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Punto de vista de Melissa.

No era fácil, no.
Empezaban las clases al día siguiente, y tenía más que claro que el hecho de no poder dormir, no me serviría de nada a la mañana siguiente.
Probablemente ni podría despertar.

Daba una vuelta a la izquierda, nada. Una a la derecha. Tampoco. No había manera de estar cómoda, a pesar de estar sobre mi cama, tratando de conciliar el sueño. Algo que para mí antes nunca había sido un problema. Tal vez se debían a los nervios. Sí, eso era. Después de casi dos meses y medio de vacaciones, entrar al colegio al día siguiente no era nada fácil, menos para una persona tan nerviosa como yo.

A lo lejos se escuchaba el tic tac de reloj que estaba en la cocina, ubicado en el primer piso.
Yo estaba en el segundo piso.

Conciliar el sueño un día antes de clases siempre había sido un problema para mí, sobre todo cuando es devuelta de vacaciones. Y era por el simple hecho de mi nerviosismo. Cuando llegaba el momento de acostarme y dormir, simplemente no podía; mi cabeza era un engranaje de preguntas y respuestas inconclusas. Siempre me preguntaba si llegaría alguien nuevo, cómo sería ese alguien, si estarían los mismos profesores, habrían nuevos, si habrían remodelado el patio del colegio, si se fue alguien del curso, qué notas sacaría, si me iría bien, o mal... No era nada importante, la verdad. Pero ese siempre fue un problema para mí.

Di una vuelta en dirección al velador para ver la hora que aparecía en la pantalla de mi celular: 12:30. No, en definitiva podría levantarme en la mañana...
Me giré y miré en dirección al techo.
¿Llegaría alguien nuevo?
¿Cómo sería?
¿Estarán los mismos profesores?
¿Habrán nuevos...?

-MELISSA, DESPIERTA, VAMOS TARDE. -dijo mi papá a través de la puerta de mi habitación-

No sé en qué momento me habría quedado dormida, pero sabía que despertarme sería un martirio.

-Mmhhh -respondí yo, agotada y adolorida, mientras daba vuelta mi cuerpo para quedar en una posición más cómoda y así seguir durmiendo.

-VAMOS, MELISSA. ENTRA AL BAÑO, ES EL PRIMER DÍA Y NO PODEMOS LLEGAR TARDE. -habló otra vez mi papá, pero esta vez con un tono más fuerte.-

Rendida, tomé el uniforme y la ropa interior para meterme al baño, y así dejar que la lluvia artificial relajara algo de mi nerviosismo, ya que sabría que este sería un día difícil.

Punto de vista de Luke

Mamá dijo que nos iríamos de ciudad, pero no estaba seguro. Ella mencionó algo como de un nuevo colegio. Y sentí algo así como un cosquilleo en mi estómago y se me estiraron las comisuras de la boca cuando lo oí. Mamá dijo que eso era felicidad. También dijo que eso sería mejor para mí. Cuando lo dijo se le pusieron los ojitos como cristales. Dijo que era por el daño que sufría en el otro colegio. Esas cosas no sucedieron hace mucho, unos dos meses a lo mucho, pero mi doctor dice que mi cerebro intenta borrar las situaciones traumáticas, pero por el hecho de vivirlas hace que no las olvide completamente. Son como lagunas en mi memoria. No entendí lo que quería decir el doctor con eso. Pero mamá ya me lo explico y entiendo mejor.
No me gusta ver a mi Mamá así. No me gusta verla triste por cosas mías. Mis ojos se ponen a picarme, y cae agua de estos. Hace no mucho aprendí que eso es tristeza. Y que la tristeza se genera por un sentimiento de presión en el pecho. A mamá tampoco le gusta que yo esté así. También le pican los ojitos cuando me pasan cosas malas. Es un sentimiento mutuo. Esa también es otra palabra que aprendí: mutuo.

Ahora estamos en la nueva casa.
Llegamos hace como una semana.
Mamá dijo que las clases empiezan mañana, por eso tenía que acostarme temprano.
Un recuerdo apareció en mi memoria cuando mencionó la palabra clases.

autism ; l.hTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang