Lo que vale la vida.

CAPITULO 19

FRANCO

Desde que me entere que por fin vamos a estar solos con sol, estoy muy feliz y ansioso, no solo por que la podre hacer mía,  si no por que esto va a ser como un adelanto de lo que quiero que sea el resto de mi vida, ella viviendo junto a nosotros, en nuestra casa, con nuestros hijos. 

Justo ahora, mis hermanos y yo estamos en la destiladora por orden de pablo que ni estando lejos nos deja dormir, aunque siendo honesto le he empezado a tomar el gusto a esta vida, llevamos un poco más de una semana y a pesar del trabajo duro, nunca he sentido tanta tranquilidad, este lugar me a traído mucha paz, me gusta como son las personas aqui, una ves que los conoces son alegres y cálidos, además del hecho que aquí nadie habla de mafias, armas, aquí no tengo miedo que un día llegue alguien y nos mate.....

M: FRANCO (siento que algo me pega en la cabeza) te estoy hablando ¿Por qué no me haces caso?

F: no tenias por que aventarme nada, solo estaba pensando en sol...

M: lo sé, yo tampoco puedo dejar de pensar en ella, ya quiero terminar para poder regresar con ella.

L: hay veces que la veo y no puedo creer que esa pequeña mujer hermosa, nos tenga comiendo de la palma de su mano......

M: y eso que aún no nos acostamos con ella ¿Cómo será en el sexo? Por que isabela era puro fuego (Leo y yo lo volteamos a ver de inmediato con el ceño fruncido)

L: nunca vuelvas a tratar de comparar a sol con esa puta (mateo se pone serio) sol es mil veces mejor que ella.

F: ¿Por qué la sacas a relucir ahora? ¿aun la quieres? (mateo trata de articular palabra, pero no le sale nada)

L: escúchame bien mateo (se acerca a él) si aún sientes algo por isabela, aléjate de sol antes que esto llegue mas lejos, por que no pienso permitir que la hagas sufrir.

M: tranquilízate Leonardo, solo fue algo que se me vino a la mente....... yo quiero estar con sol

isabela era o bueno mejor dicho es la hija de un mafioso, al que mataron y cuando paso su mama y ella no pudieron mantener el estilo de vida al que estaban acostumbradas por lo que isabela desesperada por la situación comenzó a meterse con cualquiera que le diera dinero, hasta que llego mateo; el día que mateo conoció a isabela llego con nosotros y nos dijo que era la mujer perfecta, que era valiente y aventurera además que estaba acostumbrada a nuestro mundo y eso siempre es una ventaja, no tener que explicar y cuidar a una persona ajena a esto; cuando leo y yo la conocimos, nos impresiono su belleza, su seguridad y en cierto modo su arrogancia así que aceptamos y comenzamos una relación los 4, al principio todo iba bien, como dijo mateo, ella era fuego en la cama, no tenia limites en ese sentido; con el paso del tiempo ella nos empezó a pedir cosas, al principio eran cosas pequeñas, hasta que un día nos pidió vivir juntos, nos pareció bien y le dijimos que se mudara a nuestro departamento, ella se negó rotundamente e hizo un berrinche porque quería que le compráramos una mansión, fue ahí que leo y yo comenzamos a notar que algo no estaba bien con ella, empecé a prestar más atención y note que si quitábamos el sexo no había nada que nos uniera con ella, a pesar de haber crecido en el mismo ambiente no teníamos tema de conversación, note que ella nunca hacia el intento de interesarse en nada que no fueran nuestros negocios; decidí hablar con leo ya que mateo era el más involucrado con isabela y me dijo que el había notado lo mismo y que ya no quería seguir con ella, cuando se lo dijimos a mateo, se puso como loco, dijo que la amaba y que nunca la dejaría.

Mateo estaba completamente enganchado de ella, por ella se metió en las drogas también ella lo convenció de entrar en peleas y carreras ilegales, el hacia todo lo que ella quería, si ella le pedía que matara a alguien, él lo hacía, a pesar de ser hijos de quienes somos, nuestros padres siempre nos inculcaron valores y nos enseñaron que matar es la última opción y ellos mataban por diversión. Mateo estaba tan mal que tuvimos que recurrir a nuestros padres y junto con ellos armamos un plan para ponerla en evidencia, aunque tampoco fue que necesitáramos mucho.