Golden || Bajifuyu

extra 1.

Extra 1. Happiness is a butterfly

Kazutora sabía que eso ya no podía continuar de esa forma.

Hace tiempo que su relación con Hanma -si es que así se le podía llamar a lo que sea que tenían- no era la misma de antes. Últimamente lo dejaba plantado en sus citas y no le hablaba ni contestaba los mensajes.

Así que lo mejor era terminar aquello desde la raíz. Se sentía demasiado triste, en verdad ama a Hanma demasiado que estaba dispuesto a todo por mantenerlo a su lado, pero sabía que aquello ya no era lo que los dos necesitaban o querían.

Lo vio entrar al lugar, como siempre levantando miradas, pero en su mesa de siempre nadie podía ver quien estaba sentado ya que el lugar siempre estaba oscuro. No había duda de que sus ojos brillaban solo con verle y se sentía suspirar para sus adentros; Hanma como siempre con traje elegante y zapatos demasiado caros, bien peinado y mirada seria.

Se sentó frente a él cruzando una pierna sobre la otra y mirando a Kazutora con dudas y misterio a la vez.

—¿Cómo has estado, Kazutora?

—Bien—dice casi queriendo, sonando normal—, hace tiempo que no nos vemos.

—Lo sé. Disculpa, pero he estado muy ocupado con el trabajo y-y...

—Lo sé y lo entiendo. Pero también entiende que me has hecho muchas promesas que jamás has cumplido y la verdad es que ya no puedo seguir así.

Hanma le asintió. La verdad es que entendía, sabía de verdad que ese chico merecía mucho más que él, pero no podía darle lo que merecía.

—Lo entiendo, —suelta un suspiro y se recarga en la silla—sé que te mereces todo el mundo Kazutora y la verdad es que seamos sinceros, yo no puedo darte lo que te mereces. La verdad es que me sorprende lo mucho que esto ha avanzado.

Kazutora fingió que aquellas palabras no le dolieron, porque lo hicieron. Bajo su rostro intentando retener aquellas lágrimas que luchaban por ser derramadas, sentía un dolor en su pecho, pero no quería llorar frente a Hanma; sentiría que le estaría dando la satisfacción.

—¿Sabes? Hubo un tiempo en el que creí que no volvería a amar o querer a alguien que no sea Kisaki, estuve yendo a terapia después de su muerte, claro que al principio me negué, para mi era algo vergonzoso, pero con el tiempo me di cuenta de que era lo mejor—de a poco, el menor fue alzando su rostro y Hanma notó aquel brillo peculiar que sólo le parecía lindo cuando se encontraba debajo de él. Ahora lucia distinto. No era la misma fuente, pero seguían siendo las lágrimas de Kazutora—. Te quise, te quiero y probablemente te quiera mañana también.

Brilló más; su mirada se ilumino como el sol queriendo salir en una tormenta y Hanma le sonrió. Una sonrisa realmente sincera desde el fondo de su corazón y alma.

—Yo realmente, nunca quise nada, pero ahora, lo que más quiero, es que seas feliz Hanemiya...te mereces el cielo, mar y tierra. El mundo completo a tus pies.

Una lágrima traicionera cayó directo a la mejilla del chico. Pero no de Kazutora, sino del rostro de Hanma. Era la primera vez que lo veía de ese modo, tan vulnerable y humano que no parecía ser la misma persona que conoció hace años.

—Tú...también encontrarás la felicidad, también mereces el mundo a tus pies.

Hanma creyó que la voz del menor nunca había sonado tan rota como ahora. Todo aquello era signo de honestidad y de que los dos estaban listos para soltar aquello que los hacía infelices. Uno ya no tendría que esperar y el otro comprendió que podía volver a amar.