TO MY FIRST - Na Jaemin.

Chapter 12.

Por alguna extraña razón que sean las tres de la mañana y haya alguien tocando a mi puerta no me causa ningún tipo de miedo, todo lo contrario. Siento pura y mera curiosidad por saber que es lo que a traído a ese ser hacía mi puerta.
Con cierta pereza y el sueño abundando en mi rostro, me encamino hacía la entrada para revisar quién se encuentra del otro lado. Gran idea mía no colocarme los anteojos y ahora veo solo una mancha y que casualmente esta se mueve de un lado a otro. Tras el siguiente chirrido del timbre me decido a abrir y que sea lo que Dios quiera.

— Eun... creí no abrirías a estar horas. — suena un poco a reproche combinado con alivio.

— Agradécele a mis anteojos y mi mala memoria. Si no fuera porque no veo bien, no abría abierto la puerta. — me hago a un lado y dejo pasar al visitante diurno.

— Lamentó aparecer en tu apartamento a esta hora, está por llover y fue el lugar más cercano que tenía. — y efectivamente, dándole credibilidad a sus palabras un relámpago hace aparición fuera del complejo.

— De verdad que no tenía la menor idea que llovería y eso no es muy bueno para mi. — los nervios comienzan a hacer aparición y el miedo se instala poco a poco en mi pecho.

— ¿Por qué lo dices, Eun? — su semblante denota confusión pero a la misma vez hay un rastro de preocupación en él.

— Soy brontofobica, Dejun.

— ¿Es algo relacionado a los bronquios? — no puedo evitar reírme por las ocurrencias del chico parado frente a mi.

— No, Xiaojun. Es el miedo a los relámpagos y truenos. Aunque conmigo es en general, temo a las tormentas. — me encamino hacía la sala y enciendo las luces invitando así a mi visita a tomar asiento.

— ¿Puedo saber por qué? — se muestra interesado mientras toma asiento en el sofá de una plaza.

— Cuando era pequeña las tormentas que azotaban Jejú eran poderosas. Pero, hubo un día en que papá no logro ir por mi al colegio, sabíamos que había alerta de tifón solo que no imaginamos ese día sería cuando tocara tierra, la marejada estaba bastante fuerte y alta. Para llegar a casa debía cruzar un puente que conectaba a la isla con el área escolar. — niego un par de veces y regreso mi vista a él. — Para cuando llevaba medio camino hacia casa ya había comenzado a llover, había truenos y relámpagos cada cinco segundos y el viento arreciaba con ímpetu. Papá quería irme a buscar pero mamá le dijo que era imposible me hayan dejado irme del colegio con la situación en la que ya se encontraba el tifón.

— Entonces... ¿estuviste en medio de la tormenta? — la incredulidad baña su rostro y arruga el entrecejo.

— Algo así, cruce sin problema el puente y me aleje lo suficiente del mar, pero cuadras antes de llegar a casa un trueno combinado con un relámpago me detuvo. Me quedé paralizada, jamás había presenciado algo así, no supe en qué momento comencé a correr. Llegue empapada y pálida a casa. — una risa carente de emoción se me escapa al recordar ese día con más claridad. — Mis padres se asustaron demasiado pues el mar pudo haberse salido e incluso la marejada alta llegó a alcanzar el puente por el cual pasaba a diario de camino a casa. — terminó mi relato con un suspiro y me aferró al cojín que tengo entre los brazos tras otro relámpago.

— Debió ser demasiado traumático para ti, en especial considerando lo pequeña que eras en ese entonces.

— Lo fue... — intento borrar las imágenes que se a galopan en mi memoria y recuerdo la pregunta que tenía para Dejun. — Por cierto, ¿qué haces fuera a las tres de la mañana?

— Esa es una muy buena pregunta. — se ríe con nerviosísimo y evita mi mirada a toda costa.

— Lo sé por eso la hice, genio. — suelto con sarcasmo y noto aún más que Xiaojun comienza a mover la pierna. — Ahora respóndeme.