—¿Jisoo, en serio vas a apoyarla? —dijo Seungwan, ofendida, mientras la azabache las ayudaba a juntar sus cosas y las llevaba a la puerta de la casa.
Las estaba invitando cordialmente a que se fueran de una puta vez.
Su plan B era arrojar sus abrigos al frente y cerrar la puerta detrás de ellas si no se marchaban por las buenas.
—Ella está muy sensible, ya lo ven —hizo ademán a la tailandesa a sus espaldas.
Después de esas palabras Seungwan había querido discutirle a su hija, con más insultos que nada, Taeyeon había intentado calmarla para al menos tratar de pasar un buen rato tranquilo durante el postre y retirarse por las buenas, pero la omega mayor estaba en verdad histérica y ofendida, y hasta se había puesto de pie para que escucharan su victimismo mejor.
Pero Lisa se había puesto tan nerviosa que se había desmayado de nuevo, siendo Jennie quién la sostuvo, y no dejó que nadie se le acercara mientras la acunaba en brazos.
Jisoo la cubrió diciendo que ella estaba a su cargo y que se alejaran para dejarla tranquila, que debía tener espacio y que Jennie sabía perfectamente qué hacía, cuando en realidad bien se notaba que la beta se había puesto posesiva con la chica.
—Fue mucha tensión, y ella ya estaba con presión bastante baja, es delicada —dijo Jisoo, y Taeyeon, quién era doctora, asintió porque sabía que era posible, cuando la realidad era que la azabache estaba diciendo cosas al azar sin tener ni una mínima idea—. Después hablaré con ella, les mandaré un mensaje cuando esté mejor, pero merece descansar, no se esperaba que llegaran ustedes.
—Gracias, Soo —dijo la otra alfa—. Después pregúntale si quiere hablar con nosotras —Jisoo asintió pero no lo haría—. Vamos, Wendy.
Cuando al fin se fueron soltó un suspiro pesado, poniendo la traba de la puerta de una vez por todas.
Miró de lejos a la pareja, Jennie sostenía a Lisa como si fuera una bebé, medio sentada en su regazo, la mejilla a la altura del pecho de la beta, ésta acariciaba su cabello y sus rosadas mejillas con lentitud, mientras su brazo rodeaba su cuerpo y sostenía la mano de la omega.
Jisoo rió como una tonta y se acercó a ellas, mantuvo dos pasos de distancia.
—¿Está bien? —preguntó.
—Sí, está bien, su pulso se normalizó desde que esas dos se fueron —dijo, hablando bajo y tranquila, aunque por dentro seguía asustada desde que había visto a Lisa mareándose y cayendo inconsciente de nuevo.
—¿Puedo ayudar con algo?
—Sí, tráeme un trapo mojado en agua fría, por favor —pidió Jennie, y la alfa asintió, antes de ir hacia la cocina, apenas a metro y medio de la mesa, abriendo el agua fría del fregadero y dejándola que se enfríe mientras buscaba un trapo entre los cajones.
Pasaba su dedo pulgar con suavidad por la mejilla de la rubia entre sus brazos, sus labios estaban entreabiertos y uno de sus mofletes se aplastaba de forma adorable contra su pecho, la había acomodado para que escuchara sus latidos y así darle tranquilidad.
Notó que Lisa fruncía su ceño ligeramente en su inconsistencia, y comenzó a acariciar su cabello, el gesto desapareció dejando una expresión tranquila y Jen sonrió como un boba.
Jisoo se sentía algo mal por interrumpir ese momento bonito, y ahogando una sonrisa, fue hacia ella, extendiendo lo pedido, manteniendo su distancia.
Le parecía algo lindo en parte que ambas estuvieran así de posesivas y privadas con su espacio, se le hacía adorable.
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Our last days | Jenlisa
ПоэзияLalisa Manoban es una omega que perdió a su alfa en un trágico accidente, con su lazo roto y su loba deprimida, le quedan pocos días de vida. Jennie Kim es una beta y enfermera a domicilio, es contratada para cuidar a la omega en sus últimos días. A...