CINCO.

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—¿De qué estás hablando?—Jeonghan preguntó titubeante sin poder creer lo que estaba escuchando, eso además de que la cercanía lo ponía muy nervioso, y por alguna razón, Jisoo encontró aquello muy divertido, pues dejó escapar una ligera risa.

—Sí, ya sabes, puedo ayudarte a conseguir a alguien allá adentro. Apuesto a que más de uno estaría feliz de hacerlo.

Jeonghan frunció el entrecejo con clara molestia, sintiéndose tonto al darse cuenta de que sus pensamientos le habían jugado sucio.

—Ya te dije que no. Y vámonos ya, mamá estará muy molesta si te ve llegar así a casa.

—El secreto está en no llegar, Hannie. Yo no voy a volver aún, así que si ya te resignarte a perder la apuesta, pues puedes irte a casa. Te veré mañana—dijo antes de dedicarle una sonrisa y volver adentro para continuar con lo que estaba haciendo, y Jeonghan supo que ya no tenía nada qué hacer ahí. Ya se disculparía con Seungcheol luego, pero por el momento quería volver a casa y dejar de pensar por un momento.

Volvió a casa poco después, y para su alivio, sus padres no se sorprendieron de que Jisoo no hubiese llegado con él, pero sí que se mostraron muy interesados en saber lo sucedido en esa fiesta dado que era la primera vez para él. Así, Jeonghan pasó las siguientes dos horas contando a sus padres su experiencia en ese lugar, obviamente omitiendo los detalles de su hermanastro; ya hablaría con él al día siguiente.

Posteriormente se dirigió a su habitación e intentaría dormir, aunque no creía poder hacerlo, pues le preocupaba Jisoo, en donde estaría y con quién, cómo regresaría a casa y a qué hora. Además, para empeorar los pensamientos dentro de su mente, no podía sacarse de la cabeza aquella erótica y extraña imagen que había presenciado hacía un par de horas y eso por supuesto que le frustraba como nunca.

Suspiró y colocó algo de música en sus audífonos. Por su bien, debía intentar dejar de pensar en eso.

Por la madrugada, Jeonghan escuchó la puerta principal abrirse y no necesitó pensar mucho acerca de quién se trataba. Seguía molesto, por supuesto, pero aún así se sintió aliviado al saber que Jisoo había vuelto bien a casa.

Decidió ir a la planta baja solo para asegurarse de que estuviese solo y no hubiera llevado a Mingyu o algo así, suspirando de alivio al ver al chico sólo sentado en el sofá con los ojos cerrados.

—Jisoo…—Jeonghan lo llamó suavemente para no asustarlo, aunque poco funcionó, pues el chico en cuestión no se movió ni siquiera un centímetro.

—Jisoo—intentó de nuevo, esta vez moviendo su cuerpo ligeramente para tratar de hacerlo reaccionar.—Si te duermes aquí, mamá va a molestarse.

—¿Hannie?—Jisoo preguntó al mismo tiempo que abría los ojos ligeramente tratando de enfocar al chico junto a él.

—Sí. Levántate, Jisoo. Tenemos que ir a tu habitación para que mamá y papá no te vean aquí al amanecer.

—Está bien—Jisoo dijo y Jeonghan se sintió aliviado de que no pusiera resistencia, así que se puso de pie y extendió su mano al chico para ayudarle a levantarse, pues por su estado de ebriedad, suponía que no podría hacerlo por sí mismo.

Jisoo tomó su mano con pereza y se levantó, tambaleándose un poco en proceso, razón por la cual se quedaron en su sitio por un momento para que el ebrio chico pudiera recuperar el equilibrio.

—Tu mano es tan suave, Hannie—Jisoo expresó de repente al mismo tiempo que sus dedos acariciaban la mano del chico, quien al sentir ese tacto, se ruborizó enseguida. Era una suerte que todo estuviera oscuro o de otra manera Jisoo lo habría notado.
Retiró su mano con cierta brusquedad, lo cual hizo que el contrario perdiera el equilibrio casi haciéndolo caer, pero Jeonghan lo tomó enseguida para evitarlo y Jisoo se aferró a él de igual manera.

PROBABLY IMPOSSIBLE 🖤 JiHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora