13 diciembre.

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"...Es amor lo que sangra desde el cielo en la cúpula."

Cantó la radio en un murmullo suave, junto al traqueteo de la cuchara contra la taza, mientras giraba y giraba, creando pequeños vórtices dentro del té. Pasó unos mechones por detrás de su oreja y se recolocó las gafas. Llevaba las lentillas para exclusivamente las consultas, era más cómodo.

— No, Superintendente, García mejoró bastante desde su primera sesión. En ese entonces era retraído y reacio, no estaba acostumbrado a que lo escuchasen y tenía cierta dificultad para confiar en mí, pero no lo culpo. 

"...Es amor lo que sangra sobre el techo en la cúpula. "

Con el móvil en una mano y la taza en otra, la pelirroja se dirigió hasta su sillón, en la sala de estar. Se sentó encima de su propia pierna y dejó el vaso encima de un posavasos que había sobre la mesa de tortuga. El té humeaba paciente.

— Sí, tiene razón. — Se reclinó en el sitio, mirando las vitas de Los Santos. Un barrio residencial tranquilo con una vista lejana a la playa. Aunque ya era diciembre y hoy nevaba con fuerza, así que el mar se veía tan frío como se había previsto. — Le llamo para explicar algunos datos que me han desconcertado y que me gustaría que tratara con García personalmente.

"...Yo conozco ese lugar donde todos se la creen, yo conozco la salida de emergencia que nos salvará."

Los árboles estaban desnudos, sin hojas, y se tambaleaban gracias al viento. Los delgados dedos de Harris se enroscaron en la taza, apreciando la calidez del vaso. Estaba la calefacción puesta, pero nunca venía mal un poco más de calor.

— He platicado con García sobre sus dietas y qué es lo que come. Me preocupa que pueda padecer un trastorno alimentario. — Exasperada, se apartó del móvil cuando recibió al otro lado de la línea varios comentarios que rozaban el griterío. — Superintendente, cálmese. Es común que cuando se hable de un trastorno alimentario, todos salten a pensar directamente en la anorexia nerviosa.

"...Cruje tu nombre en las paredes si sé que esperas no podré dormir."

— Sin embargo, un trastorno alimentario implica los problemas que posee un individuo sobre su visión de la comida y su conducta frente a ella, y no en si es delgado o no, como piensa la creencia popular. — Pausó un momento para llevarse el té a los labios, saboreando el amargo sabor que iba calentando su esófago. — Y, como ya he mencionado anteriormente, me preocupa que García sufra un trastorno alimentario no especificado.

"...Te rescataré."

— Este supuesto trastorno alimentario, pues, por ahora, no es más que una suposición, no creo que le esté provocando grandes problemas físicos. Después de todo, puedo observar que su dieta es equilibrada y nutritiva. No obstante, pienso que mentalmente sí que puede tener ciertas dificultades.

"...Te rescataré."

— Me preocupa que aborrezca comer cosas que se salgan de su dieta. Aunque me ha comentado que puede ser flexible, pues ha vivido varios periodos de escasez que no le han permitido mantenerse firme en su dieta, temo que, ahora que está establecido y tiene cierta estabilidad, pueda llegar a obsesionarse al respecto. 

"...Los guardianes pierden el honor."

— La estabilidad no siempre puede ser buena para las personas que usualmente han sido nómadas. Por lo que es normal pensar que este largo episodio sedentario pueda llevarle a generar ciertas obsesiones. 

"...Aprovechemos, hay tanta cama a nuestro alrededor."

— Así que, le encomiendo una tarea, Superintendente. Me gustaría que lo vigilara y, más adelante, intentara ver si puede romper la dieta de García, y, si lo consigue, quiero que vea como reacciona. Si tiene una reacción exagerada, que crea que pueda llegar a ser preocupante, quiero que me lo notifique de inmediato. ¿Queda claro?

Until the end | Intenabo AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora