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Al llegar a casa, Jimin se dió un largo baño, usando un jabón con olor a fresas que sabía que al mayor le gustaba. Luego se peino, hizo un sutil maquillaje y por último, se puso sus nuevas prendas.

Al atuendo le agregó una linda gabardina negra que le regaló Jungkook en la última navidad. Y cuando se sintió satisfecho con su aspecto, tomo su pequeño bolso y salió para esperar a su novio.

Faltaban unos minutos para las 7, así que en cualquier momento él estaría ahí. Estaba muy emocionado.

Jungkook mira por quinta vez su reloj en menos de 20 minutos. Está desesperado.

Su madre y prometida, lo atraparon justo cuando iba de salida a su apartamento para cambiarse y buscar al menor. Así que aquí está ahora, escuchando como discuten sobre cómo deben anunciar públicamente la boda.

Según su madre, ya era hora. Faltaba un poco más de un mes y ya querían tener puesto sobre ellos, el lente de la prensa.

Él obviamente no quiere, preferiría que fuera todo muy íntimo porque claro, sería noticia nacional y las posibilidades de que Jimin se enterara eran demasiado altas. Pero como era imposible ganar una discusión contra esas dos mujeres, supo que debía decirle a Jimin antes de que la bomba explotara. Pero no sería hoy, hoy es su día y nada lo arruinaría.

Mira de nuevo su reloj, dándose cuenta que faltaban 40 minutos para las 7 y debido al tráfico no podría ir a cambiarse. No se percata que Nayeon lo ha estado observando todo el rato, así que cuando hace el amago de levantarse, esta habla apresurada.

– U-uh- suegra, disculpe, me siento un poco mareada— dice mientras se acaricia la sien —¿Podríamos continuar mañana?

– Claro que sí, mi niña, ve a descansar —le responde mientras toma su bolso y se levanta —Jungkook, hijo, acompañala a casa.

– Yo- Yo i-

Es interrumpido por Nayeon —Si, por favor— finge una expresión de dolor —No me siento en condiciones de manejar ahora mismo.

– Puede ser peligroso! Lo mejor será que te quedes con ella— Se dirige a la puerta —Ya vayan a casa, si necesitas ir al médico, Jungkook estará ahí para llevarte.

Nayeon le sonríe contenta y Jungkook se siente perdido.

Eran las 7:30 y Jimin ya comenzaba a sentir un poco de frío, así que metió sus manitas en los bolsillos del largo abrigo y se sentó en la acera. Le había dejado varios mensajes al mayor y aún no obtenía respuesta, así que pensó que estaría atrapado en el tráfico.

Volvió a sacar su celular y decidió llamarlo, pero seguía sin tener respuesta alguna del mayor. Respiró profundo, alejando los malos pensamientos y siguió esperando.

Y esperó, hasta que el reloj marcó las 8:50 pm. Ya muy cansado y con lágrimas acumuladas en sus ojos, se pone de pie y antes de ingresar de nuevo a su cuarto, vuelve a mirar su celular. Nada, no había ni una sola respuesta a alguno de los 30 mensajes que le dejo al mayor.

Se sentía preocupado y por un momento pensó en ir al apartamento de Jungkook, para asegurarse de que estaba bien y que tal vez solo lo olvidó, cómo siempre. En ese momento eso sería mejor que la incertidumbre y angustia que siente. Pero el azabache le tiene prohibido visitarlo, porque alguien de la prensa o su familia puede verlo y eso podría traer problemas. Jimin no quería ser un problema.

Al estar adentro, calienta un poco de agua y prepara un té para entrar en calor, también se pone la pijama más abrigada que tiene y mientras toma su bebida, observa atentamente la puerta, aún esperando que mágicamente el otro aparezca y cumpla su promesa.

secret - kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora