DOS.

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Jeonghan desvió la mirada enseguida y Jisoo sonrió con diversión antes de tomar su lugar en la mesa ignorando por completo todas las miradas que estaban puestas sobre ellos.

No era para menos, pues se trataba de Hong Jisoo, nada más y nada menos que el chico más popular del colegio. Jisoo era apuesto, carismático y por supuesto, un experto seductor.

Jisoo no tenía las mejores notas y ni siquiera se esforzaba por lograr aquello. En realidad, era un chico despreocupado, que gustaba de divertirse cada que la oportunidad se le presentaba y tampoco le importaba mucho si aquello gustaba o no a los demás en casa.

A sus solo diez años, Joshua, un chico extranjero llegado a Corea para una mejor vida, había perdido a sus padres en un trágico accidente que no le gustaba recordar, pues fue un golpe duro que aún no superaba del todo pero que rara vez mencionaba o demostraba.

Al quedar solo a tan corta edad y en un país casi desconocido para él, sus vecinos decidieron adoptarlo al ver que Jisoo siempre fue muy buen amigo de su único hijo Jeonghan quien siempre le ayudaba con el idioma y las costumbres.
Eso de alguna manera sirvió de apoyo al chico extranjero a no pasar una infancia tan complicada, pero aún así, esos recuerdos de sus padres le afectaban de vez en cuando.

Así, Joshua tuvo que usar un nombre acorde a su país; "Jisoo" creció en una familia con costumbres completamente distintas a las suyas en un país que recién comenzaba a conocer y que le causaba algunos problemas en ocasiones, lo cual le llevó a adquirir una personalidad introvertida.

Fue así solo cuando la adolescencia llegó. Jisoo se dio cuenta de que su aspecto físico atraía a muchas personas que querían su atención y descubrió que aquello de hecho le gustaba, por lo cual, decidió sacar provecho de aquello, disfrutando de conocer gente y descubriendo las cosas que podía lograr con sus cualidades si se lo proponía.

Pronto, el tímido chico que poco conocía las costumbres de su actual país, se transformó en alguien extrovertido, divertido y sobre todo coqueto. No perdía una sola oportunidad cuando encontraba a alguien que fuese lo suficientemente digno como para tener su atención hasta que lograba su objetivo y tampoco le molestaba el hecho de sentirse deseado por alguien sin importar situación económica u orientación sexual.

Eso por supuesto que no agradó a los Yoon -sus padres adoptivos-, pues esa personalidad no "encajaba" con lo inculcado en su infancia y mucho menos ayudaba como buen ejemplo para Jeonghan, quien a decir verdad, era todo lo contrario.

Las cosas con Jeonghan eran un tema completamente aparte, pues a pesar de que los años los habían hecho personas completamente diferentes, su relación en casa era buena. Compartían su día a día, pasaban el tiempo juntos e incluso se contaban uno que otro secreto.

No obstante, fuera de casa las cosas eran distintas. A Jisoo no le gustaba relacionarse mucho con su hermanastro en el colegio, pues de alguna manera no deseaba meterlo en sus asuntos, y aunque Jeonghan no estaba de acuerdo con ello, no había mucho que pudiese hacer.

Jeonghan prefería de igual manera mantenerse bajo perfil, y es que conocía lo suficiente el carácter de su hermano como para saber que debía darle su espacio.

-¿Todo bien con Jeonghan? Los ví llegar juntos esta mañana, creí que no te gustaba llegar con él a la escuela-expresó un chico junto a él.

Jisoo asintió-Todo bien. Y no es que no me agrade venir con Jeonghan, más bien no me agrada escuchar los sermones de su madre durante todo el camino. Se nos hizo tarde esta mañana porque lo convencí de jugar conmigo hasta tarde, así que no tuve opción más que venir en su auto.

PROBABLY IMPOSSIBLE 🖤 JiHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora