Parte 33

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Había pasado el viernes de prácticas y no había vuelto a ver a Carlos. Ya era sábado y hoy si era un día más importante, tocaba clasificación. Esta vez George había sido quién me había tenido casi toda la noche en vela. Se vino a mi habitación a eso de las una de la madrugada y hasta las cuatro no logré que se calamara y en unas pocas horas estábamos en pie. Estaba bastante nervioso.

En cambio yo, mantenía mi mente pensativa y sin fijarme en lo que pasaba a mí alrededor. Para mi solo estaba yo y mis pensamientos. En la larga noche intentando que George se durmiera borré lo que tenía apuntado para decirle a Carlos porque decidí que mejor sería verle y decirle todo lo que se me pasase por la cabeza. Si, una maravillosa idea y más conociéndome y sabiendo que cualquier cosa que salga por mi boca puede ser malo.

El venir a Canadá era para hablar con Carlos, y ver a los chicos y la carrera, pero sobre todo para hablar con Carlos y aún no había sido posible. Me estaba desesperando porque al no tener ahora un "guión" y tener que decir lo primero que se me pasase por la cabeza me causaba nervios, más que a George la clasificación.

Pasé toda la mañana en la cafetería del paddock que estaba entre medias de todos los pequeños edificios de las escuderías por si lo veía y salía corriendo a hablar con él, pero obviamente no lo vi. Durante las prácticas no hice nada más que tomarme dos cafés y ver en la tele cómo los pilotos daban vueltas y vueltas al circuito. Una vez acabada la última práctica fui a dar una vuelta en dirección oficina de Ferrari. Si, lo tenía todo muy pensado. Para nada hecho a propósito

-Chloe: Maya ¿Qué te trae por aquí?.- justo a quien yo quería encontrarme

-Maya: Bueno, vine a ver a los chicos. Tú supongo que habrás venido a apoyar a Carlos

-Chloe: Si...- su tono de pena me extrañó

-Maya: ¿Está todo bien entre vosotros dos?

-Chloe: No lo sé. Últimamente hemos peleado mucho por cualquier estupidez. Y Carlos ha estado comportándose muy raro conmigo

-Maya: ¿Y no le has preguntado que le pasa?

-Chloe: Bueno...si...Un día, Carlos y yo estábamos en casa de sus padres en el patio y de pronto empezó a decirme que sentía mucho todo, que él no creía ser el indicado para mi, que tal vez nuestro compromiso no se debería celebrar

-Maya: Oh...- eso había sido probablemente mi culpa, por haber ido a casa de los Sainz aquél maldito día del estúpido compromiso.-¿Entonces vuestra boda?

-Chloe: Lo hemos aplazado o eso creo. Yo le devolví el anillo, pero eso no sé si significa que lo hemos dejado. Se que estoy aquí y he venido con él, pero no estoy seguro de si he venido como amiga o como novia

-Maya: ¿No dormís en la misma habitación?

-Chloe: Si, pero en camas separadas. Cada vez que llegamos a la habitación el no dice nada y aún que yo intento hablar y empezar una conversación él se mantiene callado

Vale, Chloe me estaba dando pena. Ella era una chica muy dulce y era lo que Carlos se merecía, a alguien como ella. En el fondo me daba rabia que él estuviera así con ella. Yo no me fui derrotada de aquella tarde en casa de los Sainz para que ahora Carlos no haga lo que le prometió a esta chica

-Maya: Ojalá pudiera ayudarte, pero hace años que dejé de saber de él y desde entonces ha cambiado mucho. Te diría que son fases de la adolescencia, pero claro somos adultos y creo que eso no va a ser

-Chloe: ¿Es cierto que tú y él estábais tan sumamente unidos?

-Maya: Él era el hermano que siempre deseé. Era mi mellizo. Aunque alguna vez la cosa se nos iba de las manos y acabábamos...bueno ya sabes...dos personas que pasan mucho tiempo juntas pues...

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