Parte 5

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¿Con ganas de ir a casa de los Sainz? No muchas ¿Con ganas de ver a Carlos? Ninguna la verdad

Hace diez años la última vez que pude disfrutar una cena en compañía de la familia Sainz fue la última cena en la que Carlos estaría antes de irse fuera. La recuerdo como una de las mejores cenas. Recuerdo que nada más entrar a la casa, encontré a Carlos esperando muy arreglado mi llegada y nada más entrar nos hundimos en un largo abrazo y donde empecé a llorar, y solo acababa de empezar la noche. Cuando esa noche terminamos de cenar, Carlos y yo subimos a su habitación. Allí me confesó muchas cosas entre las cuales me confesó que yo le gusté durante un tiempo y que en ese mismo instante sentía algo pero no sabia exactamente el qué. Todo aquello acabó con mi primer beso. Si, di mi primer beso a los 18 años, pero fue el mejor sinceramente.

Ahora la cosa ha cambiado. Vengo con cara larga, sin ganas de estar aquí y deseando que acabe ya la noche.

Estaba esperando en la puerta a que me abrieran. Un par de minutos despues, la puerta de la casa se abrió dejándose ver a la mujer que fue como una segunda madre para mi

-Reyes: Buenas noches Maya.- dijo muy sonriente

-Maya: Buenas noches.- intenté disimular mis pocas ganas de estar allí con una falsa sonrisa.- Traigo tarta de queso

-Reyes: Perfecto, venga pasa que fuera hace fresco

Ahora mismo era primavera y pese a que por el día el clima era cálido, por la noche refrescaba y se podía estar un par de horas fuera sin estar muy abrigada pero no más

Entre a la casa y todo seguía tal y cómo lo recordaba de la última noche de Carlos en España. No ha habido cambio el color de las paredes, ningún decorado se ha cambiado, usaban el mismo ambientador...

-Sainz: Hola, Maya ¿cómo estás?

-Maya: Algo cansada, ha sido un día largo

-Sainz: Me lo imagino. Sabes esta noche es como el reencuentro de después de diez años aunque faltan tus padres

-Maya: Al menos esta cena será más alegre que la última.- o eso esperaba

De fondo, escuché a Reyes llamar a Carlos, a quien por cierto también se lo escuchó gritar de fondo

Las dos hermanas de Carlos no estaban así que solo seríamos cuatro cenando. Entré en la cocina como si fuera mi casa, abrí la vinoteca que tenían y cogí una botella de vino blanco. Me causó ternura ver esa botella porque ellos nunca tomaban vino blanco, era yo la única que lo hacía cuando venía a su casa y ver qué tenían al menos dos botellas me trajo buenos recuerdos. Me eché el vino en una copa y fui al salón donde estaban los tres conversando

-Reyes: Veo que has encontrado tu vino

-Maya: Me sorprende que aún te acuerdes de mis gustos

-Reyes: Eres como una hija para mi y aunque hayan pasado muchos años, aún se lo que te gusta.- sonrió con dulzura

-Carlos: ¿Y has entrado a por el vino sin permiso?.- puse mis ojos en blanco por la pregunta

-Maya: Hola a ti también, Carlos...- dije sarcástica

-Reyes: He preparado tu cena favorita, Maya. Solomillo con salsa de nueces, puré de patatas y crema de calabacín

-Maya: Vaya...esto...emm

-Carlos: Maya tiene alergia a las nueces

Yo me sorprendí al escuchar su afirmación porque mi alergia a la nueces me dio hace unos años y él no lo sabía, bueno si lo sabía pero yo no sabía que él lo sabía. Además, lo dijo muy tranquilo como si yo ya se lo hubiera dicho y no es así

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