extra final

1.1K 125 9
                                    

Jimin despertó gracias al insistente sonido de su celular.
No quiso contestar, y no lo hizo,el colchón bajo su espalda era demasiado suave y caliente, además de que olía delicioso.
El aire que entraba por la ventana tenía tintes frescos pero no dejaba de ser cálido, el olor del cesped húmedo era suave.

Quiso seguir más tiempo tratando de dormir, mas nuevamente su celular sonó con tanta insistencia que se sobresaltó de inmediato. No reparó en verificar dónde estaba, lo único que hizo tan pronto pudo abrir los ojos, fue responder el celular, con las manos temblorosas y el pecho un poco alterado.

No se sorprendió de que los gritos de su madre fuesen los que lo recibieron y en cambio se aproximó a buscar con la mirada dónde demonios se encontraba.
Le dolía la cabeza, la cintura y tenía la boca seca.

—¡¿Se puede saber dónde estás Park Jimin?! Dijiste que regresabas a las diez y son las diez y quince, ¡¿dónde estás?!

Jimin sintió aquellos gritos como una ducha helada interminable, era cierto.
La noche anterior había mentido por primera vez, había ido a un bar por primera vez y sobre todo, había tenido sexo con alguien por primera vez.
Estaba feliz, sin embargo el reciente regaño de su madre lo hizo alterarse un poco y preguntarse si realmente había valido la pena esa escapada.

—M-Mamá... recién despierto... l-lo s-siento... j-jugamos mucho anoche y-...

Jimin se interrumpió a sí mismo después de ver el desastre que había en la cama. Su ropa estaba regada por todos lados, una botella de lubricante justo a un lado suyo y envolturas de condones tiradas por todos lados.
No le importó el dolor que sentía en ese momento y solo pudo correr con rapidez hacia el espejo de cuerpo completo que había frente a él.
Soltó un pequeño jadeo al verse a sí mismo, sus piernas, específicamente sus muslos estaban llenos de marcas moradas y rojizas, su pecho igual y su cuello.
Iban a matarlo, había marcas de dedos en su cuello y en sus costados, cerca de sus costillas y caderas, realmente iban a asesinarlo.

—¿Bebé? ¿Estás ahí Jiminnie?

—Uhm... s-sí... s-solo que... recién iba a desayunar, uhm, la mamá de Taehyung estaba cocinando y-...

Se mordió la lengua en cuanto el nombre de Taehyung salió de sus labios, si bien no les había dicho el nombre de la persona con la que iba a quedarse, lo cual fue extraño ya que no preguntaron, temía que ahora sí hiciese preguntas, o peor aún, pidiese hablar con la madre de Taehyung, la cual hasta ahora, era inexistente.

—Oh ya veo —su madre rio un poco, mas Jimin no pudo sentirse aliviado del todo—, me tenías preocupada, pero entiendo... seguro que fue divertido anoche.

No te imaginas cuanto.

Jimin asintió a la nada, intercambiando un par de palabras más con su madre antes de que esta finalmente se atreviera a dejarlo ir, no sin hacerlo prometer que estaría en casa a más tardar el mediodía, cosa que Jimin asintió casi de manera robótica, colgando después de eso.

Soltó un suspiro, a su mente llegando todos los recuerdos de la noche anterior, desde su torpeza en el bar hasta el coqueteo en la acera, el viaje en motocicleta y lo increíblemente bien que Taehyung lo había clavado contra el colchón.

Aún sentía su cuerpo hormiguear, la fantasmal sensación de sus labios y manos por todos lados lo tenían sonrojado, impropio de él.
No sabía si era porque acababa de tener su primera experiencia sexual, pero quería repetirlo cuanto antes.
Quería volver a tener a Taehyung encima de él, llamandolo de aquellas maneras denigrantes que tanto le habían gustado, quería que volviera a poner sus manos sobre su cuello y que jugara con su respiración mientras lo embestía y tocaba ese punto que tanto le había fascinado descubrir.

fly me to the moon •kth+pjm•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora