TO MY FIRST - Na Jaemin.

Chapter 3.

Eran pasadas las dos de la mañana cuando llegamos a la empresa.

Como parte del staff y del grupo de estilistas, teníamos que llevar todo el equipo, los vestuarios y todo aquello que utilizamos durante el showcase.

Fui la primera en salir del salón con dirección al elevador.

Después del día tan ajetreado y la pelea con mi novio, lo último que quería era seguir en la empresa y llegar a topármelo. Necesitaba tiempo a solas para poder pensar mejor las cosas y que el enojo se disipara un poco más.

Una canción de EXO sonaba dentro del elevador, así que comencé a tararear y bailar los pocos pasos que me sabía hasta que las puertas se abrieron en el siguiente piso y con un gorro negro y el cabello tapándole los ojos se encontraba Jisung con ambas manos dentro de los bolsillos de su pans, el cual al verme abrió los ojos como si fuera la última persona que esperaba ver ahí.

— Si Jaemin hyung sabe que está aquí noona, es capaz de ignorar el castigo y venir hasta aquí a buscarla. — se posó junto a mi y presionó el botón que llevaba al sótano.

— ¿De qué castigo hablas, Jisung? — lo mire acomodando el gorro de lana que había comenzado a ponerme.

Entre más se acercaba el final del invierno peor se ponía el clima durante la madrugada.

— Voy a hablar de más, noona. — hizo una mueca y se movió un poco el cabello de los ojos.

— No fuiste tú quien me lo dijo, no te preocupes por eso. — le sonreí intentando sacar un poco de información del maknae fiel a sus hyungs.

— Hyung por alguna razón pasó la tarde molesto y más serio de lo normal, en las entrevista que tuvimos hoy habló poco y dando respuestas cortas. Claramente manager hyung se molestó y ahora tiene que practicar todo el repertorio que llevamos hasta ahora. — bajó la mirada a sus tenis y comenzó a juguetear con ellos.

Esto era una completa locura, recién volvía después de su lesión, hacer eso solo podría traerle complicaciones o volver a provocarla.

— ¿En qué sala se encuentra, Jisung?

— No me quiero meter en problemas, Noona. — se giró y me miró con pena.

Odiaba a las gerentes y sus manager, eran bastante crueles si se lo proponían.

— Diré que pase ya que fui a dejar el equipo, nadie tiene que saber que fuiste tú. — esto último lo susurre, aún con la esperanza de que no se escuchara nada.

Hasta los elevadores contaban con cámaras.

— Sala 6, al lado de la sala de nuestras noonas. — cerró los ojos con fuerza y a paso rápido salió del elevador.

Ni siquiera me había dado cuenta que ya habíamos llegado al sótano. Presione el piso 5 y volví a esperar hasta que llegó a destino. Salí lo más pronto que pude y me encamine a la sala 6. La música apenas se escuchaba y podía jurar que era la única persona que quedaba en el lugar, todos se habían ido y con justa razón, ya eran pasadas las tres de la madrugada.

Abrí la puerta con cuidado pero Jaemin ni se inmuto, de lo concentrado que estaba apenas y noto que había entrado y vuelto a cerrar la puerta. Tenía el cabello pegado a la frente debido al sudor, los ojos cerrados en concentración y podía notar el leve temblor en sus piernas y brazos. Si las cosas eran como Jisung me había dicho, Jae ya le había dado la vuelta por lo menos, tres veces a todas las canciones.

Me acerqué al reproductor y lo apagué ocasionado que Jaemin girara con rapidez y un poco de miedo. Su sorpresa fue evidente al verme parada ahí con los brazos cruzados mirándolo seriamente.