Me levanté de mi cama para ir al baño a lavarme la cara, agarré el móvil y miré los últimos mensajes, pero no había nada de ella.
-Venga Jack, hoy hay comida con la familia- me recordó mi madre al entrar en mi habitación.
-Ya voy mamá.
Me vestí lo más arreglado que tenía en el armario, cogí el calendario que tenía sobre la estantería y empecé a tachar todos los días que ya habían pasado, después de estar varios minutos tachando todos los días de cada mes, hasta que llegué al día de mi cumpleaños, justo hace una semana, el día en que perdí a mi mejor amiga.
-¿Jackie?, ¿Estás bien cariño?- dijo mi madre que estaba en la puerta esperando para irnos.
-Si, Si estoy bien.
Aunque no lo estaba del todo.
-Vale, baja lo antes posible.
-Vale.
Mi madre ya había salido de la habitación, cogí toda la ropa de colores que tenía y empecé a romper las prendas una por una, hasta que en mi armario solo quedaba ropa negra, cogí las tijeras y me corté el flequillo que tenía, en eso se escuchó unos pasos hacía mi habitación.
-Jack, por favor, otra vez no- dijo mi madre saltándose las lágrimas.
Miré al techo y dejé las tijeras sobre la mesa.
-Mamá tenemos que comprar ropa negra.
-¿Y toda la ropa que tenías?- dio unos pasos hacia el centro de la habitación.
-¡Hijo ya está bien, no puedes hacer lo mismo que cuando se fue Aurora, NO PUEDES!, ¡Sé que te duele cuando alguien se aleja de ti, pero no puedes cambiar tu personalidad ni tu físico porque una persona que se haya ido!
-¡Mamá tú no puedes decir quién soy yo, he decidido cambiar, y así va a ser!
-¿Tan importante era esa persona?
-Venga, vamos abajo a la comida familiar- le contesté.
Cuando bajé me encontré a mi padre con el delantal, habría preparado su especialidad, carne en salsa, pero mi padre le echaba un ingrediente que nadie sabía, lo que hacía que está aún más buena.
-¡Qué mayor estás!- me dijo mi abuela acercándose a mí para darme dos besos.
-¿Qué te dan de comer tus padres para que ya me saques dos cabezas?
Yo me reí de forma disimulada.
-¡Jack, Jack, Jack!, noté que algo me tiraba de la parte baja de mi camiseta, así que miré en esa dirección.
-¡Dile a Dafne que el peluche rojo es mío!
-¡No, dile a...!
-Bueno, venga chicos, dejad al primo Jack tranquilo- interrumpió mi tía.
-Gracias tita.
Los gemelos fueron corriendo a molestar a otra persona más, mientras que yo me acerqué a la cocina a ayudar a mi madre a poner la mesa.
-Va a venir tu hijo y tu nieta- dijo mi madre susurrando a mi padre.
-No, ya hablamos sobre el tema, ese no va a pisar esta casa.
-Cariño, solo es para una comida familiar, además, vendrá Jasmin, aún no la hemos conocido, tal vez podría ser un buen momento para conocerla toda la familia.
-Vale, pero cuando termine la comida, quiero que él se vaya de los primeros.
-Así será.
En eso escuché pasos hacia mi dirección, no tenía nada al lado con lo que poder disimular.
-¿Jack?, ¿Has escuchado...
-Si, vendrá el hermano.
-Si hijo, espero que no te moleste.
-A mi me da igual.
-¡La comida esta lista!, ¡Todos a la mesa!, anunció mi padre.
En eso sonó el timbre, mi madre fue a abrir la puerta, era mi hermano y su hija, él era más mayor que Aurora, me sacaba 6 años, tenía el pelo castaño y con los ojos verdes, se parecía bastante a mi madre, en cambio, la hija, era rubia, y tenía los ojos azules, no se parecía casi en nada él.
-¡Hola hijo!- dijo mi madre mientras abría la puerta.
-Hola mamá.
-¿Y está niña tan grande?- le dijo a la pequeña.
-Mira Jasmin, esta es la abuela, te hablé de ella, ¿te acuerdas?
-Si, hola abuela.
Él empezó a presentar a toda la familia a la niña, mientras que yo observaba desde el sofá.
-Mira Jasmin, este es tu tío Jack.
-Hola Jack- dijo dulcemente.
-Hola.
-¿Papá dónde está el baño?
-Ven, te lo enseño- dije antes de que mi hermano pudiese contestar.
Me recorrí el pasillo, mientras que mi sobrina me seguía, hasta llegar al cuarto de baño.
-Aquí está.
-¿Puedes es-esperarme fuera?
-Sí.
Se escuchó abrir la tapa y el ruidito del pipí, mientras que la chica canturreaba una canción.
-¿Sigues ahí?- me preguntó.
-Si, sigo aquí.
Se escuchó como tiraba de la cisterna y abrió la puerta.
-¿Vamos ya a comer?
-Me falta lavarme las manos- dijo feliz.
-¿Y tú que edad tienes?- me preguntó.
-19, ¿y tú?
-7, ¡eres 12 años más mayor que yo!
-Sí.
-Mi padre suele hablar mucho de tí, siempre dice cosas buenas comparado con los demás.
-Ah, ¿si?
-Si, además dice que tienes muchos cuadros en tu habitación.
-Así es, si quieres, después de comer, podríamos subir a mi habitación.
-Sii.
-¡Jack, Jasmin, a comer!- dijo mi padre desde la cocina.
-Venga Jasmin, vamos a comer.
Ella accedió y nos sentamos en la mesa del comedor con el resto de mi familia.
-Me he enterado de que estás embarazada- dijo mi padre a su hermana.
-Si, solo que no tenemos tiempo para nosotros, nose si podremos tener otro niño más, los gemelos no nos dejan ni respirar.
-¡Pues están los dos gigantes!, dijo mi abuela.
-Bisa, bisa- dijo Jasmin que venía corriendo desde el salón que estaba jugando con los gemelos.
-¿Qué quieres cariño?
-Papá me dijo que tenías muchos gatos, ¿es eso verdad?
-Tengo a Mishu, Lauren...
Recogí mi plato y me subí a mi habitación, recogí los pelos que me corté antes, y me quedé mirándome al espejo.
-Jack, ¿Tan mal lo hiciste dándole ese beso?- me miré fijamente a los ojos avellanas que tenía, y me quedé así un buen rato hasta que se me saltaron las lágrimas.
-¿Estás será su habitación?- se escuchó desde el pasillo.
Abrí la puerta y me encontré a Jasmin, apollada a la puerta de mi habitación, intentando escucharme lo que decía.
-Jajaja, holi.
-¿Hola? No habrás estado escuchando jovencita.
-No, además no se escuchaba nada.
Se escabulló entre mi cuerpo y la puerta y entró en mi dormitorio.
-¡Es de spiderman!, ¡Tienes un póster de spiderman!- dijo entusiasmada.
-Si- dije cerrando la puerta.
-¿Y esto?, ¿Esto que es?
-Di-a-ri-o, oh, ¡es tu diario!- dijo sonriendome.
-Eso es privado- dije quitandoselo de las manos.
-Porfa, porfa, ¿lo puedo leer?- dijo con cara de puchero.
-No, no lo ha leído nadie, ni nadie lo leerá.
-Joo.
-¡Jasmin, es hora de irse!- dijo mi hermano desde la planta baja.
-Venga Jasmin, dice papá que te tienes que ir.
-Yo no quiero irme, quiero leer tu diario.
-Papá ha dicho que te tienes que ir, así que tienes que bajar.
-Vale, pero la próxima vez lo leeré.
-Vale.
-¡Bien!, adiós Jack- me dio un abrazo y se fue de mi habitación.
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El Inicio De Un Fin
Подростковая литератураLa historia de la joven Iris, cambia un 31 de diciembre hace 5 años, no ocurre todo lo planeado, 5 años sin ser feliz, sin ser escuchada, pero este 31 de diciembre todo puede cambiar.