Capítulo 4

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—Hola —me dijo.

—Ah, ¿hola? —le contesté extrañada.

—Vamos Sofía, ¡Despierta!

—Uy si, tu debes estar muy despierto, ¿no? —rodé los ojos.

—Oye, relajate.

—Lo siento. No lo tomes a mal, pero, ¿qué haces aqui?, ¿por qué venir y sentarte aquí, a platicar conmigo?

—Pues tu tampoco me lo tomes a mal, pero me pareces una persona muy linda, ese carácter que tienes tan fuerte y decidido me llama mucho la atención de ti, pero esa barrera que pones cada que hablamos es demasiado fuerte.

—No es que sea sangrona, no es la intención. Simplemente soy muy precavida y guardo mi distancia para no dejarme envolver en las palabras de alguien como tu.

—Y sigues aferrada con lo mismo. Entiende que yo no soy como "todos".

—Ah, sí claro, ¿y yo soy la protagonista de un libro? —dije con algo de ironía y sarcasmo.

—Pues, no sé si lo seas. Quizá sí, quizá estás escribiendo un libro sobre tu vida, o quizá alguien esté escribiendo una historia sobre ti. Quizá esto no es la vida real, quizá una muchacha está escribiendo todo esto y nosotros somos parte de un libro en una de esas apps donde la gente sube sus historias y otros las leen, ¿no te has puesto a pensarlo?.

—No digas idioteses, es estupido e ilogico. —entrecerre los ojos.

—Nunca sabes, todo en esta vida puede pasar —toca el timbre para iniciar las clases y entra el profesor de Química, (como siempre), pasa lista y después comienza con la clase.

—Bueno, ya saben que viene la semana de examenes, pero yo no les aplicaré examen —nos mantuvimos en silencio, pues no era de festejar el hecho de que no nos aplicara examen, pues sabíamos que eso implicaría trabajos, proyectos, etc.

—Así que tendrán que entregarme un proyecto y una exposicion POR PAREJAS, cada uno vale 5 puntos, si no entregan uno están reprobados y si no entregan el proyecto no tienen derecho a exponer porque la exposición tratará sobre el proyecto, ¿alguna duda?

—¿Como serán los equipos? —pregunté alzando la mano.

—Los formare yo —contestó el profesor. Se sentó en su escritorio y comenzó a ver su lista, despues de unos minutos se puso de pie y comenzó a nombrar las parejas. Solo espero que me toque con Ashley.
—... Roman y Daniela, Karime y Carlos, Sofía y Andrés...— ¿Yo con Andrés? ¡Dios, No!

—El trabajo es para el jueves y la exposicion para el viernes. —dijo el profesor.

Era martes, eso significa que tenemos 2 días para el proyecto y 3 para la exposicion.

—Bueno Sofía, parece que estamos juntos en esto —dice Andrés mientras se acerca a mi.

—Pues al parecer sí, ¿cuando empezamos?

—¿Hoy? —alzó una ceja.

—Si, entre mas pronto mejor.

—¿En mi casa o en tu casa?

No quería que Andrés supiera donde vivo, así que lo mejor es que sea en su casa

—En tu casa, a las 4:00 —dictaminé.

—Está bien. —ese día salimos temprano; a las 11:00 y Ashley y Fernanda fuerón a mi casa, hicimos frituras, picamos algo de fruta e hicimos agua de té. Pusimos peliculas y platicamos un rato hasta que se hicieron las 3:00, a esa hora llegó mi madre, no tenía hambre, pues había comido demasiado.

Le conte a mamá sobre la tarea, asintió con la cabeza y después me fui directo a mi habitación para cambiar mi ropa.

Tomé unos jeans negros, una blusa roja, (me gusta mucho el rojo pues resalta mi piel blanca), y unos zapatos de piso negros.

Fui hacia mi tocador y arreglé mi cabello en una trenza francesa que salía hacia un lado, abrí el cajon y saqué mis lentes, pues los necesitaba cuando iba a hacer alguna tarea, pues mi vista (segun el oculista) estaba cansada y hacía muchos esfuerzos para leer, y los lentes me lo facilitaban. Finalmente le pedí a mi mamá que me llevara mientras tomaba mi laptop de arriba del mueble de la television.

Llegue a la casa de Andrés, fue facil dar con ella, pues en su casa había un abarrotes y había letreros 3 cuadras atras indicando donde estaba el abarrotes.

Abrí la puerta del auto y le dije a mi mamá que regresara por mi a las 7:00 pm, mientras cerraba la puerta.

Abrí la puerta del abarrotes y se escucho un sonido, supongo que asi se daban cue ta cuando llegaba alguien. Salió Andres de adentro de la casa.

—Hola Sofia —me dijo con una sonrisa en su rostro.

—Hola —le contesté algo seria.

—Pasa —indicó y lo seguí.

Entramos a su casa, era muy bonita, había pinturas muy bonitas en la pared y espejos. Las paredes eran de un color crema, y las vistas en el techo eran de color chocolate, los sillones en la sala tambien eran color chocolate, la mesa era de vidirio y en el centro habia un bonito arreglo.

Estaba una muchacha sentada en el sofá, de unos 15 o 16 años (o de eso parecía), supuse era su hermana.

—Sofía, ella es mi hermana, Andrea.

—Mucho gusto, yo soy Sofía —su parecido era increible, no me pude contener y se lo dije.

—¡Vaya! Ustedes se parecen demasiado.

—Es porque somos cuates —dijo Andrea con una risita en su rostro— nacidos el mismo día, por la misma madre, creados en diferentes bolsas, y nacidos con 2 minutos de diferencia.

—Demaciado especificado —dije con una mueca en mi rostro.
Al parecer sus padres no estaban, quizá estaban trabajando.

Andrea, estaremos en mi habitación, haremos una tarea.

—Esta bien —contestó mientras escribía algo en su celular. Fuimos hacia su habitación, la casa era de dos pisos así que había que subir escalones.
Imaginé que su habitación sería azul, tendría posters de bandas y todas esas cosas que les gustan a los chicos.

Abrió la puerta y no creía lo que estaba viendo.

Te Deseo SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora