"promesa"

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Después de que Eliot salió de la habitación, mi nona deseaba decirme algo y yo estaba muy interesada por lo que quería decirme, estaba sentada frente ella esperando lo que iba a decir.

- bueno, nona que querías decirme- pregunté a nona con mucha curiosidad.

- quería pedirte que me hicieras una promesa- dijo nona viendo hacia la ventana con una profunda tristeza en sus ojos.

- claro nona, dime qué quieres que te prometa- respondí a nona tomándole la mano.

- sabes hija, cuando Eliot era pequeño siempre pedía que viajaramos a varios lugares, pero para ese tiempo el proceso de divorcio de sus padres estaba en proceso y jamás pude cumplir ese deseo y luego enferme- dijo ella viéndome fijamente con ojos tristes.

- pero a él ya no le gusta salir, es un amargado- dije haciendo un puchero.

- lo se, antes era un niño muy feliz y inquieto pero luego del divorcio de sus padres y la muerte de su papá, mi pequeño dejo de hacer amigos- nona se veía muy triste al recordar su pasado.

- así que por eso el se comporta así, nona se que no soy la mejor persona, pero te prometo que cuidare de el y haré que el vuelva a sonreír- le dije eso aunque sabía que no podía quedarme con el por mucho tiempo, pero aún así haré todo lo posible para mostrarle lo hermoso de este mundo.

- mi niña, muchas gracias con eso me dejas mas tranquila y se que eres la persona indicada para Eliot- dijo nona con una mirada de ternura.

- nona, me permites escribir esto en mi libreta así lo recordaré siempre- pregunté a nona sacando mi libreta.

- claro mi niña, no hay problema- dijo nona mientras se acomodaba para comer un poco más de uvas.

Así me acomode en una mesita que se encontraba cerca y saqué mi libreta y comencé a escribir la promesa que había hecho a mi nona, y mientras aún escribía Eliot entro con lo que le había pedido nona.

- aquí está lo que me pediste, abuela- dijo Eliot al entrar a la habitación.

- Ho, cariño muchas gracias- respondió nona con una sonrisa.

Yo seguía escribiendo y en un momento Eliot paso por mi costado, pero no dijo nada al respecto, cuando yo pensaba que lo haría. Pronto llegó la hora de irnos y despedirnos de mi nona.

- mi niño, ya terminó la hora de visita ya tienen que irse, pero espero que me vuelvas a visitar lía- menciono nona despidiéndose de nosotros.

- claro nona, de todos modos yo trabajo de voluntaria aquí así que vendré a verte cada vez que esté de turno, lo prometo- le dije a nona con un saludo.

- nos vemos, abuela no olvides tomar tus medicinas y cuídate mucho- dijo Eliot despidiéndose de nona con un beso en la frente.

- después de todo no eres tan frío como parece- dije con una pequeña risa burlandome de el.

- ya vámonos- dijo tan serio como siempre.

Salimos del hospital y nos dirigimos a una parada de autobús, mientras esperábamos la atmósfera se sentía muy silenciosa hasta que Eliot hablo.

- oye, que dijo mi abuela mientras no estaba- me pregunto viéndome de reojo.

- nada importante, solo que eras muy lindo de pequeño- dije con una pequeña risa burlesca.

- segura, aveces mi abuela es muy entrometida y dice cosas que no debería- dijo volviéndose hacia mi.

- estoy segura, calma sargento cuidado me matas con tu mirada- dije volviendo a hacer otra pequeña broma.

- esa libreta que andas, es la misma que recogí el otro día- pregunto sin verme a la cara y yo me sorprendí mucho por su pregunta.

- he, si es la misma, porque?- dije con curiosidad, pero el aún no me miraba a la cara.

- no, es nada- respondió para luego acomodarse los auriculares.

- oye, espera acaso tú ese día... Leíste mi libreta- dije en un tono un poco alarmado.

-....- solo seguía viendo hacia otra dirección.

- escuchaste lo que te pregunte- dije quitándole los auriculares de los oídos.

- si, si leí tu libreta ese dia- dijo con su mirada fría y sosteniendo mi mano derecha con la cual le estaba quitando los auriculares.

- así que la leiste- me soltó mi mano y yo agache la cabeza, pasamos unos cinco minutos en silencio.

- es verdad- pregunto rompiendo el silencio incómodo que nos invadía.

- he - dije volteando a verlo.

- sobre tu enfermedad- dijo siempre sin verme a la cara.

- así es, no lo sabe nadie a parte de ti y el doctor Juan, que me ayuda con mi tratamiento.

- entonces, nadie de los que conoces lo sabe- pregunto con tono serio.

- no, creo es mejor que nadie lo sepa, así que te pido que no se lo digas a nadie- dije levantándome de la banca con una sonrisa mientras el viento sopla con algo de fuerza.

- bien, ni si quiera tengo amigos- dijo mientras también se levantaba de la banca.

- bueno ya que a hora sabes mi secreto, entonces tendrás que ayudarme a cumplir varias cosas que quiero hacer- dije con una sonrisa.

- y yo porque, no lo puedes hacer sola o con tus amigos- dijo como siempre tan frío y distante.

- hay pero que amargado, no me importa yo quiero hacer esas cosas contigo así que lo primero será ir al parque de mi infancia- dije mientras el me miraba.

- es enserio, pareces una niña- dijo mientras observaba si el bus venía.

- y tu un viejo de la prehistoria -dije sacándole la lengua.

- ya viene el bus -dijo señalando que venía no muy cerca de la parada.

- ya deja eso, entonces que te parece ir el Próximo fin de semana- dije insistente con el.

- si digo que si, me dejaras de molestar- dijo volteando los ojos.

- si, si deja de ser un amargado -dije dándole un pequeño golpe en el brazo izquierdo.

- bien, pero ya vámonos hay viene el bus -dijo señalando el bus que ya estaba cerca.

- bien, gane- dije haciendo un pequeño baile de la victoria.

Después de eso nos subimos al bus y cada quien se bajó en la parada correspondiente, al llegar a casa mi madre me lleno de preguntas pero no respondí y me encerré en mi habitación.

- este chico es muy amargado, espero poder cumplir la promesa que le hice a mi nona- dije tumbando me en la cama.

Continuará....

Chicos espero que les esté gustando mi historia, maldita realidad será con cuatro temporadas de 12 capítulos cada una así que solo quedan dos capítulos para terminar la primera temporada, gracias a todos por su apoyo.
Att: Ania Esther.

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