lo observó con una ceja alzada. -¿Todo bien, Kook?
Y tal como si eso fuese suficiente para traer a Jungkook devuelta a la realidad, dio un pequeño salto en su lugar, volvió a ver por la mirilla y entonces reaccionó. - ¡Oh por Dios, mamá! - Susurró/gritó a su madre que lo miraba con nada más que confusión.
Jungkook abrió la puerta, del otro lado lo esperaba aquel hombre con un traje característico de él, su cabello castaño peinado hacia atrás, sus ojos pequeños resaltando al igual que sus pómulos afilados - Jungkook podría jurar que incluso había un lindo rojo muy tenue en éstos - y una sonrisa tímida saliendo de sus gruesos labios.
-¿Señor Park? - Jungkook fue el primero en hablar, aunque le costaba un poco pues no se hacía una idea del por qué estaba ahí.
¿Y si iba a demandarlo?, O tal vez sólo lo amenace con hacerlo... No sería la primera vez que le pasaba algo así a decir verdad, pero aún así estaba aterrado porque jamás se había involucrado con alguien con tanto dinero como el Señor Park, ¿Y si lo hacía perder todo lo que tenía?
-Yo... Solo venía a entregarle las cosas que dejó en casa.
Oh... Era sólo eso.
Jungkook se hizo un lado para invitarlo a pasar y JiMin lo hizo, rápidamente Hyuna se acercó a ellos con una sonrisa reluciente y para nada, pero para nada emocionada de que su hijo haya llevado a un hombre de aquel porte a la casa.
-Jeon Hyuna, un placer. - Extendió su mano hacia JiMin para que fuera tomada en un saludo y lo observó maravillada mientras lo hacia. - Ofrécele comida, un café, chocolates, ¡Algo! Para que se quede. - le susurró a su hijo que solo respondió rodando los ojos y negando varias veces con la cabeza.
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ᴇʟ ɴɪÑᴇʀᴏ| ᴊɪᴋᴏᴏᴋ
Fanfiction"¿Me permite su currículum?" "¿Qué? Ah, sí." le tendió la hoja. "Tenga" JiMin tomó la hoja, manchando un poco sus dedos tinta roja. Frunció el ceño. "¿Crayola?" Preguntó. "Lápiz labial" corrigió Jungkook con una sonrisa. "Por supuesto, que lind...