A simple vista eran unos trecientos, tenian lanzas, arcos, espadas, incluso algunos poseían armas de fuego, las cuales en este mundo son muy raras, cosa de solo algunos privilegiados.
Admito que Regina es una estratega de cuidado, si no fuera por este poder estaríamos perdidos, usarse así misma como cebo para localizar la base enemiga es arriesgado, inesperado y brillante.
Sacandome de mis pensamientos sentí un cosquilleo en el pecho, me habían disparado un par de balas y algunas flechas, pero mientras mi cuerpo se encuentre en este estado metalico soy practicamente invensible. Abrí mis brazos como si fueran un par de alas y empecé a correr entre todos esos soldados abatiendolos tan fácilmente como si fueran incetos, algunos de mis compañeros estaban asistiendome a distancia como Mita con sus flechas y Matt con su raro poder.
Todo iba a pedir de boca, entre las tropas enemigas ya podían contar mas de docientas bajas, hasta-¡Aaahh! -Solté un grito desgarrador
Miré mi brazo derecho, el metal de esa zona de mi cuerpo estaba oxidado al punto de que se caían algunos trozos
-Soy la persona ideal para derrotarte -Escuché una voz que venía desde el cielo
Allí ví a su portador, agitando sus alas y flotando a algunos metros de mi, con una de sus manos extendidas y un cabello rubio digno de cuento de hadas.
-Soy Kyofu, un prodigio en magia de viento y ademas el capitan de la 3era división, me encargaré de vengar a mis hombres personalmente
-¡¿ Que rayós me hiciste ?! -Sostenía mi brazo adolorido
-Ya que has dejado con vida a gran parte de mi división, me tomaré el tiempo de explicartelo, pero solo lo haré una vez, así que presta atención, esa extraña magía que tienes que hace tu cuerpo metalico parece muy peculiar, jamas vi una magia de ese calibre, pero resulta que el metal en el que tu cuerpo se transforma es hetalu, un metal increiblemente resistente, pero si se expone a presiones de aire caliente se oxida casi al instante.
-Supongo que era demasiado bueno, algún punto débil debía tener -Dije para mi mismo
-Una vez dicho eso -Kyofu extendió su mano mientras podía notar como el viento acumulado tomaba visibilidad -Te doy dos opciones, puedes rendirte y dejar que estudiemos tu magía tan extraña o sino te disparo esta esfera de viento comprimida caliente que oxidara tu cuerpo, y probablemente te mate
Salté hacía donde él estaba tan rapido como pude para no darle tiempo a reaccionar
-Insolente -Me disparó con esa rafaga de aire caliente
Desactivé mi poder, haciendo que mi cuerpo vuelva a la normalidad, antes de que la rafaga de aire caliente me golpee, y le dí un puñetazo en la cara a Kyofu que lo hizo caer al suelo junto conmigo
-Vaya, parece que tu también eres un prodigio de la magía -Me dijo sonriendo
-Yo nisiquiera tengo magía -Corrí hacía él
-No volverás a tocarme -Disparó una rafaga de aire tan potente que me hizo retroceder
El no era tan fuerte, rapido o resistente como Raibaru, pero sin duda tenía esa poderosa magía que lo hacía otro rival formidable, todavía escuchaba a mis compañeros peleando contra los soldados que todavía no habían caido, así que tendré que conseguirles tiempo
-Puedes evitar mis golpes, pero si no me atacas no vas a vencerme -Intenté provocarlo
Mi cuerpo voló hacía él por su propía cuenta solo para recibír un golpe en mi cara
-¿ Quien dijo que no iba a atacar ? -Se paró enfrente de mi
Yo estaba en el suelo después de recibír su puñetazo, estaba por recibir otro pero activé mi poder rapidamente antes de recibir el golpe
-¡Ay! -Sacudió su mano adolorida -No creí que fueras a hacer algo tan arriesgado, puedo asesinarte de un solo golpe en ese estado.
Lanzó una rafaga de viento caliente, pero desactivé mi poder antes de ser impactado por él, un pequeño mareo se hizo presente en mi ¿ Es acaso por desactivar mi poder repentinamente ?
No tenía tiempo para pensar, pues mi cuerpo otra vez estaba siendo atraído hacía el por sus corrientes de viento, nuevamente activé mi poder cayendo encima de él, intenté noquearlo rapidamente de un golpe, pero lo atrapó con su manó y comenzó a oxidar mi puño usando su viento caliente.-Agh, no creí que doliera tanto que mi cuerpo se oxide -Lo devolví a la normalidad
-No puedes ganarme muchacho -Me envió a volar por los aires para sacarme de encima suyo
Caí en el suelo, de pié afortunadamente, pero pude escuchar como mis huesos tronaban, esa caída fue demasiado alta, creo que me esguincé algún hueso de mi pierna.
Aun estaba procesando lo que sucedía, cuando vi como una flecha pasaba cerca de mi y se dirigía hacía Kyofu, sin embargo con sus rafagas de viento la desvió hacía mi dirección, y terminó clavandose en mi abdomen, caí de rodillas al suelo-¡Yusei! -Escuché la voz de Mita a la distancía
-Peleemos juntos amigo -Yujin me ofrecía su mano
La tomé para ponerme de pie
-Vengan todos juntos, no venceran el poder de mis vendavales
-Nosotros dos somos suficientes -Yujin chocaba entre si sus guantes metalicos
Un arma curiosa, eran demasiado grandes, perfectos para el siendo un tipo tan fornido, ademas podía disparar desde ellos unas pequeñas cierras, lo cual lo convertía en un peleador tanto a distancia como cuerpo a cuerpo
-!Acabaré primero contigo¡ -Gritó Kyofu mientras me atraía nuevamente con una rafaga de viento
Me preparé para recibir un impacto pero cuando llegué hasta él puso su mano en mi pecho y sentí como salía un aire caliente.
Entendí al instante que el pensó que volvería a usar mi poder, ni lento ni perezoso le dí mi mejor golpe en su cuello, ya que tenía su guardía baja. Calló al suelo agarrandoselo y tosiendo-Parece que mi ayuda no era necesaria ¿ Que intentó hacer ese tipo ? -Dijo Yujin algo confundido
-Gracias de todos modos -Dije
-Bueno, da igual -Yujin apuntó con su guante a donde estaba Koyfu, con intenciones de matarlo
-¡Espera! ¿ Que haces ? -Dije
Yujin me miró extrañado
-Ya lo derrotamos, no hay necesidad de matarlo, ademas es el capitan, si lo capturamos los que quedan se retirarán
-Bien Yusei, tu eres el lider, tu decides
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Hada corrompida
FantasyYusei, era un chico normal, una noche una chica se introdujo en su cuarto diciendo ser un hada, Yusei no le creía y la trataba de intrusa hasta que cierto suceso lo hizo cambiar de opinion...