DOCE.

132 17 1
                                    

Fue un sueño. Fue un sueño. Definitivamente eso no pasó…

La mente de Jeonghan se repetía eso a cada segundo mientras reposaba en su cama apretando sus párpados tratando con ello de hacerse despertar a sí mismo.

Luego de lo sucedido, no hubo siquiera lugar para las palabras. Ambos se separaron con lentitud completamente conmocionados, y una vez que asimilaron lo que acababa de suceder, se miraron con clara sorpresa.
Ninguno fue capaz de decir una sola palabra, pues temían arruinar las cosas con la más mínima acción.

Jisoo había querido decir algo, pero sólo fue capaz de abrir la boca sin emitir palabra alguna y Jeonghan no se encontraba mejor que él como para calmar las cosas como usualmente sucedía; así que, luego de tortuosos segundos que parecieron horas, Jeonghan sólo pudo salir corriendo de la habitación de su hermanastro y lo único que pudo hacer fue encerrarse en su propia habitación y dejarse caer en la cama tratando de convencerse a sí mismo de que todo se trataba de otro sueño. Uno más que lo torturaba.

Así que ahí estaba luego de horas en esa misma posición, repitiéndose que debía despertar, que nada de eso había sucedido y que la sensación de los labios de Jisoo sobre los suyos que aún permanecía ahí era obra de su cruel subconsciente.

No obstante, se rindió un par de horas después cuando se dió cuenta de que, sin importar lo que hiciera, no podía despertar y fue entonces que la culpa llegó. No podía siquiera recordar un poco de lo sucedido sin que se sintiera terriblemente mal, como si hubiera cometido el peor crimen que pudiera existir.

¿Qué sería de su vida a partir de ese momento?
Es decir, no podía simplemente seguir su vida normal como si no hubiese pasado nada, eso definitivamente era imposible. Tampoco podía culpar a Jisoo de eso, pues en realidad dudaba que alguien pudiera tener la culpa en realidad. Mucho menos podía hablar con alguien para pedir un consejo, pues cualquiera lo miraría mal por haber hecho algo tan terrible como besar a su hermanastro.

—Besé a Jisoo en los labios—se dijo a sí mismo en su mente y de inmediato sintió su rostro arder.

Una vez más, la imagen se reprodujo en su cabeza y ese cosquilleo que lo molestaba a diario se manifestó de nueva cuenta. No podía mentirse a sí mismo, pues aunque había sido algo corto, besar a Jisoo se había sentido igual de bien que en su sueño y quizá mejor.
Sus labios se sentían suaves y cálidos, y la experiencia de Jisoo le había hecho seguirle el ritmo sin sentirse tonto por jamás haber besado a nadie en su vida.

Todo se sentía tan incorrecto para Jeonghan, pero al mismo tiempo su cabeza le repetía a cada segundo que no había tenido suficiente, que quería repetir ese momento una y otra vez, lo suficiente como para saciarse y eso sólo empeoraba su sentir.

Su puerta fue golpeada ligeramente y Jeonghan sintió una fuerte punzada en el pecho. Fuera quien fuera, no deseaba ver a nadie en ese momento, así que no respondió esperando con ello que la persona que se encontrara del otro lado de la puerta asumiera que se encontraba dormido y no insistiera.
No obstante, la puerta se abrió segundos después y con ello Jeonghan supo que se trataba de Jisoo.

—¿Puedo pasar?—Jisoo preguntó por primera vez. Pues usualmente no pedía permiso y mucho menos se notaba tímido como justo en ese momento.

—¿Qué quieres?—Jeonghan cuestionó a la defensiva sin atreverse a mirarlo a los ojos.

—Quería hablar contigo—expresó aún con ese nerviosismo asomándose en sus palabras.

—¿No puede esperar a mañana? Estoy cansado; ya sabes, hice mi tarea y también te ayudé con la tuya, así que…

—¿En verdad quieres esperar hasta mañana? Es decir… yo considero que deberíamos hablar sobre-

—Cállate—Jeonghan lo interrumpió con cierta agresividad en sus palabras y atreviéndose a mirarlo esta vez, pues Jisoo había decidido no esperar aprobación y ahora se encontraba dentro de la habitación a unos cuantos pasos de la cama en la cual Jeonghan reposaba.—No quiero hablar de eso.

PROBABLY IMPOSSIBLE 🖤 JiHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora