Inexorable

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Capítulo extra

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Eran pasadas las once de la noche cuando el portón eléctrico de la propiedad se abrió despacio a la llegada de Grisha Jaeger en su Porsche negro de colección. Ingresó y estacionó, bajó y caminó hacia la casa ajeno siempre a su escrutinio y a su silueta recortada en la oscuridad enmarcada en una de las tantas ventanas del segundo piso.

Eren le esperó recluido en la que fue la habitación de su infancia tras excusarse con su madre por interrumpir la amena conversación mantenida, diciéndole que su cabeza dolía y que había tenido un largo día y que, por ende, se tomaría unos instantes de su visita para descansar. No le mentía, después de todo, ni Carla tampoco al afirmar que no le molestaba y que podía reposar lo que quisiera. Siempre tan comprensiva, pensó con un deje de remordimiento por guardar ante sus narices aquel secreto que atormentaba su consciencia.

¿Sería también comprensiva en lo que respecta al absurdo matrimonio arreglado en el que su hermana adoptiva estaba involucrada?

No tenía la certeza. La esencia de su madre se caracterizaba por ser expansiva y cordial, pero en ciertas ocasiones podía resultar imposible de predecir. El mejor ejemplo lo basaba en el comportamiento que adoptaba para con él cada que la hacía enojar. Algunas veces le reprochaba por días e incluso semanas el motivo de sus discrepancias, mientras que otras le perdonaba con una facilidad propia de su corazón blando.

Sus especulaciones fluyeron hacia las reacciones de sus demás cercanos. ¿Y ellos? ¿Qué harían al saberlo?

Evocó a la velocidad de un parpadeo los escenarios que podían presentarse, juzgándolos individualmente por el peso de sus convivencias y de lo poco o mucho que les conocía. Y sin deliberarlo demasiado, concluyó que Christa no le creería, que Sasha armaría un escándalo, y Armin... bueno, si de algo estaba seguro es de que Armin terminaría calmando el histerismo desatado con palabras de aliento fundamentadas en sus ecuánimes razonamientos, aunque que él en sus adentros, irónicamente, fuese otro manojo de nervios.

Gruñó por lo bajo en descontento. Siendo honestos, no tenía ánimos de averiguarlo.

El sonido de su celular le evitó de seguirse devanando los sesos con eso de plantearse todos los posibles desenlaces de esa catástrofe que no le afectaba directamente, pero sí a Mikasa y eso era más que suficiente para consternarle. Un mensaje de Christa Arlet, su novia desde hace tres años, encabezaba el montón de notificaciones sin revisar.

"Christa: ¡Hey! Hola de nuevo. ¿Duermes ya?".

"No, aún estoy en casa de mis padres. ¿No se suponía que tú sí?".

Ella le contestó de inmediato.

"Christa: Se suponía... Pero se me ha espantado el sueño. ¿Te gustaría pasar por mí cuando vayas de vuelta a tu departamento?".

Una sonrisa espontánea le hizo relajar sus labios tensos. Quizás estar con ella le ayudase a olvidarse de todo por un rato.

"Claro. Te aviso cuando esté cerca".

"Christa: Ve con cuidado. Te quiero".

Transcurrieron aproximadamente cinco minutos cuando bajó a encontrar a Grisha en su oficina, cuidándose siempre de no arruinar el momento a solas que necesitaba tener con él topándose con su madre en los pasillos.

Se aproximó a la estancia de manera tan sigilosa que Grisha no le notó situarse en la entrada pese a tener la puerta entornada. Asomado en la limitada abertura, Eren atestiguó cómo, sin reconsideraciones que le hicieran hesitar en deshacerse de ello, lanzó al fuego de su chimenea el sobre con sello de lacre rojo que ya había sido abierto.

Cásate conmigo, Mikasa (RivaMika Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora