𝐣𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬 // K! Quackity y Male reader +18

*4* Realidad

Narra Will:

Podríamos decir que ahora eres familiar del furry con olor a qué nunca tomo una ducha, parece que nadie de ahí lo hace, excepto tú al parecer.

Sapo peta quería reunirse contigo para hacer una exposición, resulta que había un portal hacía otro Karmaland pero cuando fue con los héroes fue un desastre, además de que medio grupo se fue a fumar y el resto luchaban contra el ser de abajo; Uno de los Héroes había pedido personalmente... Que estuviera abierto y no lo destruyeran, bastante extraño en realidad, te gustaría investigar más eso. Karl te ha estado mandando varios libros de historia sobre Karmaland y magia negra (por si acaso).

Estabas caminando detrás del hombre vagabundo, cuando el mostró el portal.

—Es aquí ¿Algo te llama la atención?

Te acercaste un poco, miraste las líneas curvadas del portal y te llamaban mucho la atención, el tono llamativo del rojo carmesí y el tono negro te estaban llamando, es un buen color que has portado antes.

—Bueno, parece un lugar corrupto, las curvas del portal de mueven muy agresivamente y parecen estar rotas.

—¡Increíble! Sabía que traerte sería de mucha ayuda. Entremos, toma esto.

Te dio un poco de... ¿Su caca? Eso te saco mucho de tus casillas, pero no hay mucho que decir ya que notaste que había entrado y obviamente le debías seguir, sentiste una gran ola de calor atravesar tu cuerpo, así que de forma instintiva te quitaste el suéter (no robado... No lo es) del super noruego no bañado en décadas, para sorpresa tuya olía bastante bien, digamos que le tienes envidia a su desodorante de olor chocolate y dónde tengas hambre te lo vas a comer y luego morir de una intoxicación.

Guardaste el suéter en la maleta que llevabas contigo, obviamente lo doblaste... Obviamente.

Caminante detrás de Sapo peta por un rato, todo era parecido a un Karmaland solo que de un tono más oscuro y con un ambiente supremamente cálido, todo tenía un tono rojizo muy brillante.

—Hay muchas criaturas peligrosas por aquí, Manten un ojo abierto.

Y era cierto, a lo lejos veías algunos bichos (negros como siempre), no se veían hostiles cómo tal, pero no hay que ser muy inteligente para saber que las apariencias engañan, tu también.

Llevaste un rato caminando hasta que el se detuvo en el pueblo.

—¿Crees que puedas analizar este lugar? Te cubriré la espalda.

Asentiste y empezaste a ver todo lo que podías, el suelo no oatecia muy diferente, aunque cuando tocabas no sonaba como tierra, sonaba como un tipo de mármol y eso te hizo pensar ¿Alguien habrá creado este lugar? Tiene pinta de que alguien vivió en ese lugar, es algo bastante curioso.

—¿Puede llevarme algo de aquí?

—¿Qué cosa?

—Ehh... Si puedo llevar muestras para analizar.

—¡Pero claro!

El dio una amable sonrisa, sacaste unos pequeños frascos de tu mochila, en uno llevaste tierra o lo que sea esa mierda rara que pisar, el agua era de un tono rojizo y te hacía pensar que era sangre, así que llevaste un poco también, aún tenías tres frascos, así que era mejor seguir mirando.

—¿Por qué no miramos las casas de los héroes? Tal vez podamos ver algo más.

—Tienes razón.

Con esa palabras, os encargasteis de ir al tremendo castillo de Vegetta, la única cosa extraña eran las rosas marchitas, cuadros rotos con sus pinturas desgarradas y sangre en los al rededores, sacasteis una foto.