Capítulo 30

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Pasaron mucho tiempo sólo entre ellas, horas, horas en las que la omega volvió a tomar color, su marca se fue curando, su fiebre bajó, y Jennie se dedicaba a darle mimos, sintiendo lo bonita que se sentía Lisa, gracias al lazo, la castaña pasó todo ese tiempo acomodándose a la sensación de las emociones de la otra en su pecho.

Nuestros últimos días... —murmuró Jennie, captando la vista de alisa—. Nuestros últimos días dan paso a muchos más... ¿No es lindo? —acarició su rostro—. Tener muchos más días contigo.

Lisa sonrió y se ruborizó.

—Tener más días juntas... Es hermoso.

Horas después, con la rubia tranquila sobre su pecho, sintió un leve golpe en la puerta.

—¿Jennie? —Jisoo murmuró su nombre de forma temblorosa, su voz sonaba como si estuviera enferma, aunque era por llorar por largo rato.

—Soo, pasa.

—¿Lisa sigue ahí? N-No quiero verla si-

—Jichu —Lisa la llamó de forma sutil, y la mayor se tomó unos segundos para abrir la puerta y mirarla, sin creerlo, su mejor amiga en serio la había asustado y ya estaba pensando lo peor.

Manoban se separó de Jennie, acercándose al borde de la cama para abrir sus brazos hacia ella, y la alfa prácticamente corrió hasta el abrazo.

—Oh, ¿no estás cansada de llorar?

Jisoo negó, frotando su rostro contra el hombro de la menor, sus hombros temblaban mientras lloraba de alivio.

—En serio me asustaste, y... Y sólo te veía cada vez más mal y no me dejabas llamar a Jennie, y-y si te pasaba algo yo nunca podría perdonarme, Lis, eres la mejor amiga que tengo, la mejor que me queda, te quiero mucho...

—Soo... —Lisa la abrazó con un poco más de fuerza—. Pero estoy aquí, ¿ves?

—Sí, más te vale que te quedes aquí, tonta.

Lisa rió.

—Sino, ¿qué harías? ¿Que ibas a hacer sin mí, Jichu?

—Me follo a tu novia, sólo para vengarme porque no me dejaste llamarla antes.

Jennie alzó sus cejas con sorpresa ante esas palabras.

—Soo, yo podía llamarla si me pasaba algo, no tenías que preocuparte por eso... Sabía que si no aguantaba la iba a llamar y ella vendría.

—P-Pero...

—Pero ya está, ya pasó —Lisa dejó un beso sobre su coronilla, mientras hacía mimos en su espalda para calmarla.

Jennie estaba en serio cálida por el gesto de Lisa, y también sintió lo que la omega sentía, esa necesidad de darle mimos hasta que estuviera mejor, pero se mantuvo apartada y las dejó tener su momento a las dos.

Unos minutos después, Jisoo se separó y limpió sus lágrimas, con ayuda de Lisa.

—Te ves... Mucho mejor y no pasó tanto tiempo —le dijo, con una leve sonrisa—. Gracias...

—Ven, quédate en el nido.

—¿En serio?

Lisa asintió, y le hizo espacio para entrar las tres, sentadas, dentro del nido y cómodas, Jisoo estaba algo incómoda porque era la tercera rueda de todo eso, pero estaba más que agradecida de que su amiga se preocupara por ella y la consolara de esa manera.

Pasaron un rato largo allí, hablaron de poco y de nada que tuviera que ver con lo que había ocurrido, Lisa dejaba mimos en el cabello de su amiga, y con su otra mano sostenía la de Jennie.

Our last days | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora