El extraño chico de enfrente

17 Final: El primer día de mi deseo

Sí iba a España para tratar de salvar sus tierras, a sus padres e incluso el negocio de la ruina; o ir con su familia para buscar a su esposa e hijas para llevarlas consigo al infierno. No sabía bien que hacer, tenía poco dinero, por lo que tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre.

Con lo poco que tenía decidió tomar el tren, necesitaba fondos para viajar a España, además estaría muchos meses fuera, por lo que al vender la casa de descanso tendría lo que quería. Además tenía que ver y despedirse de Rukia, a quien dejaría atrás, sabía de antemano que su esposo Abarai estaba en un viaje por el mediterráneo. Tal vez Kuchiki le podría prestar algo de dinero mientras le entregaría las escrituras como aval. Era el plan perfecto, así obligaba a su esposa a ir a la hacienda, por lo que una vez en el ferrocarril empezó a escribir una carta.

"Inoue:

Hay graves problemas. En la hacienda al Este tus padres desaparecieron con un hombre de nombre Grimillow Jean Jaquen. Voy a vender la casa de descanso a una dama para tener fondos para ir a España dónde una plaga de ratones ha destruido los campos y bodegas de vino. Ve a la hacienda mientras yo voy a intentar salvarnos de la ruina.

Atentamente: Kurosaki Ichigo"

En ese momento no lejos de allí apareció la hermosa rubia de ojos verdes.

~ ¡Vaya! ¡Qué tonto eres Kurosaki Ichigo! Mira que intentar despedirte de tu amante, ni siquiera de tu familia. Si te hubieras ido a España con lo que tenías las velas hubieran ido viento en popa, aunque para regresar siempre hubieras encontrado tormentas y huracanes que te hubieran impedido venir... pero un trato es un trato y Yoruichi me hizo el favor de tener mi pago listo, así que me temo que escogiste el camino equivocado... ~ dijo soberbia la hermosa Diosa

A unos kilómetros en el desvío de las vías del tren en un descuido un trabajador no aseguró los pernos de la palanca de cambios, por lo que el empleado en turno no logra realizar el correcto funcionamiento del sistema de vía, al quedarse atascado con el tornillo mal colocado. El desesperado empleado corre a la estación para avisar pues la máquina se acerca rápidamente, sin embargo la plataforma no está lo suficientemente cerca para llegar a tiempo. El pelirrojo guarda la carta en un sobre, le escribe la dirección de su casa de descanso y el remitente. Suspira pesadamente antes de cerrarlo con su sello de cera personal.

En otra parte la noche caía en casa de la familia Kurosaki, se había vuelto una costumbre en los últimos días que su vecino de enfrente fuera por las tardes a jugar con las pequeñas, a preparar en ocasiones la cena y en otros momentos solo a ayudar con algunas tareas del hogar. Arisawa ya no intentaba detener las visitas del joven quien al anochecer se iba a su domicilio. Entonces una hermosa polilla negra revoloteando fue hasta la mano de Ciffer, se posó moviendo sus alas suavemente.

- Así que ya comenzó la caída de las fichas de domino... - dijo el caballero acariciando al insecto

- ¿Qué quieres decir con eso Ulquiorra? - preguntó el demonio

- Debiste escuchar alguna vez la frase que dice: "mientras que en alguna parte del mundo una mariposa vuela en la brisa, un huracán en otro lugar destruye un pueblo..." - dijo el pelinegro

- Sí, la escuché una vez. Le llaman "la teoría del caos..." - dijo el alado

- Precisamente. Tier es la Diosa del caos. Ella siempre busca equilibrio entre las fuerzas del orden, por eso normalmente cuando un gran cataclismo ocurre algo tranquilo y solemne ocurre en otra parte... he de ahí que sea tan difícil pedirle un favor... - dijo el hierbero

- Esa polilla es para muchos signos de muerte o de un evento desafortunado... - dijo el ente

- Los animales tienen energía, ellos saben y entienden cosas que las personas comunes no. Estás polillas o mariposas negras sólo van a lugares donde pueden sentir el dolor y la tristeza aproximarse. No son malas, eso es mentira, solo anuncian lo que va a pasar, si a la gente le gusta o no es diferente, igual no se puede evitar la muerte... - dijo el ojiverde