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—¿Fue el día que Miya te vio solo en el skatepark? —preguntó Cherry  dejando ir un suspiro cuando Reki termino de contarle lo sucedido, encajando cada suceso ocurrido ahora con bastante facilidad y sintiendo en su pecho mucho dolor; porque odiar a Langa era imposible, después de todo en el corazón no se manda y el chico tenía todo el derecho a amar a quien deseara, muy a pesar de la herida involuntaria que le causo a Reki.

—Sí —dijo muy tímidamente Reki, completamente avergonzado.

Mirando en retrospectiva, ahora que había pasado varios meses desde que se distancio de Langa, le parecía tonto el dolor tan intenso que sintió. La enajenación sentimental a la que dejó caer. 

—Actúe como un estúpido y no importa como lo mire, nunca debí reaccionar así. Langa nunca dijo que me amara. Era yo quien se hizo ilusiones solo porque me daba su amistad. Se suponía que era su mejor amigo, era obvio que tenga su preferencia de una u otra manera, eso no quería decir que le gustara de manera romántica. Pero en ese momento me sentí usado, burlado y tan tonto que me encerré en mi dolor y me desquité con ustedes porque... me avergonzaba de mí mismo, de lo patético que soy, y porque...

—Porque nosotros te animamos a declararte —concluyó Kaoru con un suspiró cansado y un tanto avergonzado, porque él de verdad creyó que Langa amaba a Reki, aun lo creía.

—Lo lamento. De verdad. Nunca desee que las cosas terminaran así. Solo estaba furioso conmigo mismo, me odiaba porque pensaba; ahí va otra cosa que echó a perder. Soy tan patético que con tan poco me hice tantas ilusiones. ¿Cómo pude pensar que alguien tan genial podría...? Rayos, seguramente la chica que le gusta Langa es mil veces mejor que yo. Bonita, lista, amable, graciosa, con tanto de lo que presumir; delicada, femenina, en conclusión, tan maravillosa como él. Que podía ofrecerle yo en comparación, cuando ni siquiera he podido ganarme el respeto suficiente para que le importe mi corazón.

—Un momento, tú mereces respeto, admiración y cariño porque tienes muchas cosas buenas para brindar —intervino Kaoru porque ya estaba hartándose de escucharlo hablar mal de él mismo.

—Si claro —menosprecio Reki sus palabras para continuar. —Y me imaginaba que todo se iba a poner raro pues tú y Joe sabían de mis sentimientos e iba a tener que contarles porque no me había declarado y... —y comenzó a llorar otra vez.

—Tranquilo Reki, todos pasamos por desilusiones amorosas, no es el fin del mundo. Aún pueden ser amigos. Y en algún momento, porque tienes una grandiosa vida por delante, encontraras a la persona correcta —intentó consolarlo Cherry acunándolo de manera protectora, como deseaba en ese momento poder hacer mucho más.

—Es que no es por la desilusión, eso quizás lo hubiera podido manejar —gimoteo el chico mientras restregaba su rostro contra el pecho de Kaoru. —Es por el desengaño, lo traicionado que me hizo sentir, lo tan poca cosa que soy para él, para la única persona que me miró como si fuera algo. Estaba tan enojado, tan destrozado que lo único que pensé me haría sentir mejor era...

Kaoru jadeo al comprender y cerró aun más su abrazo. Oka les contó con tanto pesar la pelea, lo mal que encontró a Reki en ese callejón y como el pelirrojo había confesado que se sintió bien sentir dolor. Acaso él...

—Remplazar ese dolor por otro —concluyó Reki apretándole el corazón a Cherry al saber que sus deducciones eran correctas, pero permitiéndole seguir desahogándose. —Reté a Adam porque era el único que no tendría piedad conmigo. Si terminaba herido me prohibirían patinar, así que lo provoque buscando que hiciera alguno de sus trucos y...

—Y tendrías una excusa válida para dejar S y Crazy Rock.

Reki asintió a la deducción del calígrafo, sin expresar que realmente lo que deseaba era terminar lo peor que pudiera, lo mínimo que esperaba era una pierna rota, de ahí en adelante todo sería bienvenido.

OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora