Sonó el despertador, marcaba las 7:34, ya iba tarde, Iris ya no estaba, me vestí y bajé a desayunar.
-Hola mamá- dije con la voz medio ronca.
-Hola Jack, ayer me porté fatal con tu amiga, estuve muy borde, si quieres la puedes invitarla hoy a casa, esta invitada cuando ella quiera.
-Si, vale, gracias mamá.
Cogí mis cosas y me monté en mi moto para ir de camino a la universidad.Las horas en la Universidad eran eternas, estaba escuchando música, en uno de esos pupitres verdes super incómodos, cuando derrepente alguien gritaba mi nombre.
-Jack cógela.
Me impacto un balón azul, que usaban para jugar al fútbol, o eso parecía.
Me quité los cascos de inmediato, y salté.
-Dylan tío, ¿a ti que te pasa? No ves que no te estaba viendo ni escuchando.
-Lo siento, no fue mi intención.
-No pasa nada.
Cogió una silla y se acopló al lado de mi mesa, y ¿qué tal te van las cosas?
-¿Cómo?
-Ya sabes, con tu chica misteriosa, Jack se nota que estás coladito por alguien, ¿no me lo pensabas decir?
-¿Pero que estás diciendo?- me salió una carcajada.
-Lo sabía, chilló Dylan.
-Baja la voz, no quiero que todo el mundo lo sepa, los cotilleos se espanden muy rápido, de todas formas solo somos amigos, la playslist que estoy escuchando es de ella, bueno que la creo ella y me la envío para que la escuchara, de hecho me encanta, no por el simple hecho de ser de ella sino que es muy de mi estilo de música.
-A ver, cogió un auricular.
-Así que Queen eh.
-Si- sonreí tímidamente.
-A ver si me la presentas algún día, que se traiga a una amiga suya y yo poder ligarmela- se empezó a reír.
-No, ella no tiene amigas.
-¿Cómo?
-Es que todos se portan fatal con ella, siempre les ocurren cosas malas a gente que ella aprecia, ella dice que está maldita, pero yo lo dudo mucho.
-Asi que te enamoraste de una chica maldita.
-Te estoy diciendo que no está maldita, si no me hubiera pasado algo a mí.
-Comprendo.
Dylan cogió sus cosas y se fue a clase de mates.
Sonó el timbre para salir de clases y salí con Dylan como siempre, nos subimos en mi moto y le escribí a Iris.
-Ya le está escribiendo Romeo a su Julieta, venga enciende ya la moto.
Arranqué enfurecido, de camino a casa de Dylan, se bajó y llegué a mi casa para estudiar.
Iris me había contestado, decía que se encontraba cerca de mi casa, en una heladería, salí y cogí la moto otra vez, me dirigí a la heladería, cuando llegué, no la vi sola, por un momento pensé que era el gilipollas de Adrián, y me estaba enfadando, pero no era él , era Dylan.
-¿Hola?
-¡Jack hola!, este es Dylan.
-Ya ya ya, lo conozco.
-Jack tío, ¿que haces tu aquí?, ¿no ibas a quedar con tu Julieta?
-¿Quién es Julieta?- preguntó Iris.
-Na-nadie- tartamudee.
-Si tío, es la chica esa que te gusta.
-¿Cómo? Pero bueno Jack, no me habías dicho nada.
-No, es que el se lo está inventando, no me gusta nadie.
-Pero si hoy...
-¡DYLAN QUE NO!- le chillé.
-Ahh, vale, vale.
-Oye me estoy perdiendo- dijo Iris.
-Cosas nuestras- dijo Dylan.
Puse los ojos en blanco y pregunté -¿De qué os conocéis vosotros dos?
-Vamos a teatro juntos- contestó Iris.
-¿Teatro?, Dylan no sabía que te gustaba el teatro.
-Pues sí, solo que no lo suelo decir.
-Bueno ya que os conocéis, será menos incómodo, así que ¡vamos a pedir helados!
-Siii- dijo Dylan con la ilusión de un crío.
Al final Iris y yo terminamos compartiendo una copa con dos pajitas sumergidas en nata con chocolate, y Dylan se pidió una copa con kinder y chocolate.
-Bueno, ya se está haciendo de noche...- dije.
-Si, debería irme a mi casa.
-¿Te llevo?
-Vale.
Aparqué la moto, nos bajamos y en la entrada de su casa, me dio un abrazo antes de entrar.
-Gracias por traerme.
-Mi madre quería invitarte hoy a casa, pero no se ha dado la ocasión.
-Ah, bueno otra vez será, ten cuidado con el sol que te vas a quemar.
-Que por ser mis padres ingleses no quiere decir que seamos vampiros, además ¡Es de noche!
-Lo que tu digas, adiós guiri- dijo entrando a su casa.
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El Inicio De Un Fin
Teen FictionLa historia de la joven Iris, cambia un 31 de diciembre hace 5 años, no ocurre todo lo planeado, 5 años sin ser feliz, sin ser escuchada, pero este 31 de diciembre todo puede cambiar.