-Iris no se ha estudiado su parte- dijo un joven a la profesora.
-¿Eso es verdad Iris?, la semana pasada acordamos que tu ibas a tener el papel principal en la obra, si no te sabes el guión el papel principal pasará para Dylan.
-¡Pero si yo soy el siguiente en la lista para el papel principal!- dijo el joven que antes había hablado.
-Ya, pero es que en esa lista no está Dylan, y aquí se hacen las cosas que yo diga, no las que tú digas.
-Vale, vale, no te subas arriba.
La profesora le miró con una cara de ignorancia, mientras que Dylan estaba eufórico por su nuevo papel.
Estuvimos unos minutos más ensañando el guión, hasta que terminó la clase de teatro.
-Lo siento mucho- me dijo Dylan acercándose a mí.
-No-no pasa da nada, ese era un idiota que me quería quitar el papel, por lo menos lo tienes tú- dije sonriendole.
-¿Qué te parece si vamos a la tienda de la esquina a comprar algunos libros?
-No soy muy fan de la lectura.
-Ya, ya, eso lo sé, te parece muchísimo mejor la música.
-Si, ¡es que no puedes comparar!
-Pues a mi me gustan más los libros, así que vamos a comprar libros, y a lo mejor hay algunos cascos para ti, que esos están ya muy viejos.
-¡Si, por favor!, y también un café calentito.
-¿Tu que te piensas que yo soy ahora millonario?
-Si- dije riéndome.
-Pues vale, sí la señorita Grey quiere un café, iremos a por un café, y además mañana es tu cumple, así que los cascos serán mi regalo, pero no te pases de dinero.
Entramos en la tienda y cogí unos cascos verdes, tenían un precio asequible, Dylan los pagó y fuimos a una cafetería a por los cafés.
-Hum, que ganas tenía de esto- dije cogiendo el café.
Dylan me miró sonriente, en eso, se escuchó el sonido de la puerta al abrirse, entró Jack por la puerta, hacia nuestra dirección, no habíamos hablado desde octubre, así que aún seguía enfadado.
-Hola, ¿Me puedo sentar?- dijo mirándonos señalando a una silla.
Dylan me miró esperando una respuesta mía.
-Si-Si.
-Ya que me he terminado el café, será mejor que me vaya, creo yo...- dijo Dylan mirándonos.
Dylan se fue al haber pagado los cafés, y me quedé sola con Jack, mirándome fijamente, mientras que yo le daba un pequeño buche a mi café.
-No te pedí perdón- dijo tocandose la nuca.
-Era yo la que tenía que haberse disculpado, no tú- dije en seguida.
-Ya bueno, pero todos sabemos que en parte yo también tuve la culpa.
En eso, empezó a sonar una alarma en mi teléfono, había quedado con mi tía en ir a acompañarla a la bienvenida de su nueva residencia.
-Jack, ¿podríamos hablarlo en otro momento?, tengo que acompañar a mi tía a la residencia, se muda ahora.
-Si, no te preocupes.
Parecía otro Jack, el Jack el cual era su mejor amiga, no el que me miró con desprecio en la entrada de su casa, salí de la cafetería y me dirigí hacía la residencia, donde mi tía ya estaba con todas sus maletas.
-No he podido cuidarte hasta el final- me dijo dándome un abrazo.
-Tita, no es tu culpa, yo en casa apenas tenía tiempo en estar pendiente de tí, ahora te estarán cuidando todo el día.
-¿Seguro que estarás bien sola?
-Si, ya soy más madura, y podré apañaremos sola.
-Eso espero, mañana iré a verte, ya que es tu cumpleaños.
-Vale, ya me pasaré casi todo el día en la casa creo yo, cuidate tita.
-Adiós, dijo alejándose poco a poco.
Estuve el resto de la tarde sin hacer nada, sobretodo porque era viernes.
-¡Ya abro!, di una carrerilla hasta la puerta, había pedido pizza.
Pero no era la pizza, era Jack Johnson.
-Hola, es que como quedan solo unas horas para tu cumple había pensado, quedarme aquí, si tu quieres claro.
-Es que mi idea era ver pelis románticas y como a ti no te gustan y eso...
-Ah, vale, sí no quieres me voy, ya te felicitare por chat.
-No, no, no, pasa, si quieres vemos otra película.
-¿No te importará?
-No, ¡que va!, podríamos ver una peli de miedo si te parece.
-Por mi bien.
-¿Todo está bien?- le pregunté.
-Todo está bien.
Le sonreí y empezó a sonar el timbre, fui a abrir la puerta, y en efecto, era la pizza que pedí.
-¡Pizza!, dijo Jack emocionado.
Vimos la peli de miedo y me quedé completamente dormida.
-¡Feliz cumpleaños!
-Eh, eh, ¿cómo?
-Ya son las 00:00, ¡ya tienes 20 años!
-¡DOS DÉCADAS!, me puse a bailar y me acordé de mi 10 cumpleaños, mis padres me habían comprado una tarta de unos dibujitos que me gustaban mucho, pero antes de ponerla en la mesa se me cayó y estuve llorando semanas y semanas.
-¿Vas a soplar las velas o qué?
-Si, si, sople y pedí el deseo, solo que no lo puedo decir que si no no se cumplirá.
-¿Y qué quiere hacer la cumpleañera?
-Quiero ir a ver a Lu, ella seguro que se acuerda de mí cumple.
-¿Pero a las 12 de la noche?
-Si, ella trabaja en el hospital y el hospital está abierto las 24 horas por si ocurre algún accidente.
-Vale, venga, vámonos.
Nos montamos en su moto y nos fuimos al hospital.
Llegamos al hospital y yo subí a la planta donde se encontraba siempre, mire en los baños y nada, empecé a escuchar una voz, algo conocida, era de ella, de Lu, solo que no podía distinguir de donde venía ni lo que decía.
Me acerqué al sonido, estaba susurrando, pero no veía a nadie, incluso ni detrás de la puerta.
-Hola Iris, feliz cumpleaños.
-¿Cómo?, ¿Dónde estás? No te veo Lu, ¡NO TE VEO!
-Tranquila, bueno que ya me voy, tu tranquila.
-¿Cómo que tranquila?, te estoy escuchando pero no estás por ninguna parte, ¡NO ESTÁS!
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El Inicio De Un Fin
Teen FictionLa historia de la joven Iris, cambia un 31 de diciembre hace 5 años, no ocurre todo lo planeado, 5 años sin ser feliz, sin ser escuchada, pero este 31 de diciembre todo puede cambiar.