🌩2.La calma antes de la tormenta🌩

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La criatura se abalanzó sobre nosotros.

Empujé a Luke, y el impulso bastó para que yo también me alejase, pero no lo bastante. Sentí la zarpa de aquella bestia perforándome el estómago. De mi boca chorreó sangre.

-¡Ethan!-gritó Luke. Sentía como me cogía de la mano y me obligaba a correr. Sentía los últimos rayos del sol bañándome la cara, mientras que mis piernas corrían solas. Poco a poco se me nublaba la visión, y la cabeza me daba vueltas. 

No sé cuanto tiempo llevábamos corriendo, pero sentía que mis piernas no aguantarían mucho más. Justo cuando llegamos a la cuneta de la carretera, me fallaron, y caí rodando, arrastrando a Luke  conmigo. Le escuché gritar por ayuda, suplicando a quien le escuchase que nos ayudara. También oí el sonido de unos frenos. Oía ruidos de fondo, voces. La visión me fallaba.

De repente, noté como un brazo me agarraba de la cintura y me subía al coche.

-¡Arranque, no mire atrás!-gritó Luke. Justo cuando el coche se puso en marcha, la criatura pegó un salto y por poco que no se estrelló contra el coche. Aunque eso me lo dijeron luego, porque yo estaba perdiendo mucha sangre en el asiento de atrás.

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Me desperté en una camilla de hospital. 

Tenía vendajes en la cabeza y en la zona del estómago, y me molestaban mucho. Noté que algo se desperezaba a mi lado.

—Hola—me dijo Luke de forma seca. Estaba muy nervioso, al punto de que al rascarse los brazos lo estaba haciendo de forma compulsiva.

—Hola. ¿Estás bien?—le pregunté. Todavía tenía grabado en la retina la imagen de la criatura, y parecía que de repente aparecía por el lado.

—¿Enserio me preguntas tú eso?—me dijo.—Te ha atravesado una puta garra de algo que no se conocía hasta ahora.

—Ya, bueno, no me atravesó.—intenté quitarle hierro al asunto. Era mas bien un arañazo muy profundo que había tocado alguna vena grande o algo así.—El caso, ¿qué ha pasado?

—Absolutamente nada. Se lo hemos contado a la policía, a los bomberos, a los vecinos, ... pero nadie nos cree. Ni el mismo conductor que nos recogió vio a la criatura bien, así que esto no va a llegar a nada.

—No puede ser. ¿Y qué hay de mi herida? Eso no sirve como prueba?

—No. El ADN que han encontrado en ella parece pertenecer a un lobo normal. Ya sabes que por aquí abundan. Tampoco el hecho de que el chico ese no haya aparecido, él y su padre estaban supuestamente de viaje, y no ha aparecido el cuerpo que vimos.

—Me cago en todo. ¿Entonces se queda así? ¿Y si se mete en el pueblo?—pregunté, amargado. No podía ser, no tenía sentido.

—Yo que sé. Lo mejor que podemos hacer es dejarlo pasar. Si pasa otra vez, ya se darán cuenta de su error—no lo podía creer. ¿Enserio iba a dejarlo pasar? No lo podía creer.

En ese momento, entró una enfermera a cambiarme el suero.

—Disculpa, ¿sabes cuánto tiempo tendré que guardar cama?—pregunté. Estaba impaciente por levantarme y irme.

—Una semana—respondió amablemente la chica. Era deslumbrantemente guapa, y amable. Le di las gracias y se fue de allí, probablemente a hacer más trabajo.

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La semana pasó rápido. Luke avisó a sus padres de lo que me había pasado, y vino a visitarme todos los días.

Yo me encontraba un poco mareado. No sabía por qué, pero cada vez que intentaba levantarme o hacer algo de esfuerzo, me mareaba muchísimo y solo podía tumbarme de nuevo.

Siete Días Para Morir|| El Virus (1ra parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora