Almas Conectadas

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La realidad me vino de golpe sin previo aviso.

Al principio pensé que era un bonito sueño o un recuerdo vívido.

Sentía calor en mi entrepierna, un cosquilleo que recorría todo mi cuerpo.

Mis caderas empiezan un vaivén sin mi permiso y llevo una mano hacia la fuente de tanto placer. Me encuentro con un cabello sedoso y al bajar la mirada veo a Sasuke en medio de mis piernas.

Me devora el coño con destreza y con una urgencia que hace tiempo no sentía. Me olvido de todo e incluso de cómo llegamos aquí. Olvido todo lo malo, olvido la pelea, la distancia. Sólo somos dos cuerpos que se necesitan.

Tiro de su cabello porque no aguanto tanto placer pero eso no lo detiene. Con una mano sujeta mi cadera y con otra me aprieta un pezón y estoy a punto de explotar.

Introduce dos dedos dentro de mi y ya es demasiado.

-Vamos, Sa-ku-ra. Déjame probarte.

Y así sin más me corro duramente como nunca lo había hecho. Tengo mis ojos fuertemente cerrados y veo luces de colores. Un leve mareo me recorre pero no es nada que me preocupe. Es lo que me hace sentir Sasuke la mayor parte del tiempo.

Siento sus besos en cada rincón de mí y apenas me estoy recuperando del clímax cuando siento que el me incorpora lentamente. Me hace sentar a horcajadas encima de él y puedo ver sus hermosos ojos, hay un brillo en ellos y sé cuál es el motivo. Yo luzco igual, seguramente.

- Estás preciosa, no sabes cuánto te echaba de menos- acaricia mi abdomen hinchado y con delicadeza se va introduciendo lentamente. - Perdóname pero no pude contenerme.

Va aumentando el ritmo y yo tomo su cara con delicadeza. Su cabello está más largo y él está un poco más delgado pero sigue causando el mismo efecto en mi.

- Yo también te echaba de menos. Las dos, de hecho- me abraza y toma mi cabello. Observa todo de mí y siento que me consume. No sé cómo he podido estar todo este tiempo alejada. Me doy golpes mentalmente por haber sido tan dura, con eso nos castigamos a los dos - Quiero que esto nunca termine.

- Durará lo que tú decidas.

- Eso no es cierto, mira todo lo que nos ha pasado... como si estuviéramos condenados a perdernos- me sorprende que pueda articular palabra. Sus embestidas son deliciosas, tiene el empuje perfecto y sabe cómo llevarme al límite.

- Ya verás que todo irá bien. Nos queremos ¿no? Eso es lo único que importa.

Sus palabras quedan en el aire porque ahora nos concentramos en sentir. Lo empujo para que se recueste y el obedece dócilmente. Estoy más grande pero no quiero que eso me detenga, él está aquí... Es porque aún le parezco atractiva. Toco mis senos y los estrujo mientras él me mira sin perder detalle.

Cojo sus manos y las llevo arriba de su cabeza. Vi su intención de cogerme de la cintura y marcar el ritmo pero he frustrado su intento. Me muevo lentamente hasta volverlo loco, gruñe y casi súplica para que acelere el ritmo.
Nunca me había sentido más poderosa.

Tener a semejante hombre o -ser- suplicando por más es música para mis oídos. Lo suelto y él inmediatamente lleva sus grandes manos y me guía. Acelera el ritmo brutalmente y yo solo puedo apoyarme en su duro pecho, recibiendo toda la pasión contenida. Me acerco a su boca y quiero tragarme todos sus gemidos y gruñidos. Nos devoramos en cuerpo y alma y siento como la energía va saliendo de mi poco a poco. Abro mis ojos y veo borroso, intento separarme pero no puedo.

Me obligo a tranquilizarme y dejo que tome lo que necesite de mi y una sensación extraña me recorre. Nos venimos juntos mientras él me abraza contra su pecho y temblamos con los espasmos del orgasmo. Sin lugar a dudas hemos llegado a otro nivel, como si hubiéramos sellado nuestro destino.

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