Húmedo

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Consigo llegar a la salida del club, mis piernas temblorosas han conseguido aguantar mi peso. Pude evadir las preguntas de mis amigos sobre mi cara pálida y mi desespero por irme.

Llegamos sanos y salvos cada uno a su casa. Les agradezco la buena noche que pasé, acabé tan rendida que fue tocar mi cama y caí profundamente en los brazos de Morfeo. Supongo que llegaríamos pasadas las cuatro. Perdí la noción del tiempo cuando me encontré a Sasuke... Saboreo su nombre en mi mente, no sé qué clase de nombre es pero le queda muy bien.

Es mi último pensamiento antes de dormir.

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Escucho un crujido de una cama, es un sonido constante y casi melódico.
Abro mis ojos y me encuentro en la esquina de una habitación, a diferencia de mi otro sueño, este tiene buena visión. Una ventana grande que va desde el suelo al techo, hace que la luz de la luna se cuele y pueda ver perfectamente las dos siluetas que yacen en la cama.

Es Kingsize con un cabezal como de terciopelo negro. Puedo ver a una rubia de tetas grandes siendo empalada por un hombre tres veces más grande que ella. Se ve que están disfrutando mucho a juzgar por los gemidos y gruñidos de placer de ambos. Gracias al movimiento, la sábana se va deslizando y deja al descubierto unas nalgas perfectas, con una piel blanca y lisa.

Intento ver quién es el causante de todo ese placer y veo una cabeza rubia que va bajando dando besos entre su cuello, clavícula y pechos.

Siento un cosquilleo entre mis piernas. Nunca había tenido sueños húmedos y menos con personas desconocidas siendo yo una simple espectadora.

De repente aumenta las embestidas y los dos llegan al orgasmo al unísono. En ese preciso momento caigo en cuenta de tres cosas: una, que el rubio es el tío bueno que vi en el club. Dos, que la chica es la que estaba en el suelo del baño y tres, veo que está siendo "absorbida" por él. Es exactamente lo mismo que vi aquel día en ese sueño tan macabro.

A diferencia de la vez pasada, ella suelta un suspiro, el la libera de la prisión de sus brazos firmes y ella se da la vuelta en la cama. No está muerta, parece más bien cansada. El sale de su estupor y se sienta en la cama, veo sus ojos brillar en la oscuridad y son de un color anaranjado. Parece mirarme y yo suelto un jadeo de sorpresa y él parece que también.

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Me despierto y veo que son las seis de la mañana. Pensaba que iba a dormir hasta el medio día. Esta vez no estoy tan asustada por el sueño y una voz en mi cabeza que me dice que no son simples "sueños". Y si son de verdad? Pero que digo, es imposible estar en dos sitios a la vez. Necesito respuestas y lo peor es que no sé dónde empezar a buscar.

Decido levantarme y lleno la bañera de agua caliente haber si ayuda a relajar mis músculos tensos. Casi logré sentir envidia de aquella mujer de no ser por el final que tuvo en el "sueño".

Cierro los ojos y me imagino que es el pelinegro. Está detrás mío en la bañera, yo sentada encima de él, siento algo duro y grueso y puedo intuir que es su polla. Lentamente voy bajando mis manos, tocó mis senos, los aprieto suavemente y me pellizco los pezones.
Voy bajando por mi vientre plano hasta llegar al pequeño manojo de nervios. Empiezo a tocar en círculos imaginando que es él, sus dedos grandes y duros saben cómo tocarme. Empiezo un vaivén con mis caderas y me restriego en su polla. Cada vez está más duro y siento como jadea en mi oído. Va un paso más allá y mete dos dedos dentro de mi... El placer es indescriptible y siento más de lo que jamás había sentido. Aumento el ritmo de mis dedos y siento como todo mi cuerpo se tensa. Digo su nombre en voz baja en un grito contenido y me vengo duramente contra mis dedos.

Almas CondenadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora