Distancia

209 26 8
                                    


• Mansión Uchiha •


Me despierto del trance en el que estaba y me doy cuenta que sigo de pie en el despacho de mi padre. Algo me da mala espina, salgo corriendo como puedo hacia la puerta. Tengo que salir de aquí e ir con Sakura.

Llego a la casa del lago y hay un silencio estremecedor. Entro y lo primero que veo es una escena que me desgarra el corazón. Sakura está acostada en medio del salón, a mi alrededor solo hay sangre y vísceras. Al pie de las escaleras veo a Naruto con la cabeza en un ángulo extraño y sé que está muerto. No siento más presencias en la casa, no puedo creer que todos estén muertos.

Me dirijo rápidamente a Sakura, joder, ojalá esté viva todavía.

Conforme me voy acercando veo que tiene los ojos abiertos, están opacos... sin vida. La tomo en mis brazos y hay un charco de sangre debajo de ella, su piel está más pálida de lo normal y fría como un tempano de hielo. Le toco la cara y su mandíbula se abre y veo que está desencajada.

Una emoción desconocida me recorre, de repente me pica la garganta y los ojos. Quiero llorar, quiero gritar pero nada sale de mi y pienso en todo lo que hice mal. No debería haberla dejado sola.

Dos solitarias lágrimas escapan de mis ojos por fin y lo único que puedo hacer es abrazarla y llorar como un niño desconsolado. Por lo que tenía y lo perdí.

.
.
.

Me remuevo incómodo, mi mente me dice que estoy olvidando algo importante mientras estoy aquí tumbado sin hacer nada.
Abro mis ojos y mi vista se dirige a unos cabellos rosas que están sobre la almohada justo debajo de mi brazo. Está durmiendo plácidamente y su rostro se ve perfectamente, su respiración es tranquila y un flashback me trae una imagen de ella con los ojos abiertos y la mandíbula desencajada.

Un escalofrío me estremece y la muevo, quiero que abra los ojos y me hable. Que borre esa sensación de mi pecho...

Trato de despertarla pero de repente se ha quedado lívida, no responde, no abre los ojos y siento como despierto de golpe en la realidad.

...

¿Son sueños? ¿Es la cruda realidad? No puedo diferenciar lo que es verdad y lo que no. De pronto me estoy enfrentando a la posibilidad de perderla para siempre. Si es así, no creo que valga mucho la pena seguir existiendo. Han sido pocos días de conocerla, pocas horas de haberla hecho mía pero se que su alma y la mía están conectadas desde hace mucho tiempo...

- Hasta que por fin despiertas- me sobresalta una voz que identifico inmediatamente cómo Madara.

Abro los ojos y veo que estoy de rodillas en el despacho de Fugaku. Madara está al frente mío, apoyado en el escritorio con las piernas y brazos cruzados.

-¿Qué me has hecho, hijo de puta?- intento levantarme pero las piernas me pesan. Parece que hubiera corrido una maratón.

-No pensé que fueras tan débil, me has permitido entrar en tu mente y jugar con ella. He visto cuánto te importa Haruno. Sabes que los Uchiha no podemos permitirnos ser débiles, esa chiquilla te está devolviendo tu humanidad y dime, ¿De qué sirve? Estás aquí, a punto de morir y sin poder protegerla. ¿Sabes siquiera dónde está?

-Parece que sabes muchas cosas, ilumíname- digo con sarcasmo ¿que más da? Sus palabras me dejan claro que ya la ha matado.

-Dale las gracias a tu madre, es la que orquestó todo este circo. ¿Sabes que me llamó hace unas horas ofreciéndome la cabeza de tu novia? Ah perdona, que era tu amante...- no lo dejé continuar, mi cuerpo tomó voluntad propia y saqué fuerzas de dónde no las tenía. Va a pagar por esto.

Almas CondenadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora