6 años atrás.
Hacía 20 minutos que Louis le cambió el pañal a Sophia sin embargo era la segunda vez que el revisaba para verificar que no estuviera manchado. Suspiró y desenvolvio de la manta de su pequeña que tenía el aroma de su padre y ya casi no tenía el de su madre. Lo cuál era lógico, ya habían pasado unos largos 4 meses de la muerte de su esposa, del día del nacimiento de su hija. Una trágica historia.
―Bien si no es tu pañal y acabas de beber un biberón entonces ya no se que pasa contigo pequeña. ―Dijo Louis soplando su flequillo que caía por su frente―. ―Supongo que un paseó nos hará bien.
La niña no detuvo su llanto ni cuando su padre la vistió. Ni cuando la acosto en su carrito. Ni cuando salieron por la puerta de su hogar. Ni cuando su padre empujaba su coche. Ni cuando las pocas hojas de los arboles que indicaban que el otoño llegaba se movían con la brisa para distraerla. Ni cuando las personas pasaban caminando a su lado, nada detenía su llanto, un llanto angustiante, desgarrador. Tanto que se ganaban las miradas por las calles de Londres.
Louis noto que habían llegado a un parque, este tomó asiento en unos de los bancos de aquel lugar y suspiró sacando a la niña de su carrito. Comenzó a mecerla sobre sus brazos intentando calmarla pero no había caso.
―Debería darle vergüenza que siendo alfa no pueda detener lo sea que le pase a su niña. ―Dijo una señora con indignación―. ―Este es un lugar para disfrutar no para escuchar el irritable llanto de su bebé.
Por su olfato podía descifrar que la señora era omega y Louis hubiera luchado con garras y dientes para defenderse y defender a su niña, pero no caería tan bajo, era una señora mayor, omega y sobre todas las cosas no tenía las fuerzas para hacerlo. Al fin y al cabo en la mente de Louis, la señora tenía razón el siendo alfa no estaba deteniendo el llanto de su bebé, era un completo fracaso.
―Vamos cariño, necesito que estes tranquila. ―Suplicó y beso la frente de su niña―.
Luego de dejarla en el carrito para irse de aquel lugar aún que el llanto de su bebé no lo dejaba pensar, las palabras de la señora rondaban por su cabeza, haciendolo sentir la peor mierda, el peor padre, el peor alfa.
Sus ojos comenzaban a humedecerse y cuando pestañeo para evitar que sus lágrimas cayeran por sus mejillas, el hombre ya se encontraba en el otro lado de la calle, enfrente de una floreria. Ni siquiera recuerda en que momento atravesó esa calle.El aroma que salía de allí dentro hizo que sus pupilas se dilaten, que su corazón pateara en dirección hacía adentro de aquel lugar. Como si algo le estuviera diciendo que entrará, un instinto instalado en su pecho. Casualmente el llanto de Sophia se detuvo y fue reemplazado por balbuceos.
La puerta de aquella floreria se abrió por lo que una campanita sonó sacandolo de su transe. El aroma que lo estaba volviendo loco salió aún más fuerte cuando el viento sopló. Entonces Louis levanto la vista de su pequeña para dirigirla hacía la persona a la cuál pertenecía aquel aroma.
Y con lo que sus ojos se encontraron fue mucho mejor que el aroma. Frente a el estaba un hermoso omega de ojos verdes, pelo rizado, largas pestañas, labios gruesos y rosados, sonrisa de conejo y unas mejillas acompañadas de hoyuelos.
―¿Se encuentra bien señor? ―Su voz era angelical, como el―. ―Lo vi parado frente a la puerta y creí que necesitaría ayuda, estas puertas suelen ser pesadas y con el carrito supuse que sería difícil.
Entonces el ángel que estaba frente a sus ojos logró colocarlo nervioso.
―Yo... ―Louis aclaró su garganta―. ―Yo no estaba por ingresar pero misteriosamente su floreria logró calmar el llanto de mi bebé así que creo que compraremos algunas flores.
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Flowers and rain ―Larry Stylinson. Omegaverse
FanfictionLouis estaba realmente estresado, no era nada fácil criar una bebé solo y mucho menos si ella lloraba sin consuelo, el mayor asumía que era por la ausencia de su difunta madre. Pero un día la calidez de una de las florerias de su ciudad consiguieron...