Capítulo final: ¡Dos tontos enamorados!

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La cabeza de Bakugou estaba reclinada en la mugrosa barra de un bar, llevaba varios días en esto, revolcándose en su miseria y rompiéndole la cara a cuánto maldito imbécil se atravesaba en su camino. Se había rehusado a utilizar su quirk en cada una de las peleas, podía decir con orgullo que había ganado todas, pero aun así tenía un par de moretones en el pómulo y la ceja rota. Probablemente, se debía a que estar jodidamente ebrio no le ayudaba en nada a esquivar los golpes.

Lo habían echado de siete lugares en menos de cinco días, y ahora se encontraba en un bar de poca monta, que apestaba a baño rancio, con un vaso de una mierda que el cantinero le había asegurado que era Whisky, pero fácilmente podía ser orine destilado.

Dio un sorbo y agradeció que al menos el licor le quemara la garganta, le dolía el pecho como la mierda, quizás eran sus heridas o quizás el hecho de que perder a Deku lo había vuelto menos que una piltrafa. Estaba vulnerable, en estas condiciones se estaba arriesgando a que cualquier villano lo mandara al otro mundo sin mucho esfuerzo, pero francamente nada podía importarle menos.

Bebió su trago de un golpe y golpeó su cabeza contra la barra. Estaba tan jodidamente frustrado. Un par de idiotas a un costado se sobresaltaron, pero no hicieron ningún comentario, una lástima, pensó, ya se estaba hartando de ese maldito lugar y quizás quería otra maldita pelea solo para tener la excusa de poder sacar toda la mierda que llevaba dentro.

Estaba por pedir su cuarto trago cuando alguien se sentó a su lado, volteó su rostro. Maldita sea.

—¿Cómo mierda me encontraste? —exhaló fastidiado e hizo una seña haciendo que le rellenaran el vaso.

—Hermano. —Kirishima lo miró con preocupación y colocó una mano en su hombro—. No sé qué ocurrió con Midoriya, pero estoy seguro de que lo último que desea es verte de esta manera.

Bakugou apretó los dientes y cerró su puño.

—No hables de Deku —arrastró cada palabra, mientras su humor se hacía cada vez más agrio.

Eijiro retiró la mano y suspiró.

—Bro, por favor, ven conmigo, Denki me ayudó a prepararte una habitación, no tienes que volver con Midoriya si no lo deseas, pero al menos déjame sacarte de aquí, este lugar es un asco, y a decir verdad ya no estoy seguro de que huele peor, si el lugar o tú… —Se echó hacia atrás cuando Bakugou lo miró furioso—. No digo que sea tu culpa —continuó—, nunca he visto que descuides tu higiene personal, pero para ser justos tampoco te he visto beber de esta manera, así que asumo que las cosas salieron muy mal, pero no puedes rendirte, jamás lo has hecho, ¿por qué empezar ahora?

—¡Mierda! ¡¿Es que no piensas callarte?!

—Bro, hablo en serio, si tanto amas a Midoriya levanta tu culo y ve por él.

—No. Deku ya tomó una decisión —dijo antes de llevar el trago por completo a su boca.

—Pero…

—¡Que no maldita sea! ¿Crees que no quiero ir y luchar por él? ¿No lo entiendes? ¡No puedo hacerlo! ¡Deku es feliz con ese bastardo! Lo vi, mierda, lo vi, su maldita sonrisa, estaban juntos, yo no puedo… —apretó sus puños con fuerza— ¿Tienes idea de lo que es saber que todo es mi culpa? ¿Qué yo lo rechacé? ¿Qué yo provoqué toda esta mierda?

—Bro, escucha…

Bakugou se levantó de golpe y lo tomó de la camisa.

—¡TE DIJE QUE NO MALDITA SEA! —le gritó. Soltó a Kirishima y luego pasó una mano por su rostro tratando de respirar—. Vuelve con el Pikachu de mierda y déjame en paz —su voz tenía un borde afilado, una advertencia de que su paciencia estaba a punto de agotarse.

¡Kacchan! [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora