— Buenos días.
Bostezaste sintiéndo el nuevo peso en la cama, escuchaste una pequeña risa de parte de matt haciéndote sonreír levemente.
— Buenos días, _____. Te apuesto a que nos divinas que hice de desayunar.
Hablo divertido levantándose de la cama. Lo miraste todavía soñolenta, realmente te estabas acostumbrando a su presencia.
— ¿Hot cakes?
Este hizo un puchero y empezó a caminar arastrando los pies.
— No sé cómo es que siempre sabes cuándo hago hot cakes.
Te reíste ante su forma dramática de admitir que atinaste. No le dirás nada, no le piensas decir que es porque siempre que los hace viene emocionado diciendo que adivines que hizo de desayunar. Aunque si se emociona endemasiado, seguro es tocino con huevo, sigues creyendo que es demasiado divertido ver a matt emocionarse por diferentes comidas y más teniendo diferentes tipos de emociones.
— ¿Si vendrás?
Se asomo por la puerta sin mostrar su cuerpo más que su cabeza haciendo que asintieras con una sonrisa.
(...)
Cuando te subiste al taxi ya para ir a tu casa simplemente te desplomaste en el asiento trasero. Estabas cansada, esta mañana nisquiera pudiste despedirte de matt, lo que te molesta más de lo que tal vez debería.
Pero aún así, cuando fuiste a su cuarto estaba cargando y no tenías tiempo para dejar una nota o algo. Se te había olvidado por completo la junta de esa mañana, además tenías que pagar unas cosas y luego ir a ver otras que eran parte de tu trabajo que consumió mucho, hiciste todas tus comidas fuera de casa y al final solo tenías una hora antes que comenzará tu horario normal en tu trabajo así que tuviste que agarrar un taxi para llegar a tiempo ya que estabas lejos.
Estabas cansada, solo eso. En secreto querías ver a matt para dejar el día pesado atrás pero también te preocupaba como reaccionaría con esto de que lo dejaste solo todo el día. Nunca llevo bien que te fueras a trabajar, aunque se esfuerza mucho para que no se note lo estresado que está, lo puedes notar fácil por como juega con sus dedos, por esa pregunta que intenta no hacerte siempre que te vas "¿Volverás?" Te limitas a decir "volveré a doce y media" para intentar calmarlo, si funciona un poco pero al menos parece calmarlo esa respuesta.
— Llegamos, ya pasó su tarjeta.
La voz del taxista te saco de tu burbuja de pensamientos solo para que asintieras y bajaras del auto, caminaste a tu casa.
Entre más cerca estabas de la puerta, podías sentir a tu estómago moverse con nerviosismo y miedo, tal vez solo estás sobre pensando, eso quieres creer.
Abriste la puerta para luego entrecerrar los ojos, ¿Por qué estaba tan oscuro? Cuando ibas a presionar el interuptor para prender la luz escuchaste un sollozó. Presionaste el botón para caminar rápido a la sala, dónde tus miedos se hicieron realidad. Matt estaba en el sillón llorando abrazándose a si mismo.
— Matt, ¿Que paso?
Dejaste tu bulto en el piso mientras caminaba a el, cuando escucho tu voz alzo la mirada, pudiste ver lágrimas caer de tus ojos y su cuerpo temblar levemente.