♤ The Gay Divorcee ♤

Capítulo 7 : ¿¡Qué quieres que haga ahora!?

Orion dejó a los niños en la casa de Lucretia. Su hermana se había abstenido de hacer bromas groseras, pero miró a Orión con consideración. Él sabía que ella lo estaba viendo bajo una nueva luz ahora que sabía que él tenía las agallas para enfrentarse a su padre al tener una 'aventura'. Ya había recibido un aullido de su padre reprendiendo a Orion por mostrar sus asuntos privados con crudeza a la vista del público. Era una buena señal que su padre ya creyera en los papeles, Orion no debería tener que hacer mucho para que Arcturus cediera y le concediera el divorcio a Orion.

Orión había ocultado lo problemático que era su matrimonio con Walburga. Lo único que vieron su hermana y sus familiares cercanos fue lo deprimido que a veces se ponía Orión cuando lo veían. Lucretia había sido la primera persona en ver a Orion después de que envió a Walburga a empacar. Saltó del suelo y corrió hacia Orion envolviéndolo en un abrazo como solía hacer cuando era un niño. “Estoy tan orgullosa de ti por enfrentarte a ella,” había susurrado Lucretia, abrazando a Orion. Entonces se había permitido llorar, llorar por la injusticia de todo aquello. Cómo no podía desear nunca haberse casado con ella porque entonces nunca habría tenido a sus hermosos hijos.

Lucretia le dio a Orion una mirada inquisitiva mientras pasaba una mano por el desordenado cabello de Sirius. “Estoy trabajando en el divorcio”, articuló Orión en voz baja para que sus hijos no escucharan. Los ojos de Lucretia se tornaron comprensivos y asintió con firmeza. Su esposo, Ignatius, se ofreció a llevar a cuestas a Sirius y Regulus. Distrayendo efectivamente a los chicos, para que Orion pudiera escabullirse sin tener que enfrentar lágrimas de súplica para que se quedara solo un minuto más.

Orión fue y compró el ramo de rosas más escandaloso que pudo encontrar. Estaba ingeniosamente exhibido con pequeñas flores blancas entretejidas entre racimos de grandes rosas rojas en flor. Luego visitó la casa de los Potter. Tenía a su 'amante' para visitar. Si mantener fresco este escándalo era la única forma en que podía divorciarse, Orion iba a tener la 'aventura' más sensacional que el mundo mágico jamás había visto. Solo necesitaba que este Harry Potter siguiera el juego.

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Euphemia se entusiasmó con Harry, después de que realmente habló con Harry y pudo formarse su propia opinión fuera de la especulación injustamente sesgada del Diario El Profeta de que Harry era un rompehogares (estuvo aquí cinco minutos, ni siquiera pudo tomar un descanso cincuenta años en el pasado). Podría haber ayudado que Harry preguntara si podía llevar a James y Charles a dar una vuelta en sus escobas de juguete. Ella sonrió a medias y le mostró dónde estaban los límites de la propiedad, y luego se unió al juego.

Harry no sabía cómo sentirse al ver a su padre dando vueltas en una escoba. Había anhelado esto, soñado con esto, nunca había imaginado que él sería el adulto y su padre el niño. Sus roles estaban invertidos, él era el maestro y su padre el alumno. Causó una extraña sensación de tirón en su pecho. James debía comenzar su primer año en Hogwarts este septiembre. Harry todavía estaba pensando en el hecho de que podría estar allí para ver la reacción de su propio padre ante el Expreso de Hogwarts y el Sombrero Seleccionador. Realmente, realmente quería estar allí.

"¡Harry!" Charlus llamó "¿tienes un invitado?" Sonaba muy confundido, Harry también estaba confundido. Nadie sabía que él estaba aquí, Harry no tenía a nadie que él conociera que viniera a buscarlo en el pasado. Euphemia le hizo un gesto a Harry para que se fuera, lanzando la suave quaffle para niños entre los niños.

Sintiéndose aprensivo, Harry aterrizó y dejó su escoba en el soporte de escobas, Charlus rondaba ansiosamente por las puertas abiertas del invernadero. "¿Estás seguro de que no te estás acostando con Orion Black?" Charlus le preguntó a Harry en voz baja. Harry se preguntó qué había puesto a Charlus tan nervioso.