Capítulo IX

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Capítulo IX

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Capítulo IX

─ ¿Todo está bien, mi señora? ─ preguntó Morrigan, entrando a la habitación de la princesa con una bandeja con la comida para ella y la niña.

─ Todo muy bien, Morrigan─ respondió Natasha, acomodando la manta alrededor de las piernas de la niña antes de abrir la ventana para que pudiera respirar aire limpio.

El castillo era antiguo (incluso en esa época) y tenía muchas corrientes de aire y una humedad permanente en las rocas que componían las paredes que afectaban negativamente la salud de la princesa. Sin embargo, gracias a los cuidados de Natasha, la niña seguía mejorando a ojos vista y no había tenido ninguna crisis desde su arribo, un mes atrás. La criada puso la comida sobre el regazo de la niña y Natasha la dejó comer tranquila mientras iba a revisar las bolsas con hierbas que guardaba cerca de la puerta. Había requisado de las bodegas todas las hierbas medicinales que podrían servir para el tratamiento de la princesa y, ella se reservaba el derecho de almacenarlas y administrarlas. Aprovechando que Morrigan le daba la espalda, cogió un puñado y lo escondió en su delantal, tomando entonces la bolsa para enseñársela a la muchacha.

─ Nos estamos quedando sin hierbas─ anunció y la joven criada echó un vistazo dentro del morral, asintiendo─ Iré al bosque a recoger algunas, ¿podrías quedarte con la princesa esta tarde?

─ Pero, mi señora, el rey prohibió que usted saliera de los terrenos del castillo─ replicó la muchachita.

─ Lo sé, pero, no saldré de los terrenos del castillo... permaneceré dentro del coto de caza, eso también forma parte de los terrenos del rey, ¿no es así? ─ cuestionó, confundiendo a la muchacha. Morrigan era una chica ágil, competente y muy dulce, pero, no era demasiado lista, lo que la hacía fácil de manipular. Natasha se sentía mal mintiéndole, pero, sabía que ella le entregaba un informe diario de sus actividades al ama de llaves y luego todo llegaba a oídos del rey.

─ Supongo que... que eso está bien...─ tartamudeó la niña y Natasha sonrió, inclinándose una última vez para revisar a la princesa.

─ Volveré pronto, su Alteza─ anunció y Eirinn asintió, dedicándole una pequeña sonrisa. Con el paso de los días, la relación entre ambas se había vuelto cada vez más amena y cercana y la niña resentía sus ausencias─ Cuida bien de ella, Morrigan─ advirtió y cogió su capa antes de salir de la habitación.

Determinada a cambiar la dirección que había tomado su destino y a obedecer las órdenes de Aldewara, Natasha había trazado un plan. Escribió en un diario todo lo que recordaba sobre la historia de Killarney y decidió adelantarse a los hechos, preparándose para el peor de los escenarios: la guerra contra los Reyes Supremos. El término "rey supremo" se usó desde tiempos muy antiguos para referirse a aquellos reyes irlandeses que anexaban más territorios a sus reinados o que se imponían de un modo u otro en la fragmentada jerarquía de la isla esmeralda. Eran reconocidos como los primeros entre sus iguales y por eso era un título muy codiciado. En la línea temporal de donde ella provenía, Steve le había declarado la guerra a uno de los reyes supremos, debido a que no quería contraer nupcias con su hija y terminó muriendo en batalla. Pero, en esta realidad, aún no se había declarado la guerra entre los reyes irlandeses, ni la invasión normanda, ni la epidemia de tuberculosis que había convertido a Killarney en un poco menos que un pueblo fantasma.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2022 ⏰

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