Capítulo 28

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Lisa durmió el resto del día, cada tanto se despertaba para ir al baño o tomar algo de agua, pero estaba muy somnolienta, además de la fiebre y el dolor de cabeza y volvía a dormirse rápidamente.

Jennie preparó ramen para compartir con Jisoo, quien se quedaría la noche de nuevo, y la azabache terminó lavando los platos y cuidando a Lisa un rato, mientras la beta tomaba un baño, preparaba las cosas para ir a la universidad en la mañana, y repasaba un par de veces más sus resúmenes.

—Sí que eres aplicada —le comentó la alfa, y Jennie sonrió con algo de cansancio.

—Te exigen mucho durante el estudio para que al terminar te sientas liberada.

—¿Y funciona?

—Por supuesto, por eso hay festejos cuando terminas una carrera. Y considerando que no necesito recordar todo de memoria a la hora de atender a alguien, sí, funciona, me estreso menos en el trabajo que con esto —dijo, acomodando sus papeles—. Si hay un caso especial vuelvo a estudiar, pero casi siempre es lo mismo, no hay mucho de nuevo.

Jisoo asintió, quería hablar, quería decir más cosas, pero no encontraba palabras ni energías.

Se sentía muy mal y estaba muy sensible por su mejor amiga.

Jennie lo comprendió sin esfuerzo, se levantó del sillón, fue hacia ella para dejar una caricia en su marca, junto con una especie de abrazo, y murmurar un "Descansa bien", antes de volver con Lisa, a su nido.

La omega se acurrucó en su pecho, abrazando su cintura, como todas las noches, se enrredaron entre ellos para viajar al mundo onírico juntas.

Los sueños, los recuerdos de vidas pasadas, todo aquello que las unía, tampoco las salvaron de su realidad, tampoco pudieron hacer que escaparan. En sus sueños, Jennie se vio velando el sueño de la omega de cabellos de oro, lo diferente esta vez, fue que no vivió sólo la vida de sus originales, no sólo con Sooyoung y Joohyun, vio más, vio sus ropas cambiar, vio los objetos modernizarse, vio el mundo evolucionar, pero siempre era lo mismo: Ella, mirando el sueño de su predestinada.

En el ritmo del tiempo, en el paso del sueño, en todo el momento que continuó viendo todo su camino, no se dio cuenta cuando despertó, y al igual que en sus fantasías, miraba a su pequeña con lágrimas en los ojos, mientras ésta estaba en un profundo sueño.

Limpió su rostro, se acomodó más cerca de ella, su loba se sintió triste, y claro que Lisa lo supo, así que aún inconsciente, liberó feromonas para calmarla, la presencia de las fresas y las flores llenaron sus pulmones, y era lo único que aún podía sentir al volver a dormir, era lo único que le recordaba que Lisa seguía allí.

Por la mañana, Lisa la despertó, la beta sentía pequeños golpesitos en su rostro y al abrir los ojos se encontró con su sonrisa, el sol a su espalda le daba un halo angelical que la hizo sonreír de forma honesta.

—Nini... Tus mejillas son muy suaves. ¿Por qué no te las apretujé antes? —su voz sonaba como la de una niña alegre, y sus deditos apretaron sus leves mofletes, haciendo que se ruborizara y riera—. Cómo que eres en serio muy linda —murmuró con fascinación.

—Tú también eres linda, Lili.

—Pero me gusta tu tipo de linda.

—Me... Me estás poniendo algo nerviosa.

—Podría ponerte de otra forma.

—Bueno, suficiente —la castaña se alejó de ella, y Lisa comenzó a reírse al verla con las mejillas muy rojas—. ¿Te sientes mejor que estás así?

Manoban negó, con un leve mohin.

—Estoy igual que ayer sólo que decidí que hoy iba a estar de mejor humor... No porque este muriendo debo estar mal, ¿sabes?

Our last days | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora