Capítulo 18

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La omega se recuperó con lentitud, Jennie quiso ayudarla a vestirse, pero fue Seungwan quien se interpuso, alegando que lo había hecho durante años y que sabía hacerlo aún y hasta la obligó a retirarse a la sala con Taeyeon, sin escuchar los pedidos de su hija de que la beta se quedara.

Inquieta, la loba de Jennie estaba molesta de que la apartaran de Lisa, mientras que su parte humana le decía una y otra vez que era normal que la familia decidiera pasar tiempo con el paciente.

—¿Jennie Kim, no? —preguntó la peligris a su lado, con lo que asintió—. Lamento que Seungwan sea así, ella es un poco... Fuerte de carácter, digamos... Qué bueno que no es Alfa, sino... Pelearía mucho con todos y las cosas se pondrían feas.

Jennie asintió ligeramente.

—Soy Taeyeon, la madre de Lisa, alfa, aunque no se note, y tú, ¿eres beta, verdad?

La enfermera asintió, su pie se movía rápidamente, golpeteando el suelo mientras su loba pedía a ladridos volver con la pequeña.

—¿Por qué será que los enfermeros siempre son betas? —cuestionó como una pregunta al azar, como para comentar algo, en ese mismo tono estúpido de cuando dicen "¿Qué te parece el clima?".

Jennie debía admitir que su loba ya estaba diciendo que esa alfa era un boba. Así que simplemente se encogió de hombros.

—El orden natural —dijo, a pesar de su tono serio, no lo había dicho de verdad, era más una broma, le parecía absurda la idea del "orden natural", como siempre llamaban la gente a la dominación de los alfas, la sumisión de los omegas y la nada de los betas, todo eso como si fueran los lugares obligatoriamente designados de la sociedad.

Parece que a Taeyeon le pareció cierto, porque asintió con una sonrisa y no se mostró ni un poco molesta a discutir esa idea, por el contrario parecía a gusto con ese tipo de comentario.

—Por supuesto —asintió, totalmente normal, y Jennie no pudo evitar fruncir un poco el ceño—. Estudié medicina también, soy pediatra, cuando compartíamos clases con los de enfermería lo sabíamos porque eran betas —comentó, como si fuera algo gracioso, a lo que Kim sólo mostró una sonrisa incómoda.

Seungwan salió del cuarto llevando a Lisa a su lado, vestida con una remera blanca y unos pantalones negros, la omega caminaba con la mirada baja y se veía aún pálida y decaída.

—Pero, ponte derecha para caminar. ¿Sigues con la misma joroba de siempre? —se quejaba la omega mayor, mientras una mano empujaba su espalda para enderezarla, aunque sólo había hecho a Lisa tropezar y casi caer, cosa por la que la otra no se disculpó.

Jennie se acercó a ella rápidamente, envolviendo su cintura y tomando su brazo para que recargara algo del peso en ella y poder pararse para caminar mejor, la rubia la miró con cierto agradecimiento, pero aún así notó su cansancio.

—Lili, ¿qué quieres almorzar? —preguntó la beta, muy bajo, para que sólo ella pudiera escuchar.

— N-No tengo hambre —susurró.

—Debes comer algo —le replicó.

—Jennie... Quiero hablar contigo —dijo—. A solas.

—¿No vas a pasar un momento con tus madres? —reclamó Seungwan en tono duro, escuchando las palabras de su hija—. Pasas todo el día aquí, puedes hablar con ella en algún otro momento, ahora debes estar con nosotras, no viajamos desde Gwacheon para que seas así de desagradecida y no estés con tus madres.

—No sino quiero —respondió, mirando a Seungwan con el ceño fruncido.

—¿Esa es forma de responderme? Mira que Jungkook no está aquí para defenderte y no puedes hacer nada sola, Lalisa.

Lisa se rompió por dentro con esas palabras, y sus ojos se llenaron de lágrimas rápidamente, Jennie la sintió temblar entre sus brazos y sólo pudo pegarla más a ella mientras la menor rompía en llanto.

Miró a Taeyeon esperando que controlara a su omega o algo, pero ésta parecía no tener ningún interés en interferir, y miró la situación como si fuera el pan de cada día.

—Ahora sal de ese cuarto apestoso y haz algo para sentirte mejor, no sé, distraete con tus cosas, limpia la casa, cocina algo-

—Regresemos al nido, Lisa —dijo Jennie, cansada de que Seungwan hablara y de que Lisa sólo pudiera llorar sin decir nada.

Hicieron oídos sordos a lo que la mujer quiso discutirles y no fue sino hasta que amanó a seguirlas para continuar la pelea que Taeyeon la detuvo, parecía que ella no quería meterse con Seungwan o que directamente no tenía interés tampoco en detenerla tampoco.

En la cama, Lisa se abrazó a su cuello y comenzó a llorar más fuerte, Jennie devolvió el abrazo.

—Ya, Lisa, ya, mi pequeña... No las escuches, no les hagas caso, Lili-

—Seungwan odiaba a Jungkook, lo odiaba... Y ahora qué no está... Ahora estoy sola contra ella... —lloriqueo—. Él... Me sacó de ese hogar de mierda y ahora no está más y-y no quiero volver a estar con ellas...

—No estás sola porque estoy contigo. Y tú tienes tu casa, son tus madres pero esta es tu propiedad, y eres una adulto, no tienen poder sobre ti ni sobre este lugar.

—No las quiero aquí, Jennie, no las quiero... ¿Las puedes echar?

—N-No creo que eso funcione, Lisa, yo... No tengo autoridad, ni intimidación, ya sabes, soy beta, y si me levantaran la voz de alfa, no puedo ir contra eso, también me afecta.

Lisa asintió, entendía, a ella le pasaba lo mismo.

—Necesitamos a Jisoo... —murmuró la rubia.

—La llamaré, pequeña, lo haré, y ella te va a cuidar mejor que yo.

—No mejor que tú, no... —negó.

Jennie sólo se quedó allí, frotando su espalda en círculos, pensando mientras en dónde debería estar su celular, aunque estaba segura que debía estar en su bolso.

—Jennie... Quería preguntarte algo.

—Dime, pequeña.

—Yo... ¿En serio estoy tan mal? ¿Es serio ya... Estoy moribunda, como dijiste?

—Oh, pequeña, no... No estás mal, estás muy bien comparada a otros pacientes que he tenido.

—Pero ahora... Ya pasé la etapa donde estoy mejor, ¿no? Después yo sólo... Voy a empeorar más y más, ¿Es así no?

Jennie se quedó en silencio un segundo completo.

—Sí, si es así, pequeña, pero estoy yo para que no sientas nada de dolor si no lo deseas.

Lisa tuvo que pensar las palabras para llegar a una respuesta.

—¿Hablas de dormirme, no?

Ella asintió.

—Es lo que se hace en estos casos, pero no ahora, sino cuando ya los síntomas son demasiado, a menos que pidas que lo haga antes, o no lo haga, si no lo quieres, no lo haré.

—Quiero pasar hasta el último momento despierta y no perderme nada del mundo, Jen —dijo, aunque por dentro sólo quería estar con la castaña más tiempo, creía que sería más tiempo, más que una semana, más que eso, así lo quería.

—Cuando tenga que pasar, Lisa. ¿No quieres que te haga dormir? Te evitaría el dolor, no sentirás nada.

A pesar de que aún era algo apresurado, quizás estaba bien hablar de dormirla antes de hacerlo, bastante antes, así planeaba sus días, los que quedasen, quizás cuatro o cinco días a felicidad plena, y ya mentalizada que la dormirían, se despedirá con más tranquilidad y sin apuros, no como en otros casos que llamaban a los familiares a última hora para despedirse de su ser querido, esto podría estar todo perfectamente planeado con antelación.

Pero Lisa no quería perder un día, aunque sea doloroso.

Our last days | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora