SIXTEEN

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Fue una noche rara después de que la adrenalina les haya dejado demasiado agotados, y hasta durmieron juntos. JiMin recuerda que subieron tomados de la mano hacia su cuarto y cuando JungKook estuvo a punto de irse al suyo, lo detuvo y le pidió que no lo dejara sólo. El pelinegro estaba demasiado sensible como para negarse a su petición y con los ojos de cachorro que le puso fue mucho peor.

Para el mayor, dormir con JiMin fue uno de los momentos más placenteros de su vida. Nunca antes se sintió tan cálido y tan a gusto con alguien. Pudo abrazarlo a su antojo, aspiró el olor de su cabello e incluso hubo un momento en la noche en que pudo tener sus labios rojos cereza tan cerca de los suyos que casi pierde la cordura. Pero no iba a besarlo dormido, sentía que si lo hacía sería una forma de abusar de la situación. Así que aguantó y aguantó todo lo que pudo. Además tampoco estaba dispuesto a dejarlo solo, no después de lo que vivieron. Así que se quedó hasta que el primer rayo de luz entró por la ventana y con él una erección matutina que dolía mucho. Y más cuando se frotaba con el trasero del menor que estaba demasiado dormido como para sentir ese falo duro en sus nalgas. Porque de lo contrario seguramente hubiese hecho algo al respecto.

Salió del cuarto de JiMin haciendo el menor ruido posible y se encerró en el baño para atender ese pequeño problema en sus pantalones. No podía creer que estuviera masturbándose, por segunda ocasión, en el nombre de su hermanastro. Pero todo era muy excitante; sus labios que olían delicioso, su cintura fina que pudo sostener, su trasero que se frotó con su miembro unas cuantas veces. Todo eso e imaginar a JiMin en desnudez le volvió loco y pudo llegar a su orgasmo prometiéndose a sí mismo que sería la última vez que haría algo así.

Después de un rato el rubio despertó sintiéndose muy vació por ver que estaba completamente solo. Pero no le molestó; necesitaba tiempo para pensar en lo que había sucedido. Estaba seguro que no fue su imaginación; escuchó claramente que JungKook lo llamó "mi chico". Exactamente ¿por qué lo dijo? Además, ahora que lo pensaba, no habían hablado del besó que le dio. Sintió tanto miedo de ser rechazado directamente que prefirió poner una barrera, misma que ambos cruzaron el día de ayer. JungKook no podía profesarle tanto amor sólo por ser "hermanos", debía ser por algo más. Pero, ¿cómo podría averiguarlo? Podía usar a TaeMin nuevamente, pero no quería que el pelinegro lo volviera a tratar con frialdad, ya no lo soportaría a menos que él también lo hiciera. Pero ese no era el punto. Tenía que buscar la forma de descubrir los sentimientos de JungKook y cuando estuviese seguro de ellos, volvería a actuar.

Hasta entonces actuaría con normalidad, como si nada hubiera pasado. Y cuando creyó que podía estar tranquilo, TaeMin apareció de nueva cuenta con sus llamadas fastidiosamente insistentes. Al principio decidió no contestar, pero en vista de que no paraba de llamar, consideró que era momento de terminar con esa situación. Yo no lo quería. Es más, nunca lo quiso de verdad.

—¡Bombón! —chilló—¿Estás bien? ¿Por qué no entraste a clase?

"¡Mierda! La clase"

Con tanto en que pensar, se olvidó por completo que debía entrar a su clase. Pero afortunadamente, al ser jueves, no se habría perdido de mucho. Se justificaría diciendo que se sentía un poco indispuesto. Así de simple.

—No me sentía bien—mintió.

—¿Qué sucede? Puedo ir a verte si quieres.

—No es necesario...

—¡Bombón, quiero verte! —suplicó.

Al otro lado de la puerta semi abierta estaba JungKook escuchando atentamente cada palabra. Llegó en el momento indicado y estaba a punto de entrar, pero decidió esperar. Quería escuchar hasta donde llegaba JiMin con todo eso.

Cuarentena (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora