cap 30

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Él estaba ahí, frente a mi, yo estába sentado en mi cama, no quería manchar mi cuarto con un recuerdo tan malo como lo sería este pero no quiero que Ellen sufra todo lo que este psicópata le hará, además, me iré pronto con Sara Ly a París, no lo veré, se quitó los pantalones y pude ver algo aún peor que su cara, su verga era grande, eso ya lo sabía pero ahora estaba llena de cicatrices y pequeñas quemaduras, su base se veía obscura de unas partes y blanca de otras, ¿Iba a meter eso a mi boca?, Sentí un asco enorme de sólo pensarlo, miré a su cara, él se veía avergonzado, su pierna robótica no mejoraba la vista, No se parecía para nada a lo que yo había visto cuando estaba encerrado, aún así agarre valor y lo hice, metí su verga en mi boca, primero puse la punta en mis labios para acostumbrarme, luego poco a poco fuí introduciendolo más profundo, su olor era el mismo pero su sabor era diferente. Chupé su pene hasta que lo sentí erecto en su totalidad, era más aguado que antes, el accidente de seguro le había dado problemas de erecciones, pero ¿Qué se le puede hacer?, él me tomó de la cara y se arrodilló para besarme, me dió un poco de asco pensar en que él literalmente está probando su verga, de manera indirecta pero lo hace, - Acuéstate por favor, no puedo moverme mucho ni cargarte -, le obedecí, me acosté y con un poco de asco separé mis piernas, aún escurría un poco de agua de mi por el lavado, él metió uno de sus dedos y lo movió en círculos, metió otro dedo y lo mismo, cuando se sintió cómodo metió su lengua y me lamió la entrada, sentí su lengua húmeda y viscosa en mi ser, sentí asco por un momento pero espera, esto lo hago por Ellen, aunque no me guste tengo que hacerlo por él, tengo que aguantar, él haría lo mismo por mi, estoy seguro, solo tengo que aguantarlo. Él se paró y puso su pene a punto de entrar en mi, lo talló un poco y luego lo metió un poco, hace tiempo no sentía esa extraño sensación de ser penetrado, me trae tantos malos recuerdos. Él empezó a moverse, cada vez iba más profundo, cada vez me daba más fuerte, oía su respiración agitada, sentía su mano apretarme con desesperación y su otro brazo frío y duro trataba de darme una caricia que se veía opacada por el traqueteo de los metales, él se acostó sobre mi pecho, mientras me embestía lamió mis pezones, sentía los latidos rápidos de su corazón, empezábamos a sudar y el calor aumentaba, él se abalanzó sobre mí y me besó, sus labios me apretaban con fuerza y sus ojos buscaban los míos pero yo los evitaba, era demaciado feo estar aquí como para que también quiera que lo vea a la cara, a duras penas puedo aguantar el pánico y el asco de estar con él, si no fuera por qué lo hago por Ellen yo lo hubiera intentado matar hace mucho. Él continúa con lo que hacía y comenzó a gemir mi nombre, traté de distraér mi mente, no quería oír mi nombre en esas asquerosas cosas que él decía, aunque podía ignorarlas no podía dejar de oirlas, " Dios, esto es tan rico", " Hace mucho entrañaba follarte", " Te extrañé tanto", "¿No has pensado en tener sexo a cambio de dinero?", "¿Sabes que es un sugar Daddy?, ¿Qué tal y me vuelvo el tuyo?", " ¿Te está gustando?, ¿no quieres que te haga algo mas?", " ¿Tienes algún fetiche? Quiero cumplirtelo". Todas esas palabras asquerosas saliendo de su boca, no quería oírlo, él se empeñaba tanto en mirarme a los ojos, me sentía tan incómodo, no quiero, no quiero hacerlo, no quiero ver la cara de mi abusador mientras sé lo que pasa, no puedo creér que él esté libre, es más, él merece haber sido condenado a la horca. Él de un momento a otro dejó de embestir, sus manos tomaron mis mejillas, él me dió un jalón y nos quedamos frente a frente, se sentía tan incómodo, no quería verlo, pero debajo aguantar, aguantar por Ellen. —Alejandro, mírame, mírame por favor, tú también gime, trata de sentirte bien por favor, dí mi nombre. Hazme sentir que te gusta lo que te hago, te ayudaré a contactar a Ellen si lo haces, te-te daré su número, podrás hablar con él, podrías oírlo otra vez, sé que lo quieres, sé... Sé que lo amas, podrías hablar con él y saber cómo está, pero gime, gime y grita, dí mi nombre y mírame a la cara, quiero ver tu cara, tus ojos, hace mucho no veo tus ojos, quiero ver tu carita hermosa de nuevo, por favor, solo mírame un momento— ¿Podría hacerlo?, Son muchas cosas las que me ofreció, pero, ¿puedo lograr verlo a la cara sin sentir asco ni pena? Tenía miedo pero debía hacerlo, era necesario, Dios, ¿no hay alguna otra manera de conseguir el número de Ellen? Recuerdo haberle llamado varias veces por el teléfono de mi papá, tal vez Sara Ly tenga su número, pero claro es obvio, ¡ella debe de tenerlo!. No contesté a sus súplicas y cerré los ojos, no quiero tener nada que me haga pensar en lo que estoy haciendo, no lo miré a la cara, sentía sus manos por todo mi cuerpo, tenía tanto asco, sé que yo me había metido en esto pero estaba arrepentido, era más difícil de lo que pensaba, tener relaciones con mi abusador, que asco. Él me tomó y me jaló del pelo y me obligó a besarlo, cerré los ojos y esperé a que él terminara, ¿por qué no se viene? Solo alarga más esta mierda, quiero que termine de una vez y se vaya. Él seguía y seguía, traté de apretar más para ver si así acababa más rápido con esta mierda pero él solo aceleró, me dieron ganas de vomitar pero tenía que aguantar, por Ellen, tengo que resistir, él lo hubiera hecho por mí, debo hacerlo por él

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora