La pelirosa se veía muy diferente a la persona que conocí hace unos días atrás. Sus expresiones reflejaban horror y preocupación por el estado de sus compañeros.
Ya tendría tiempo para hablar con ella, de momento solo me interesa matar a Yuta para quedarme con Rika.
—¿Por qué hiciste esto?—La chica fue la primera en hablar.
—Tranquila que no pienso lastimarte en lo absoluto ¡Solo deja que mate a Okkotsu y me lleve a Rika!—le grite desde mi lugar para que ella entendiera mis intenciones.
—Yuta ¿Puedes curar a los tres?–La voz de Makima cambió por completo—En cuánto termines puedo dejar que seas tú quien asesine a ese idiota.
—Esta bien.
Salí disparado contra los edificios que estaban justo detrás de mi, al parecer ella me había empujado.
—Quizás tengas algo de suerte si sobrevives lo suficiente para que no sea yo quien te mate—La chica se puso de cuclillas e invoco un arma maldita del suelo, una simple espada de hoja negra y empuñadura del mismo color.
—¿Esa espada tan delgada y frágil es tu arma?—Me reí pues esperaba algo más increíble viniendo de la chica que era considerada un demonio, fue nombrada de esa forma por las mismas maldiciones.
Como era de esperarse ella no respondió y se lanzó contra mí, esquivar sus estocadas era cada vez más complicado pues movía la espada con tanta facilidad que parecía una extensión de su propio cuerpo.
—¡No debiste tocar a mis amigos!
—¿Amigos? ¿Sabes el significado de esa palabra?—Empuje con fuerza mi espada contra la de ella para así tener el control de la pelea.
—Quizás más que tu–Me grito—¡Traicionaste a Gojo!
Logro atravesar mi defensa y me corto por encima del hombro, no me fue posible defenderme y recibí un segundo ataque, la cosa hubiese seguido así si no fuera por que la maldición de Okkotsu tomó por sorpresa a Makima.
—¿Qué?—Dije con asombro al ver que Rika atravesó el abdomen de la pelirosa—¡Pero que sorpresa más grata! ¡La voz también se corre entre maldiciones!
Makima
Era de esperarse, en cualquier momento tenía que pagar un Karma por aprovecharme tanto de los seres humanos como de las maldiciones. Nunca me espere que Rika también quisiera saldar cuentas conmigo.
Quizás estaba en su instinto el considerarme una amenaza, pero juro que no pasó por mi mente el tratar de pactar con ella y someterla a mi.
—¡Rika! ¡¿Qué estás haciendo?!—Pude escuchar la voz de Yuta a lo lejos, la enorme cantidad de sangre que había en el suelo era mía.
Quizás merecía este final por ser una hija de puta toda mi vida.
–Rika—Como pude acerque mi mano al rostro de la maldición, pude conectar con ella y comprender todo lo que sentía—No quiero hacerte daño, ni a ti, ni a Yuta... él es un valioso amigo para mí.
Podía intentar curarme pero el sueño me ganaba, lo último que vi antes de cerrar mis ojos fue la cara de una joven de cabellos castaños con lágrimas cayendo como charcos por sus lindos ojos café.
Así que esa era la verdadera forma de Rika... es hermosa.
Gojo
Cuando por fin llegue a la academia me encontré con la escena que tanto me temía.
–Profesor... estoy tratando de curar a Makima...
El estado de la pelirosa era grave, la sangre perdida era demasiada y su rostro perdía color con cada minuto que pasaba.
—Concéntrate o de lo contrario no podrás canalizar bien tu energía maldita inversa–Empuje a Yuta y tome su lugar.
—Esa chica es muy interesante—La débil voz de Geto hizo que la rabia despertará en mi casi al instante—Los estudiantes de esta generación son verdaderos hechiceros de élite, incluso el fracaso de los Zen'in.
—Terminé de curar sus heridas, Yuta cuida de ella.
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