En eso salió una mujer del retrete, más mayor que yo que tenía una bata Blanca.
-Señora, no puede estar aquí, no trabaja aquí, voy a llamar al de seguridad ahora mismo.
-¡NO!, yo no he hecho nada, nunca hago nada- me tiré al suelo y rompí a llorar.
-Pero bueno, ¿Qué modales son esos?¿Quién te ha educado a ti?
Cogí mi bolso y me fui, porque mis nervios estaban disparatados.
-¡Eso vete, vete, que das asco!
Corrí llorando a los brazos de Jack.
-¿Iris que te ha pasado?
-Es que, es que...
-No te preocupes, todo está bien.
-¡No!, nada está bien. Esa señora me ha insultado porque era una maleducada chillandome, como si yo fuera una mierda o algo, es que lo soy, a quien quiero engañar.-¡Pero que estás diciendo!, tu no eres una mierda y anda deja de llorar por esa gilipollez.
-No Jack, no es solo por eso, es que.. -empecé a llorar otra vez.
-¿Pero que más ha pasado?
-Lu, Jack, Lu...
-¿Lu te ha hecho daño?, voy para allá ahora mismo.
-No, es que Lu no está.
-Ah pues no le tocará trabajar, no te preocupes por eso.
-No, ella estaba, me habló, pero no la veía, es como un recuerdo, o como un sueño, ¡NO LA VEIA!
-Eso es imposible, estaría en el váter.
-No, he mirado por todas partes.
-Vamos a subir a buscarla.
-Pero-
-Pero nada, debe estar allí.
Subimos y fuimos al baño, él entró primero y yo la volví a escuchar.
-¿Qué haces otra vez aquí Iris?- dijo Lu.
-Es que no te veo, pero si que te escucho.-Iris, ¿Estás bien?, no ha hablado nadie - dijo Jack medio preocupado.
Le miré con cara asustada.
-La he escuchado, ¿Lu?, ¡LU!
-Iris, aquí no hay nadie.
-Es imposible, alguien la ha tenido que ver o escuchar, a la recepción, seguro que la conocen - dije entrando en pánico.
Bajé lo más rápido que pude al ritmo de Jack.
-Ho-hola, ¿está aquí Lucía?, Lu para los amigos.
-¿Lu?, no me suena, se habrá equivocado de nombre, me dijo el hombre del mostrador.
-No, no me he equivocado, mira los empleados, ¡MIRALOS!
Jack me apartó del mostrador
-Iris... será mejor que nos vayamos a casa...
-Hasta que no vea a Lu no me voy de aquí, ella está, yo la he visto.
-Señorita acabo de revisar los informes y no ha habido ninguna trabajadora llamada Lucía desde hace 5 años.
-Yo he hablado con ella, yo he hablado con ella, no puede ser, no puede ser, ¡NO!, lloré.
-¡Ahí, ahí está!, esa es la joven que habla sola - era la señora de la bata, venía con un hombre de unos 2 metros.
-¿Pero usted está bien?, yo solo estaba llorando, no podéis dejarme ya todos en paz, ¡QUIERO ENCONTRAR A LU! - dije chillando.
-¿Quién es Lu?- dijo la mujer de la bata.
-Al parecer la chica se ha inventado que tiene una amiga que trabaja aquí, una tal Lucía, parece como si estuviera loca, dijo el hombre del mostrador.
-¡HA DICHO QUE LA DEJÉIS EN PAZ! -Jack me cogió del hombro y me subió en su moto mientras que yo no paraba de llorar y llorar.
-Jack, ¿Tu-tu me crees?, so-sobre lo de Lu - dije de camino al pueblo.
-Yo sé que tu dices la verdad, pero ellos también.
-Jack, ¿Me estoy volviendo loca? - dije entre lágrimas.
-No, loca ya te aseguro que no, pero, ¿alguien más la vio?
-Si, de hecho, cuando le dio el infarto a Adrián, estaba su familia y ella le atendió...
-Ah pues entonces a lo mejor el de recepción se equivocó.
-No-no, me equivoqué, ellos estaban dormidos, nadie la vio, entonces Lu no-no ha existido.
-Iris, tranquila, ¿Qué te parece si, vamos a que te vea alguien?, con lo de tu madre y eso, se te ha juntado todo, dijo mientras conducía la moto.
-Entonces estoy loca - empecé a llorar.
-No es tu culpa.
-La culpa, ¡SIEMPRE SOY YO LA QUE TIENE LA CULPA!, murió mi madre, me pusieron los cuernos, perdí mis amistades, mi amiga de internet no sabía quién era en realidad y a-ahora la única persona que me apoyaba aparte de ti ¡NO HA EXISTIDO!, y ahora todo el mundo se piensa que estoy loca y me estás diciendo de ir al psicólogo.
-Lo de Aurora fue mi culpa, no fue culpa tuya.
Jack se bajó de la moto y yo me quedé quieta encima del asiento.
-Venga Iris, sabes perfectamente que tu no tienes la culpa, vamos a entrar y a dormir- me dijo él.
Yo accedí y entramos a mi casa, él se quedó en una cama que había al lado de la mía y apagué la luz.
-No le des más vueltas al tema Iris.
-Cre-o que e-eres tu.
Él se incorporó, -¿Yo el qué?
-Desde que hablo contigo si-siempre me ocurren cosas ma-malas, no a mí, sino a gente que qui-quiero.
-¿Entonces me estás echando a mí las culpas de que estés loca?
Cogió sus cosas y se fue sin decir nada.
-¿Ja-Jack?
Él tenía razón, no estaba bien conmigo misma, era un cargo para los demás, y la mejor idea es que les cuente mis problemas a alguien.
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El Inicio De Un Fin
Подростковая литератураLa historia de la joven Iris, cambia un 31 de diciembre hace 5 años, no ocurre todo lo planeado, 5 años sin ser feliz, sin ser escuchada, pero este 31 de diciembre todo puede cambiar.