Me sentía incómodo en mi asiento, creo que no era el único incómodo en esta situación, Alejandro resaltaba entre la gente, su ropa sucia y apariencia humilde era algo que no mucha gente esperaría ver en un sitio cómo éste.
-¿Está rico el helado? -Pregunté alegremente a mi hijo, él asintió y procedió a comerse la cereza de la punta de su postre, me alegra saber que su vida se siente mejor, algunas noches la culpabilidad de ser quien lo trajo a la vida y también quien se la arruinó me hacía tener insomnio.
Miré Alejandro -Al Alejandro que nadie quisiera ver aquí- comiendo su helado sin quitarle los ojos de encima, se miraba que no estaba agusto en un lugar como este, no es para gente de su clase después de todo, él quiso venir, así que eso no es responsabilidad mía.
—Entonces, ¿Por qué quisiste venir?, Creí que quizás querrías un sabor en específico, sin embargo pediste chocolate, pudiste simplemente pedírmelo y lo llevaría a tu casa —. Esperaba una respuesta
—Estaba aburrido, estoy cansado de trabajar, quería salir un rato, sonaba bien venir por un helado, pero...—Miré su cara avergonzada, claramente él también sabía que no debería estar aquí, bueno, culpa mía no es así que no me importa.
Cuando acabamos de comer volvimos a casa, quería dejar Alejandro e irme con mi hijo a pasear un rato, sin embargo el pequeño se bajó con su tío sin siquiera darme la oportunidad de explicarle, fuí tras ellos y le dí la orden.
—Alejandro, vuelve al carro, vamos a ir a comprar, en la tarde te regreso a qué cenes aquí si quieres, pero necesitamos irnos ya si quieres volver —, me sentí incómodo y enojada cuando miré a mi hijo y al gato moreno mirándome y luego mirandose entre ellos, como si preguntaran de quién hablaba, ambos dieron un paso confundido hacia mí y luego incómodos volvieron a verse.
—Le estoy hablando a mi hijo —, contesté tratando de no sonar enojado, aún así parece que Alejandro adulto se decepcionó de oír eso.
—Voy papá, deja de hablar con tu vocesota, me avergüenzas —, el niño se subió al auto y yo también, me alejé lentamente de la casa de su madre mientras en mi mente pasaban muchas cosas. Mentiría si negara que se siente bien ser al que buscan ahora, puedo comprar y hacer lo que yo quiera y eso es algo que ellos no pueden.
Entré a una de las boutiques que estaban en la ciudad más cercana que hay al pueblo "Salsipuedes" en el que habita esa gentuza, pero era obvio que nada de lo que estaba ahí estaba a nuestro nivel. Tomé a Alejandro y nos fuimos a Acapulco, no volveríamos hoy, tal vez ni siquiera mañana pero estoy seguro que con helados y dulces él no reprochará, es joven todavía pero está entrando a la pubertad, pronto será difícil hacerme cargo de él y no hablo en el sentido económico.
Compré un sin fin de ropa linda, tengo un muy buen sentido de la moda en realidad, diría que es un estereotipo de los hombres homosexuales si no fuera por qué soy bisexual. En este tiempo he dormido con la suficiente gente como para asegurar eso, a veces no puedo creer todo lo que le rogué a alguien tan corriente como Alejandro, a veces no puedo creer que la madre de mi hijo es una maldita pordiosera.
Michael se fué y no volvió en todo el día, me sentía humillado francamente, hoy no fué un buen día para mí, no tengo mucho que decir, simplemente no lo fué.
Me sentía como una mierda, fué vergonzoso cuando me regresó a la casa y después me confundí con mi sobrino, ¿Cómo se supone que ocurre eso?, a veces se me olvida que nos llamamos igual, hice el ridículo enormemente.
Cuando entré mi papá me miró con desaprobación, Andrea también estaba molesta, no podía justificarme, no tengo ninguna excusa buena ni razonable.—Alejandro, ¿Qué estupidez acabas de cometer?, ¿En serio?, ¿Acabas de ir con él por un helado?, ¿No estabas traumatizado?, Tanto que gastamos en tu perra terapia para que hicieras esas mamadas —. No tengo como defender mis acciones, ni siquiera yo sé por qué lo hice, simplemente mi mente reaccionó en automático, él me hablaba así cuando quería salir, no lo pensé mucho, solo actué cómo creí que debía.
ESTÁS LEYENDO
El ático. Yaoi Hard Sadomasoquista
Teen Fiction(Segunda parte de "El sótano") Alejandro ya no puede ser rebelde, Michael a cambiado, ya no caerá por las súplicas o gritos del menor, un nuevo fetiche que estaba oculto se presentará. Alejandro tendrá que intentar sobrevivir a los juegos y gustos d...