Capitulo 4

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04.

sábado, 7 de noviembre de 1998


El apellido "Lee" en Corea era muy conocido en aquellos tiempos, aun que eso no significaba que fueran parientes aquellas personas que convivían con el mismo apellido, para nada, tal vez solo era coincidencia encontrarte con alguien de tu mismo apellido.

O quizás no.

Lee Minho, un joven que solo quería saber que era el amor, o al menos encontrar a alguien que le enseñara que era, se encontraba caminando por las calles de la Avenida Shaftesbury cuando creyó ver a su viejo amigo saliendo de una tienda de música cerrada.

-¿Acaso es ese Lee Felix? - dijo siguiendo con la mirada al joven que se encontraba corriendo, él ya sabía hacía donde - ¡Oye, Felix! - grito este tan fuerte para que el otro pudiera escucharlo.

Felix al escuchar su nombre no muy lejos, volteo a los lados para ver de quien se trataba, lastimosamente no se dio cuenta de que había volteado en medio de la carretera que estaba cruzando.

Un auto paró frente al chico haciendo que este se exaltará - ¡Cuidado, imbécil! - dijo un chico furioso - Fíjate por donde vas niño - le grito el chico que iba adentro del auto mientras le bocinaba para que se moviera.

- Perdone, no me fije - dijo Felix para moverse hasta su amigo apenado.

- ¡Félix! ¿¡Estás bien!? Perdona, no debí gritarte así - dijo Minho para ver que su amigo estuviera bien.

- ¡Minho! - dijo el pelinegro para abrazar al chico frente a él - ¡Te extrañé! Al fin te veo de nuevo después de tanto tiempo, no te preocupes, tu grítame lo que quieras - soltó una risa - ¿Cómo has estado? Espero que bien, voy para mi casa, supongo que tu vas allá también - el otro asintió - Genial, acompáñame y dime que ha sido de tu vida, si quieres.

El pelinegro y el castaño estaban hablando todo el camino, hasta que Felix creyó ver como un chico de su misma altura y con ¿su suéter favorito? corría hacia un bar.

- ¿Todo bien? - dijo el castaño sorprendido de su repentino silencio.

- Dios, creí verme a... Olvídalo, me estoy volviendo loco - dijo este sacudiendo su cabeza para seguir con la conversación - entonces, ¿Qué me decías?

- Te decía que mi padre y yo viajamos hasta acá para darles una sorpresa a ti ya tu madre. Mi padre quería que fuera especial este día, después de todo no nos hemos visto desde hace 2 años.

Felix había llegado recién hace 10 meses, pero por circunstancias personales su madre tuvo que dejar de ver a muchas personas. Él no sabía por qué, y no le interesaba realmente, confiaba en su madre. Después de todo, solo la tenía a ella desde hace largos años; su padre, había muerto repentinamente en un accidente automovilístico hace 13 años.

Ya lo había superado, pero perder a tu padre no es un dolor que puedas sanar, al menos no hasta la raíz.

- ¿Tú madre no vino con ustedes?

- No, se quedó cuidando a Soonie, Doongie y Dori. Mi padre no quería que los trajera al viaje ya que salía demasiado dinero, pero en unos días los veré de nuevo.

- No te quedará mucho, ¿Cierto? - Dijo Felix un tanto triste.

- Ya lo verás - dijo para pararse en frente de la casa de Felix. Aquella casa era grande pero no tanto como para sobresalir de las otras, tenía una pintura gris yendo a lo celeste, era de dos pisos, era realmente hermosa con un pórtico de escaleras antes de cruzar la puerta.

UN TELÉFONO EN MEDIO DE LA CIUDAD. (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora