PALABRAS CON DOBLE FILO.
Los observo discutir desde un rincón de la habitación, sin saber cómo he llegado aquí, sin saber por qué estoy aquí.
Lo que hasta hace un instante había sido un momento de risas y recuerdos, rápidamente se volvió un momento de reproches y antipatías. Dulces y amorosas palabras salen de sus labios pero rabia y rencor gotean de sus labios.
No hay golpes..., no hay bofetadas… pero tampoco son necesarias porque hay palabras con doble filo… porque hay amenazas susurradas con voz armoniosa y una sonrisa dulce en los labios… porque hay miradas de odio y miradas de dolor.
No es necesario saber de qué están discutiendo esta vez, solo hay que ver sus expresiones, solo hay que leer las emociones en sus ojos, solo hay que sentir el cambio de temperatura de la habitación.
Tiemblo sin poder evitarlo, «¡¿Por qué?!» quiero gritar, pero no serviría para nada porque ellos no me escuchan. Solo discuten, pensando que tienen la razón. «¿Por qué siempre terminan así?» me pregunto, «¿Por qué?»…
Espero que noten mi presencia en la habitación… pero aunque nuestros ojos se cruzan en más de una ocasión…, solo veo resignación… solo veo el fulgor de la pelea… solo veo disculpas falsas…
¿Por qué lo hacen? ¿Por qué discuten tanto? ¿Por qué no solucionan sus problemas de una vez? ¿Por qué se dañan de esta manera? ¿Por qué?
Espero… espero… y espero…
Mi madre baja la mirada, y sé que la discusión está por acabar. «Él» también lo sabe, puedo verlo en el brillo de sus ojos, la postura menos tensa, la forma en que arque la ceja izquierda. Lo sabe, una vez más mi madre se va disculpar y asumir la culpa… una vez más va a callarse por nosotros… una vez más va permitir que él haga lo que quiera…
Muerdo mi labio inferior, sintiendo la rabia consumirme y observo a mi madre disculpándose mientras «él» le vuelve a recordar que no la necesita, que si lo desea tendrá una nueva vida…
Quiero gritar «¡Lárgate!» pero no lo hago… porque soy egoísta… porque lo voy a extrañar… porque a pesar de todo… es mi padre.
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Lo que Cuenta la Lluvia
De Todo"Soy como Ícaro, pero vuelo hacia la Luna para que el Sol no queme mis alas". - María K. Fernández
