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(...)

Si bien no tenías pensando ni siquiera salir de tu casa, tampoco esperabas discutir con matt sobre el porque no se puede meter al cochecito de compras como los niños.

— Eres un "adulto" no puedes subirte.

Te pellizcaste el puente de tu nariz ante el puchero que hizo.

— No voy a seguir está conversación contigo.

Lo escuchaste quejarse haciendo que dejaras de cerrar los ojos, alejando tu mano de tu cara para ponerla en tu cintura mientras lo mirabas con los ojos entre cerrados.

Después de unas semanas te quedaste sin comida, espesable en realidad, no te gusta salir de casa por eso compras bastante cuando haces compras. 

Pero matt había dicho que quería salir, no lo pensaste mucho y aceptaste, matt ya deberia tener...casi dos meses contigo, te sorprende lo rápido que paso por los escalones de nerviosismo, antes era lindo verlo nervioso, ahora tienes a un "chico" muy imperativo que no entiende el concepto de "no" lo que no es bueno en ningún sentido, aunque le darás un punto por no sentir vergüenza.

— Matt, en serio no puedes subirte.

Bien, no describiste nada nuevo, siempre que discutes con matt pierdes, lo descubriste en este mes y hoy no fue la excepción.

— Ten.

Este agarro el cereal con una sonrisa para acomodarla a un lado, si bien matt ocupa la mayor parte del espacio no vas a negar que es divertido verlo sentado en el carrito.

Apuntaras en tu lista de pendientes aprender a negarte a lo que matt te pide.

— También falta café, leche, huevo, mayonesa, jamón, queso, ¡Pan todostado! Jalea...

Antes que pudiera decir algo más lo interumpiste.

— Se que nos falta todo matt, gracias.

Empujarte el carrito para dirigirte a buscar la leche pero cuando ibas a salir del pasillo una mujer con su carrito y un niño dentro de este se detuvo para mirarte a ti unos segundos para después pasar su mirada a matt quien la saludo. Con una sonrisa nerviosa hablaste.

— Buenas tardes.

Hablaste rápido pasando a su lado para ir a la sección de la leche, simplemente fue vergonzoso, solo eso, además de todo dudas sea la primera y última vez que pase eso. 

— Matt, de verdad espero que ese postre valga la pena.

Escuchaste su risa divertida y luego su voz.

— ¡Lo valdrá! Aunque no entiendo a qué viene eso ahora.

Su tono confundido te hizo suspirar, claro que no sabe a qué se viene tu comentario.

— vamos por la leche y luego por el pan tostado.

Este asintio con entusiasmo. Diste varias vueltas por el súper volviendo de vez en cuando a los mismos pasillos por haber olvidado algo, descubriste que matt había memorizado todo lo que uso ese mes, todo lo que gasto al igual que lo que sabía estaba por gastarse, no mentiras al decir que no tenías ni idea de que faltaba, solo porque matt te dijo que ya no había comida te enteraste que no había comida, matt sigue creyendo que su segundo cuarto es la cocina.

Aún así hoy era tu día de descanso, querías aprovecharlo, últimamente tenías muchos informes que hacer para tu día de descanso, aunque no suelen ocupar más que unas horas, después de terminarlos no quieres hacer nada, terminaste tus reportes ayer ya que no era mucho y no hiciste lo mismo de siempre de "ay, la mitad está lista, mañana termino" hoy realmente tenías el dia libre.

Habías ido de compras con matt, acomodaste y apenas con el, solo te quedaba esperar que el gran postre que quería a enseñarte estuviera listo.

El olor a chocolate era ridículamente abundante, jamás pensaste odiar tanto que no te dejarán ir a la cocina como ahora.

— Matt, ¿Ya está listo? ¿Puedo ver?

Escuchaste una risa desde la cocina haciéndote suspirar y hundirte en el sillón con un quejido.

— ¡Falta poco!

Con eso agarraste el control con pocas ganas para mirar la televisión, seguiste buscando algo que ver. Habías visto algunas solo por matt, parece que le gusta el romance y aunque no odias esa categoría no es algo que pongas en la lista de primeras opciones.

Viste las opciones con pocas ganas, aunque cuando recordaste una serie que si bien no era la gran cosa era entretenida.

Fuiste al buscador para poner el nombre de la série pero en eso viste a matt salir de la cocina, dejaste el control para levantarte de golpe del sillón, camianste a dónde estaba haciéndolo reír y alejando los cupcakes que tenía en un plato.

— están calientes. Tienen diferentes rellenos, ¡En realidad!

Hizo una pausa bajando levemente la cabeza, con un color carmesí en sus mejillas y una sonrisa nerviosa continúo.

— no sé cuál es cuál, los re volvi por accidente.

Sonreíste para negar divertida.

— está bien, esto será más divertido aunque no creo comer todos de una vez.

Después de eso ambos caminaron a la sala, se sintió como una tortura el tener los cupcakes frente tuyo sin poder comerlos pero matt había sido muy firme a qué no comieras ninguno hasta que estuvieran fríos o como mínimo tibios.

Después de un capítulo de una serie a la que no le prestaste la atención que debiste matt por fin te dejo probar, matt es muy bueno con la repostería, has comido más chocolate, pan al igual que dulces en estos dos meses que en tu vida.

Cuando mordiste el cupcakes sentiste algo escurriendo de este, pusiste tu mano para ver el chocolate caer de este, diste una mordida a lo que tenías en la boca para sonreír, siempre te había gustado esos panes que muerdes y tienen chocolate.

— ¿Que tal?

Miraste a matt unos segundos mientras masticabas lo que tenías en la boca.

— rico.

Fue lo único que dijiste y con la boca llena. Este sonrió emocionado ante lo dicho.

— creo que me pase un poco con el chocolate, ¡Pero! Lo arreglaré la próxima vez.

Asentiste ante la idea de más cupcakes, sonaba exelente.

(...)

Suspieaste levemente dejando tu peso caer en el sillón, odias a las "Karen's" son terribles. Siempre intentas evitarlas, usualmente en los casinos es de esperar ver gente molesta porque claro que pierden dinero pero no quita lo molestan que llegan a ser.

— ¡_____! No te escuché llegar, la lavadora hace mucho ruido.

No contestaste, no querías hablar, estabas frustrada y cansada. Nunca te pondrá de buen humor que una señora de cuarenta años te grite por algo que nisiquiera está en tu poder, menos cuando te tiraron un baso de plástico que mínimo estaba vacío.

— ...¿____?

Viste a matt ponerse frente a ti, suspiraste levemente para pararte del sillón y pasar a su lado.

— ¿Día pesado?

Asentiste deteniéndote en la entrada del pasillo.

— Lo fue. Voy a dormir, buenas noches, matt.

Cuando caminaste realmente no esperabas una respuesta pero escuchaste a matt casi en un susurro hablar.

— Buenas noches.

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