El extraño chico de enfrente

15: Sin Límite

- ¿El caos? ¿Usando la flauta de la bruja de Hamelín? - preguntó el demonio

- Tal vez no lo recuerdes, pero Yoruichi me hizo una sugerencia con sobre darles almendras... y como el arsénico contenido en éstas se acumula en el cuerpo... bueno hice algo similar con el polvo que usamos los brujos vudú para convertir a la gente en fieles zombies... - dijo el caballero

- ¿Qué fue lo que hiciste con eso? ¿Acaso se los diste a todos en este pueblo? - dijo sorprendido el alado

- Eso y el polvo de huesos de rata, tal y como lo hizo mi ancestro para embrujar a los niños... pero lo voy a llevar un paso más lejos... no quiero que solo vengan todos a este lugar... yo no voy a usar la magia del nicho para devorar niños... - dijo el muchacho

- ¿Magia del nicho? La he escuchado en mitos incluso en tierras orientales... - dijo el emplumado

- La magia del nicho funciona de dos maneras, atraer a tu presa en grandes multitudes hasta donde está el rey rata dentro del nicho y así alimentar a todos los roedores... o para liberar indefinidamente una plaga de ratas que busquen su comida... yo solo los voy a atraer con la flauta... por ahora no puedo dejar que las ratas se los coman hasta que cumpla mi propósito... es un plan muy elaborado... - dijo con un suspiró el hierbero

Busco en el baúl un peculiar collar parecido al de un bufón. De brillantes colores rojo y verde con algunos cascabeles.

- ¿Con eso vas a hacer la magia? - dijo desconcertado el ente

- Me falta una cosa más, aunque siendo sincero, me es un poco desagradable... - dijo el muchacho

Fue hasta uno de sus libros hecho de piel con la leyenda en varios idiomas, pero en uno era legible "El vellocino de la muerte". Al abrirlo al igual que el anterior tenía un tallado donde había un frasco rojo, en un mortero coloco una gotas del contenido, fue por un huevo y la sangre de una gallina que había guardado en un recipiente, todo lo virtio en el mortero. Lo mezcló lentamente y con aquella tintura roja se pintó el rostro. Del baúl tomó la piel de un cuervo y se transformó en este ave. Con sus patas sujetó un frasco, el collar de cascabel y la flauta.

- Ve a la casa de enfrente y alrededor de la casa vierte el resto del contenido del mortero... - dijo el caballero

El demonio estaba muy interesado por ver lo que iba a hacer el muchacho. Por lo que fue y creando un débil hilo rojo rodeo con círculo la propiedad de enfrente. El cuervo con su pico quitó el tapón del frasco, comenzó a volar por encima de las casas dejando caer el contenido del recipiente. El peculiar polvo se convertía en una densa niebla, voló por cada rincón del pueblo excepto la casa de Inoue y la propia, entonces bajo a la habitación, dejó el frasco, regresó el ente.

- He hecho lo que me pediste... - dijo el alado

Con lo poco que quedaba, con un ramito de hierbas medicinales fue hasta la puerta de su amante y escribió unas letras, dejando las plantas en la entrada. Puso unas tijeras invertidas clavadas en la entrada y al salir de la propiedad respiró hondo. Nuevamente se convirtió en cuervo y voló hasta las afueras de la ciudad, se puso el collar de cascabeles, sujetó la flauta frente a sus labios, mirando los orificios.

- ¿Acaso estás dudando? - preguntó el demonio

- No. Solo estoy recordando los movimientos... - dijo el pelinegro

- ¿Movimientos? ¿No querrás decir notas? - dijo extrañado el emplumado

- No. Mi ancestro irónicamente no sabía de notas musicales. Por lo que en un código cifrado escribió los movimientos de los dedos sobre el número de orificio... - dijo el de pálida piel