—¿Qué tal si voy a tu cafetería favorita y te traigo ese café raro que tanto te gusta? —ofreció Jisoo cuando ya eran algo de las seis de la tarde, ya tenía hambre pero todo lo que se le antojaba no estaba en la mente de la omega.
Lisa estaba recostada en el sillón de la sala, mientras escuchaba música suave por un parlante y Jennie repasaba sus apuntes para su examen, sentada en un sillón individual que había arrastrado hasta quedar a su lado, se habían reído de ella cuando sacó unos tapones para los oídos así que si estaba algo ruborizada aún, pero concentrada en sus hojas sin escuchar nada del mundo exterior.
Cada tanto, su mano acariciaba los rubios cabellos de Lisa, mientras sus ojitos se concentraban aún en sus apuntes, haciendo a la menor sonreír.
—Latte con cacao, caramelo y vainilla, Jisoo —le recordó Lisa.
—Porquería azucarada, anotado.
—Pudrete tú, que vas a una cafetería a comprar chocolate caliente, nenita.
—¿Te traigo un muffin? —preguntó Soo en tono cansado, mientras se colocaba su abrigo.
—Sí, por favor —dijo y sonrió como un niño que recibe un dulce.
Jisoo tomó las llaves de Lisa para no molestarlas al volver, se colocó frente al espejo de la entrada mientras acomodaba su gorro y su cabello.
—A ver, llorale a Jennie a ver si reacciona —dijo mientras tanto.
La loba de Lisa soltó un exageradamente triste lloriqueo, sólo para bromear, pero quedó sorprendida y se sintió mal cuando Jennie alzó la vista con expresión preocupada y se quitó los tapones de sus oídos.
—¿Pequeña? ¿Qué pasó? ¿Te duele algo?
Lisa alzó las cejas y sus mejillas se tiñeron de rojo con vergüenza, negó y se sintió algo rara al pensar en cómo había escuchado aquello.
Parada en la entrada, Jisoo sonrió ampliamente y asintió, disfrutando de aquello.
—No, no —negó—. Fue de mentiritas, lo siento —rió de forma temblorosa—. Soo va a una cafetería a traer algo para comer ahora. ¿Quieres algo?
—Oh... —suspiró con algo de alivio, su corazón había empezado a latir muy fuerte cuando escuchó a la loba de la omega llorar, y tanto ella como su propia loba se habían puesto en alerta—. Un café negro —le dijo a la mayor con simpleza, mirándola mientras sus dedos acariciaban el cabello de Lisa.
—¿Cómo tu alma?
—Dijo café negro, no un yogurt de fresa —molestó Lisa.
—¿Es una clase de cumplido? —preguntó Jennie con una risa.
Jisoo rodó los ojos al ver que seguían hablando entre ellas y se fue de la casa en silencio pero con una sonrisa tonta al pensar en las dos.
—Lili —Jen se sentó a su lado, la rubia se levantó para estirarse y luego acurrucarse contra ella—. ¿Cómo te sientes, pequeña? ¿Cómo lo llevas?
Lisa se tomó un momento para pensarlo.
—Si estoy contigo no pienso en él... —murmuró—, y es triste.
—Pequeña, es difícil, lo sé, y sonará bastante feo decirlo... Pero tu vida es tuya y no se centra en él, puedes no pensar en él, y si de alguna manera te hace sentir un poco mejor, está más que bien, no tienes que estar triste todo el tiempo, no debes forzarte a ello, no es algo malo.
Lisa asintió levemente.
—Sabes, yo también he estado pensando mucho en alguien últimamente —dijo Jennie, cambiando de tema—, pero no sé... La verdad nunca me interesó nadie de una manera así y no quiero desperdiciar mi vida sin decirle lo que siento, porque se puede ir en cualquier momento, ¿sabes?
Compartieron una larga mirada y Lisa asintió, jugando con sus dedos con algo de nervios.
—¿Y qué se te ocurre?
—Que por mí lo diría, pero tengo miedo.
Lisa rió y golpeó su brazo suavemente, Jennie sonrió de forma incómoda, se estaba muriendo de nervios por dentro.
—¿Miedo de qué? Dime, ¿qué es lo peor que pueda pasar? ¿Que digo "Lo siento, pero no"? No te va a morder tampoco.
—Eh... Que me rompa el poco corazón que tengo —dijo la castaña, respondiendo la pregunta.
—Oh, tu corazón es gigante, si ayudas a todos, Jennie, eres exelente y maravillosa.
Jennie sólo se ruborizó y razcó su mejilla con nervios.
—Anda, ¿quieres practicar qué le dirías conmigo? —ofreció Lisa, con una sonrisa tonta.
La beta se tomó un momento antes de suspirar con nervios, con ya sonrisa tímida, habló por lo bajo:
—Hola, sé que ha sido poco tiempo desde que nos conocimos, y que quizás quede como una loca al decir esto, pero ¿cuánto tiempo en verdad se necesita en el amor a primera vista? —rió con timidez y Lisa asintió para alentarla a continuar—. Quería decirte que desde el primer momento me sentí extrañamente conectada a ti hasta un punto aún desconocido, pero que fue creciendo cada vez más y hemos pasado por mucho, muchas cosas extrañas y que me han confundido, a ambas en realidad, porque desde un principio compartimos emociones... Y e-en serio estoy alargando esto, quizás mucho, pero... Hay tantas cosas que quiero decirte, porque en serio eres tanto para mí en mi corazón —llevó una mano a su corazón, mirando a la rubia, quien estaba boquiabierta y ruborizada por tantas cosas lindas—, única, especial, y maravillosa.
Lisa sonrió y asistió, en serio le estaba gustando ese discurso largo y bonito.
—Por eso, quería decirte que me gustas mucho, Lisa.
Las cejas de la omega se alzaron y sus ojitos la miraron muy abiertos, su rostro tomó color y se terminó apartando de la beta, quien asintió, ahora sintiéndose mal.
—Jennie, yo-
—No —la detuvo, alzando su mano hacia ella, pero evitando todo contacto visual—. No, está bien, ya quedé en bastante vergüenza, no tienes que decir nada. ¿Podríamos no hablar por un rato y luego hacer como que nada de esto pasó?
—¿Qué? Jen, ya, déjame hablar.
La enfermera se levantó del sillón grande para ir a sentarse en el individual que antes y volvía a tomar sus apuntes y buscando los tapones de los oídos en sus bolsillos.
—Jennie —Lisa tomó su mano, deteniendo sus movimientos, aún así, la beta no alzó la vista hacia ella, estaba muy avergonzada y cansada—, no está mal, Nini, no es incorrecto porque yo también... Me siento así.
Los ojos gatunos de Jennie la miraron de reojo, y se sintió un poco mejor.
—¿Pero?
—Pero necesito tiempo —dijo—. No me siento lista aún, y quizás no lo esté nunca porque... No tengo mucho tiempo en realidad.
Kim asintió, comprendía su situación, aunque preferiría que todo fuera rotundamente diferente.
—Lo siento si te incomode —Lisa negó—. Por cierto, mi examen es en dos días, y es en serio muy, muy importante, es toda mi carrera, y debo ir, es por la tarde, pero seguro vuelva de noche porque necesito saber la nota o si me llaman para corregir algo o tal y están muchas horas para corregir... Así que te quedarás con Jisoo, lamento sonar como que lo estoy ordenando, es que no estoy pidiendo permiso porq-
—Ya, ya —le sonrió con amabilidad y dejó unas caricias en su mano—. Ya te pusiste nerviosa, ¿no? —Jennie asintió—. Ve por tu examen y termina tu carrera, yo estaré muy orgullosa de ti y te esperaré a que vuelvas con la comida que más te guste.
Jennie sonrió por primera vez en todo el rato y asintió.
—Me gusta esa idea —dijo, asintiendo.
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Our last days | Jenlisa
PoésieLalisa Manoban es una omega que perdió a su alfa en un trágico accidente, con su lazo roto y su loba deprimida, le quedan pocos días de vida. Jennie Kim es una beta y enfermera a domicilio, es contratada para cuidar a la omega en sus últimos días. A...