HONOR ── my hero academia.

03. El sucesor.

【𝗘𝗹 𝘀𝘂𝗰𝗲𝘀𝗼𝗿】

"I broke my

rules for u".

...

Pov Omnisciente.

Shinmeiyo fue hallada en el suelo, semejante a una estrella de mar con los brazos y piernas estirados. Su dama la había sacado de las sábanas y la había dejado en esa posición, y al regresar, seguía inmóvil en el mismo sitio. Mikasa suspiró, con la esperanza de que el resto de la noche no se desarrollara de la misma manera.

La chica regresó a casa con la idea de echar una siesta rápida antes de cenar, pero al descansar la cabeza en la almohada, fue interrumpida por alguien que entró abruptamente en la habitación, sosteniendo un kimono y exigiendo su colaboración.

—Odio las cenas familiares. Son incómodas. — Musitó su voz carrasposa —. ¿Por qué se casaría la tía Rei con un hombre arrogante e incompetente que solo muestra interés en su trabajo? — La expresión de Mikasa parecía decir: 'Sabes por qué'. Pero se rehusaba a darle la razón —. Sí, lo sé. Pero había muchas otras opciones. El linaje ya estaba asegurado conmigo.

—Quizás fue amor, Shinmeiyo. — Se encogió de hombros, con la esperanza de que esa respuesta bastara.

— ¡Amor, mis ovarios! ¿Te atreves a decir eso después de todo lo que pasó? — Se levantó del suelo y se sentó, dejando que Mikasa la ayudara a vestirse —. Desearía que tuviera una muerte horrible y espantosa. Es una maldición para la familia... Aunque, tal vez haya formas de asesinarlo sin ser inculpada...

—Shinmeiyo, necesito que te levantes para poder ajustarte el kimono correctamente. — Dijo ella, haciendo caso omiso del comentario sombrío; después de todo, era común que tales palabras se le escaparan a la joven —. ¡Vamos, muévete! 

— Me siento bastante cómoda, gracias.

—Eres más soportable cuando tu trampa está cerrada... — Mikasa apretó los dientes mientras sus labios se curvaban. Era suficiente —. Has estado probando mi paciencia, mocosa malcriada. ¡Levántate, por el amor de los Dioses! — Tiró del brazo izquierdo de Shinmeiyo, pero permaneció inmóvil; estaba arraigada al suelo —. Shinmeiyo, ¡colabora por una vez en tu vida!

—... Me encanta el suelo. Parece que estamos hechos el uno para el otro, ¿no crees, 'Mikachan'? — La actitud burlona de Shinmeiyo le ponía la piel de gallina.

— ¡Levántate o avisaré al abuelo! — Intentó nuevamente levantarla. Shinmeiyo dejó escapar un bostezó. Ni su mejor carta logró despertarla.

—Lleva mi cuerpo al auto y ayúdame a vestirme allí. No tengo ganas de caminar ahora. — Se recostó en el suelo, convirtiéndose de nuevo en una estrella de mar —. Me duele todo.