𝐞𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝐭𝐰𝐨

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Cuando Handong estuvo ya encima de Yubin, siguió su pequeño baile aún cuando la música había cesado. No conocía de nada a Yubin, más que lo que Yoohyeon le había dicho de ella, pero sí sabía una cosa, y es que le empezaba a gustar provocarla más de lo debido.

Yubin tomaba el trasero de Handong con ambas manos, tratando de hacer notar su erección en la intimidad de la menor.

—Mmm, Yubin. Es m-muy grande, ¿no?...—preguntó Handong muy agitada sintiendo como Yubin se apretaba contra ella.

—Ni te imaginas, bebé.

Esa última palabra hizo a Handong estallar en desesperación, tanto que comenzó a sacar la camisa de Yubin también, en busca de más contacto. Una vez la prenda estuvo fuera del divino cuerpo de la morena, comenzó a atacar su cuello. Dejaba pequeñas marcas rojas y algunas mordidas cerca del hueco de su clavícula.

Yubin buscó los labios de Handong y, en un beso muy desesperado por parte de ambas, Yubin mordió fuerte el labio inferior de Handong y cuando ésta se quejó, Yubin con una sonrisa socarrona dijo:

—Un pequeño recordatorio de que la que está al mando soy yo, bebé.

—Pero y-yo...

—Cállate. De rodillas, en el suelo.— dijo en tono firme hacia Handong, a quien bajó inmediatamente de su regazo.

Handong se arrodilló frente a ella, justo como lo pidió Yubin.

Mientras la morena abría sus piernas, Handong se notaba ansiosa por saber qué sería lo siguiente.

Yubin desabotonó y luego bajó su pantalón negro, seguido de su ropa interior, dejando libre al fin su erección. Los curiosos ojos de Handong se abrieron más de lo normal al ver el largo y erecto miembro de Yubin.

—¿Te gusta?—preguntó Yubin al notar la mirada de Handong.

Handong aún en shock, con sus ojos muy abiertos sólo logró asentir repetidamente sin dejar de ver el miembro frente a ella y empezando a estimular su feminidad sobre la ropa interior cuando sintió la necesidad cada vez más cerca.

—Acércate, te quiero acá, en medio de mí.

Handong obedeció de nuevo y gateó un poco hasta llegar al medio de las piernas de la peliazul. Yubin acercó su miembro al rostro de Handong y ésta con una mirada hambrienta esperó las indicaciones de su menor.

—¿Necesitas que te diga qué hacer, preciosa?— preguntó Yubin al ver a Handong sin hacer nada frente a ella.

—N-no, lo siento.—reaccionó.

Así, tomó con su mano derecha el gran miembro de Yubin y empezó la estimulación, lo hacía de arriba hacia abajo. Apretando un poco la base, y luego volviendo a subir y bajar rápidamente. El húmedo sonido de la mano de la menor hizo que Yubin se perdiera en su nube de placer.

ᨳ᭬ 𝗠𝗜𝗡𝗘 | dadongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora