FIFTEEN

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Dolor de cabeza, ojos hinchados. Le ardían las mejillas y su cuerpo temblaba por el frío. Una madrugada bastante helada y no en cuanto al clima se refiere. JiMin estaba que moría de la vergüenza. Pero su corazón dolía. Dolía mucho. Exactamente ¿por qué pensó que su hermanastro lo quería en ese sentido? ¿Por qué alguien como Jeon JungKook se figaría en él? Ahora pensaba que los buenos tratos sólo fueron una consecuencia de un intento por remediar los errores del pasado. Las atenciones. Las palabras bonitas. Todo. Absolutamente todo fue por mero compromiso y por hacer que la relación de hermanos funcionara. Pero dolía como la mierda.

JiMin pasó toda la noche llorando en su cama, ni siquiera se tomó la molestia de vestirse después de salir de la ducha. Aproximadamente pasó una hora bajo el agua porque sabía que JungKook lo esperaba afuera y definitivamente no quería verlo. No quería enfrentar la explicación del porque lo rechazaba. Era muy sencillo; sólo simplemente no le gustaba. No lo deseaba tanto como él. No quería escucharlo, sólo quería olvidar y así cesar el dolor en su pecho. Pero a medida que el tiempo avanzó en soledad se dio de cuenta que no se iría en unas cuantas horas. Porque realmente le gustaba. Vio esas señales y el alejamiento del mayor como "celos". Pero no era así y era jodidamente asqueroso.

Cuando los primeros rayos del sol aparecieron por su ventana maldijo cientos de veces para sí mismo. "Idiota" "Patético" "Estúpido". ¿Por qué siempre tenía que dejarse llevar tan rápido por sus emociones? ¿Por qué pensó que con JungKook estaría mejor? Tenía muchas preguntas y cientos mensajes de TaeMin por contestar. Se estaba comportando como un perro cuando le das de comer por primera vez. Ahora le llamaba con cariño; le decía "bombón". Se escuchaba tan asqueroso que le revolvía el estómago.

Cualquier rastro de sentimiento que hubiese tenido por Tae Min desapareció en cuestión de días. Quizá no lo quiso tanto como él pensaba. Sólo estaba encaprichado y ¿cómo no? Era su primer novio y su primera vez que, por fortuna, no sucedió. De eso no se arrepentía. Pero de lo que sí, era de haber aceptado sus sentimientos por su hermanastro sin haber analizado un poco más la situación. Su corazón escocía y quería tenerlo a su lado como antes. Eso ya no sería posible y tomó una decisión mientras se lavaba la cara y cepillaba los dientes; pondría una barrera entre ellos, después de todo y lo más probable es que JungKook continuaría ignorándole.

Así que fingió estar bien y se puso ropa cómoda para tomar su clase. Sería la primera después de todo este tiempo enfermo y casi al borde de la muerte. Se prometió dar lo mejor de sí y subir sus notas. En un año iría a la universidad y quería entrar en una de las mejores. Su padre mencionó Oxford, dijo que podía pagarla. O Harvard también, sonaba tentador. Ahora esas opciones sonaban bien. Cualquiera que lo sacara de Japón y de todo el continente asiático. 

—Es un gusto recibirlo nuevamente en la clase, joven Park—su profesor le dio una cálida bienvenida—Sobrevivió a la enfermedad que está tomando muchas vidas. Es usted muy valiente.

Aparentemente ahora su maestro le tenía cierto respeto. No era para menos, casi moría y estaba entregando todas sus tareas, incluyendo las de matemáticas. Aún tenía errores, pero nada que no pudiera corregir por él mismo.

Se tomaron diez minutos para hablar de él y eso le hizo sentir frustrado. No le gustaba ser el tema de conversación y mucho menos cuando estuvo al borde la muerte. Tampoco le gustaba que sus compañeros le hablaran como si siempre se hubiesen llevado bien. Eran patéticos, sobre todo TaeMin que no paraba de hacerle cumplidos y mandarle mensajes en el chat. Si éste creía que podría recibir una oportunidad más, estaba completamente equivocado. Pobre iluso.

Al final dejaron a JiMin en paz y se concentraron en la clase normal. Aunque hubiese querido poner toda su atención en ello no podía. A ratos pensaba en JungKook y que en cualquier momento podría aparecer con la charola de comida que siempre le llevaba. Aunque quizá ya no sería así. Realmente esperaba que no. No quería verlo aún. No quería dar explicaciones de lo que hizo, ni tampoco estaba listo para ser rechazado formalmente. Tuvo que obligarse a mantener la mente ocupada entre ecuaciones que no entendía del todo para dejar de lado a su hermanastro de una vez por todas.

Cuarentena (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora